Se hizo de día en la playa

Durante el día de ayer la bandera que ondeaba la Platja del Miracle era de color rojo, lo que hacía sospechar que las pequeñas embarcaciones no podrían salir a disfrutar de los fuegos artificiales. Y fue una pena, porque los protagonistas de la segunda jornada de la 25ª edición del Concurs de Focs, la Pirotecnia Hermanos Caballer de Burjassot (Valencia) lo dio absolutamente todo. «Estos vienen a ganar», comentaban los presentes. Los aplausos espontáneos no cesaron durante la exhibición.

A causa del mal temporal que hacía, el agua se comió parte de la arena de la Platja del Miracle, lo que aparentaba que había más personas de las que en realidad había. Cuando se apagaron las luces, la redonda luna se adueñó del inmejorable paisaje. Antes de empezar el espectáculo, todos aquellos ciudadanos que se encontraban en la arena del Miracle estaban pendientes de tres potentes lásers verdes que apuntaban hacía la Punta del Miracle.

En el Passeig de les Palmeres había un ambiente del todo festivo. Croquetas caseras, brandada de bacalao y canelón crujiente relleno de pato eran tres de los platos más escogidos por los comensales en los Sopars Sota els Focs. Cuando se acercaba la hora de la verdad, los presentes empezaron a reincorporarse para coger una buena posición para ver los fuegos artificiales.

Traca apoteósica

El espectáculo de la Pirotecnia Hermanos Caballer empezó muy puntual, y duraron poco más de 16 minutos. De repente la luna desapareció a causa del humo, pero el viento fue cómplice absoluto de la pirotecnia. El justo para ver perfectamente los fuegos. La exhibición empezó fuerte, con una buena combinación de sonido y colores. Lo más destacado fueron los distintos niveles de fuego que emplearon: acuáticos, de tierra y en el aire. El cielo estuvo lleno de color, en ocasiones parecía de día. Y la traca fue apoteósica.