Se disparan las muertes por patologías crónicas en Tarragona

La estadística del INE en Tarragona deja ver los primeros daños colaterales en enfermedades crónicas. La Covid es la tercera causa de defunción, tras los tumores y la patología circulatoria

07 diciembre 2021 12:30 | Actualizado a 07 diciembre 2021 20:14
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Son parte de los estragos colaterales de la pandemia. La Covid-19 disparó la mortalidad en Tarragona a máximos sin precedentes desde la posguerra. En 2020 hubo 8.063 fallecimientos, un 14,5% más que el año anterior (7.041), y eso sin tener en cuenta la escabechina de la tercera ola navideña, desatada ya en este 2021.

El coronavirus se erigió en la tercera causa de defunción en la provincia. Pero, ¿qué pasó con el resto? ¿De qué más murieron los tarraconenses durante la emergencia sanitaria? El desglose de la estadística publicada por el INE deja algunos récords inquietantes, porque muestra cómo la situación sanitaria también repercutió en el agravamiento de dolencias crónicas, hasta el punto de provocar fallecimientos. En Tarragona las muertes por diabetes crecieron un 16% y alcanzaron un récord histórico (247). Lo mismo sucedió con la hipertensión, una patología muy vinculada: se incrementaron un 21% en un solo año, hasta cifras nunca vistas anteriormente (233). Son los primeros datos de un temor expresado desde hace tiempo por los sanitarios, el del que los distintos colapsos y restricciones del sistema de primaria y hospitalario hayan provocado la desatención de aquellas patologías crónicas que necesitaban un seguimiento y un control estrecho.

«Pacientes muy apurados»

De hecho, esa inercia, junto con la del infradiagnóstico, se ve ya estos días en los hospitales. «Además de la Covid-19, vemos mucha patología crónica descompensada, que se agudiza y que acaba precisando de un ingreso en la UCI. Se trata por ejemplo de enfermedades pulmonares que a lo mejor no reciben la atención necesaria en primaria. Entonces la patología base empeora y el paciente llega al hospital muy apurado», cuenta Núria Illamola, vocal del del Col·legi Oficial d’Infermeres i Infermers de Tarragona (Codita), que añade: «Cualquier enfermedad crónica, si no recibe un tratamiento precoz, empeora y puede necesitar un ingreso en intensivos».

La hipertensión y la diabetes, además de ser factores de riesgo que complican la Covid, se han visto impactadas tangencialmente por la pandemia. «Los pacientes con diabetes han dejado de ir a las visitas, se han dejado de hacer analíticas para el control y se ha visto claramente que ha empeorado el estado de salud, lo que tendrá un efecto a medio y largo plazo. No se han hecho las adaptaciones de los tratamientos como se merecían», sostiene el doctor Joan Vendrell, catedrático de medicina en la URV, endocrino en Joan XXIII y director del Institut Pere Virgili.

«Estamos viendo en la UCI mucha patología crónica descompensada, que se ha agudizado»
Núria Illamola. Vocal del Col·legi d’Infermeres i Infermers de Tarragona

Vendrell, especializado en investigación de la diabetes, alerta sobre la situación: «Ahora nos llegan pacientes con una diabetes muy mal controlada, que en este tiempo han intentado acceder al sistema de salud y no podían. Son perfiles que han dejado de tener un seguimiento. La enfermedad se ha deteriorado con la pandemia».

La situación ha podido agravarse en este 2021, aunque ya 2020 muestra ese empeoramiento. La dinámica es poco esperanzadora. «La mortalidad de estos pacientes rara vez es aguda. Se produce por complicaciones crónicas a largo plazo. Se deteriora el riñón, hay enfermedad cardiovascular, y también mueren más por cáncer. A largo plazo, una diabetes daña los órganos, así que es fácil que veamos picos de estas enfermedades», anuncia Vendrell. Tampoco los confinamientos y la limitación de movilidad ayudaron a unos enfermos que necesitan de pautas concretas de medicación, alimentación y ejercicio físico para tener bajo control a la patología.

Más decesos por tumores

En cuanto a grandes grupos de enfermedades, los tumores siguen siendo la causa principal de fallecimientos en Tarragona. Murieron 1.944 personas por cáncer y hubo un incremento de un 3%, algo mayor que el de años precedentes. Son también cifras de récord, las más altas de toda la historia, pero hay que esperar más tiempo para ver si la causa es la emergencia sanitaria, esto es, si la pandemia se traduce en una mortalidad más alta por el cáncer. Es algo esperado por los facultativos e incluso por las autoridades sanitarias, dado que los niveles de infradiagnóstico van a provocar una tardanza en la detección y, por tanto, estados más graves. También hay que tener en cuenta que hay incrementos de decesos que parecen estar más relacionados con tendencias anteriores a la Covid-19, como el envejecimiento natural de la población.

El segundo grupo de males que más vidas se lleva es el de dolencias del sistema circulatorio. Provocaron 1.891 muertes en las comarcas tarraconenses, un 6% más que en el año anterior. El SARS-CoV-2 aparece en la tercera posición, con 950 muertes (796 de ellas con el virus confirmado y otras 154 en las que se tenía la sospecha). El coronavirus no aparece clasificado como enfermedad respiratoria sino como patología infecciosa y parasitaria, una categoría que ha pasado de registrar 110 muertes en un año a dispararse a las 1.049, donde la Covid-19 aglutina la mayoría de casos, superando con creces a bacterias menores como la hepatitis, la septicemia, la meningitis o el Sida.

«Nos llegan pacientes con una diabetes muy mal controlada. La enfermedad se ha deteriorado»
Joan Vendrell. Director Institut Pere Virgili y endocrino en Joan XXIIII

Ligada a la diabetes y a la hipertensión, destaca la subida de la letalidad del grupo de las enfermedades endocrinas, nutricionales y metabólicas: pasan de 279 a 308, firmando un aumento del 10% y alcanzando también un máximo histórico. Asimismo, se incrementaron las muertes por enfermedades del sistema nervioso –el Alzheimer, principal causa, también creció–, y las dolencias cerebrovasculares.

Pero no todo fueron incrementos. Bajaron las muertes provocadas por neumonía o gripes y también por infartos o insuficiencias cardiacas, a pesar de que durante la primera ola, en primavera de 2020, muchas personas dejaron de acudir al médico aunque padecían síntomas de esos males. Los fallecimientos por patologías digestivas o por afecciones respiratorias en general también se redujeron ligeramente.

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