SOS Rambla Nova: Peatonalizada o muerta

Scan City Tarraco. Repensar una vía estratégica. Dos décadas de inexplicable abandono han llenado la Rambla de parches. Es hora de abordar su peatonalización

24 enero 2022 18:40 | Actualizado a 25 enero 2022 06:37
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La Rambla Nova, una de las vías más estratégicas y hermosas de Tarragona subsiste como una aberración urbanística desordenada a parches mal efectuados. Es como un paciente operado de cirugía estética cuya cara deformada ya no es la del personaje que pretendía ser. La Rambla es una caducada mala copia de sí misma y necesita regenerarse. Ser algo profundamente nuevo.

El famoso discurso de peatonalizar la Rambla es necesario e inaplazable ya. Cualquier vía urbana que se pretenda comercial, agradable, viva, activa y punto de encuentro social debe facilitar el paseo, la comodidad, bajar el ruido y frenar los vehículos. La vida comercial, implica planificar como dejar el coche en algún parking cercano y no pensar las necesidades de la vía para poder aparcar frente a cada local. Implica pensar en el peatón como el elemento fundamental. Y la accesibilidad del coche y del transporte rodado tienen que ser temporizados a determinadas horas y con paso de vecinos controlado. Eso es ser un poco Smart.

Entre coches en doble fila a cualquier hora del día y la impasividad de la guardia urbana, incapaz de controlar, además de contenedores, paso de peatones, parterres mal ejecutados, aceras confusas e incumplimientos de seguridad vial uno tras otro la Rambla va muriendo frente las dependencias municipales; cual espectadores impasibles. Nadie mira, nadie inspecciona, nadie corrige. Se parchea, se añaden bultos, señales, marcas, se privatizan aparcamientos en la calle. Una amalgama de desaciertos desconectados, propios de soluciones de “parcheo”. Falta una mirada global y atrevida. Falta una idea potente, un argumento consistente y convincente. La política municipal debe ser así. Atrevida y valiente, y con operaciones urbanísticas indiscutiblemente favorables y que beneficien núcleos urbanos.

Cualquier foco comercial en cualquier ciudad implica seguridad de peatones y coches controlados. El concepto de acera y calzada es ya caduco, propio de falta de estrategias modernas. Crear plataformas únicas peatonales por donde puedan ocasionalmente acceder los vehículos es más seguro. El peatón manda, el peatón pasea, se para, mira compra, goza el espacio. Lo ocupa y le da vida. El coche pasa a ser el artilugio que debe pasar con cuidado por espacios lentos y donde ya no es posible detenerse en doble fila.

El nuevo POUM que deberá redactar el Ayuntamiento de Tarragona en menos de 3 años debe tener clara esta adjetivación como una vía especial, ya no solo rodada. Hoy, en urbanismo, ya no vale con determinar cómo sistemas públicos una calle sin más. Hay que cualificar los sistemas públicos según sean rodados, peatonales, o duales.

Hay bastantes experiencias negativas en urbanismo que obligan a saber que un Plan de Movilidad es vinculante para futuras estrategias urbanizadoras. Y si dicho plan de movilidad no ha previsto determinadas acciones como la peatonalización o a la diversidad de tránsito, los proyectos futuros de reurbanización pueden fracasar por incompatibilidad con el planeamiento urbanístico aprobado en base a ese plan de movilidad no flexible.

Reordenar la Rambla Nova, reorganizarla y reconvertirla, son tres RRR publicitarias para un márketing municipal que de fuerza a un nuevo concepto de espacio público o sistema viario. Ya nada es blanco o negro. Las ciudades deben ser amalgamadas y sus calles mutantes, adaptables y transformables según las horas. Ya no vale el discurso rígido de coche o peatón, o el de «yo soy acera y tú calzada». En la vía pública debe caber todo en la temporalidad adecuada y debe ser posible la adaptabilidad constante.

Es por ello que me gustaría motivar a los políticos de este Ayuntamiento a ser capaces de apuestas potentes y renovadoras para un espacio que lleva más de dos décadas abandonado por causas que desconozco. Sin Rambla Nova, no hay Tarragona. Y para que haya una Tarragona vertebrada su Rambla debe ser el escaparate comercial y social.

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