Ruido, suciedad y orines, lo peor de Santa Tecla para Farts de Soroll

La entidad vecinal reclama al Ayuntamiento que cumpla y haga a la Urbana cumplir la ley, «aunque sean fiestas»

29 octubre 2018 20:31 | Actualizado a 30 octubre 2018 08:23
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El excesivo volumen de los actos con música, la suciedad que queda después de los conciertos, el hedor por la cantidad de orines y la celebración de actos fuera de programa a altas horas de la madrugada son las principales quejas recogidas por la plataforma vecinal de la Part Alta Farts de Soroll en su balance de las Festas de Santa Tecla de este año. 

Los vecinos realizaron este año por primera vez una medición acústica con sonómetro, para comprobar que fue el concierto que se hizo en la Plaça de la Font el día 17 de septiembre el acto mas ruidoso, «con niveles superiores a los permitidos por la normativa y el sentido común: máximos de 104 dB en la fachada contraria al escenario (casa Calvet) y 109 dB en el lateral del escenario, correspondiente a la calle Santo Domingo. Esto significa entre 17 y 14 decibelios por encima de lo que dice la norma».

Pero fue la respuesta –más bien, la falta de respuesta– de la Guàrdia Urbana a las quejas lo que más molestó a los vecinos, pues los agentes contestaron que «por fiestas no hay límites de ruido. Como excusa para no actuar quizás sirve –dice Farts de Soroll–, pero recordemos que este cuerpo policial debe conocer la ley y no liarla ni engañar a los ciudadanos. Estas actuaciones son preocupantes, y más si las provocan las personas que han de velar por el bienestar de los vecinos». Y recuerdan que el propio ayuntamiento recogía que el límite para él es de 100 dB en estos casos. Por nuestra parte recordamos que La Ordenanza Reguladora de Vibraciones Y Ruidos Modelo A recoge que el máximo es de 90 dB en la fachada más expuesta».

«¿Qué limpian?»

«La suciedad después de los conciertos es de récord, aunque los equipos de limpieza actúan inmediatamente después de los actos», denuncian los vecinos, que agradecen el esfuerzo de los equipos de limpieza, «que dispersa la gente más recalcitrante a la hora de irse», aunque lamentan que «por otro lado produce la molestia del propio ruido de la maquinaria, que no es poco». Asimismo, se preguntan «¿qué limpian?». «Viendo el estado en que quedan las calles al día siguiente, creemos que lo único que hacen es retirar el vasos y cristales que hay en el suelo». 

Uno de los aspectos más molestos es el hedor de orina en el barrio, «una constante en los lugares cercanos a las plazas y las calles donde se celebran actos, con la mención especial de los urinarios colocados en la calle Herreros. No se entiende la persistencia en los modelos que instalan cuando es muy probable que sean ellos, precisamente, parte importante de la causa de los malos olores, ya sea por falta de mantenimiento, por el propio diseño, o por actos incívicos».

Actos fuera de programa

En otro orden de cosas, la plataforma Farts de Soroll también se queja porque «este año, de nuevo, se ha perpetrado una iniciativa relacionada con el mundo casteller, la noche del 22 al 23, que comienza en las escaleras de la Catedral y baja por la calle Mayor con el nombre de «pilar alternativo».

Este acto dura hasta las cuatro de la madrugada y no está incluido en la programación. Es una burda parodia de los pilars caminant que se hacen el día siguiente, llevada a cabo por individuos con evidentes síntomas de ir bajo los efectos de un exceso de sustancias no muy recomendables, con peligro consiguiente para la integridad física de las mismas personas que participan. Y todo en una noche en la que los vecinos podríamos descansar un poco, ya que no hay ningún acto programado. Ni la Guàrdia Urbana ni la concejalía correspondiente hacen nada para evitar estas manifestaciones inoportunas y extemporáneas».

Y, para colmo, por la mañana una charanga se paseó por la calle de La Nau con gritos de «Farts de Soroll hoy no dormirá». Se impone el incivismo, lamentan.

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