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Estaba dentro del coche. Rebuscando para ver qué podía llevarse. Había roto dos cristales y era cuestión de actuar rápido para evitar que alguien lo viera.
Pero a pesar de la hora, poco antes de las 17.30 horas del domingo, una patrulla de la Guàrdia Urbana circuló por las inmediaciones del cementerio, para echar un ojo al párking situado a su lado antes de coger el camino hacia la ermita del Loreto y la zona de ocio del Llorito.
Mientras pasaban por allí, alguien salió del coche por la ventanilla del copiloto y se marchó en dirección contraria a los agentes rápidamente.
Aquella actitud era sospechosa. Y los agentes fueron a por él. El joven de 24 años y residente en Valls llevaba un destornillador y sangraba en la rodilla, probablemente de un cristal de la ventana rota por la que salió para escapar de los agentes.
Las pruebas lo delataron y los guardias urbanos lo detuvieron. El coche del que había salido tenía dos ventanillas rotas (el destornillador fue clave en ello) y su interior estaba removido.
