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Por primera vez desde que se celebra en la Tarraco Arena Plaça (TAP), la Disfressa d’Or ha colgado el cartel de ‘No hay entradas’. Los 3.000 billetes que se pusieron a la venta se terminaron ayer por la mañana, según informó la edil de Festes en el Consistorio, Begoña Floria.
Aunque el aforo de la TAP permitiría la entrada a cien personas más, Floria aseguraba que este centenar de espectadores extra no podría disfrutar del espectáculo «como se merece». Según explicaba, «estas cien localidades tendrían una visibilidad reducida. Por eso, desde el ayuntamiento hemos preferido que no se ampliara la capacidad».
Para Floria, «la Disfressa d’Or es un espectáculo único». Por este motivo «queremos que aquél que vaya a verlo lo haga de la mejor forma posible».
Desde el consistorio se ha valorado muy positivamente que las entradas se hayan terminado, porque «eso es síntoma de que la Disfressa d’Or ya se ha consolidado». Según aseguraba Floria, «el espectáculo dio un salto cualitativo cuando decidimos que se celebrara en la TAP, y este año se ha demostrado que es así». A la pregunta de si el próximo año se buscará un nuevo emplazamiento con más capacidad, Floria respondió que «habrá que valorarlo con la Comissió Festiva».
