Se reducen un 86% las muertes por Covid en Tarragona gracias a la vacuna

La cobertura disminuye un 86% las defunciones y un 63% los ingresos en esta sexta ola en comparación con la anterior Navidad. Hay la misma incidencia pero, por el momento, menos impacto hospitalario

06 diciembre 2021 12:50 | Actualizado a 06 diciembre 2021 18:41
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Tarragona está sumergida de pleno en una clarísima sexta ola que nada tiene que ver con las anteriores. Los contagios siguen disparados en la provincia, aunque el crecimiento no es tan explosivo como el de otras ocasiones. El otro factor decisivo son las vacunas, que están evitando que la situación se complique tanto como otras veces en los hospitales. Los datos son claros: hay un 86% menos de defunciones en Tarragona y un 63% menos de hospitalizados en relación a otros momentos con la misma incidencia del virus.

Es decir, la situación sigue siendo de alerta y las perspectivas, con el puente de la Constitución en marcha y a las puertas de la Navidad, no son nada optimistas. Las hospitalizaciones en el Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre se han duplicado en dos semanas, los contagios también se han doblado en ese intervalo (de 590 a la semana a 1.117) y las visitas a la atención primaria por motivo de Covid-19 han subido un 81%.

Son los datos aislados de este nuevo envite del virus que llega con un factor muy distinto en la ecuación: el 83,4% de los tarraconenses mayores de 12 años están vacunados con pauta completa. Es el 74% de la población en general de la provincia. «Los datos de hospitalizaciones y de UCI son un pequeño milagro diario gracias a las vacunas. Tres semanas para doblar la ocupación hospitalaria de 350 a 700 y no hay ningún signo de aceleración, sino al contrario, a pesar de tener más de 10.000 casos semanales», dice sobre Catalunya el físico y profesor Enric Álvarez, miembro del grupo BIOCOM-SC de la Politècnica de Catalunya (UPC), una unidad que monitoriza el día a día de la pandemia.

«Los datos de hospitalizaciones y UCI son un pequeño milagro diario gracias a las vacunas»
Enric Álvarez. Profesor e investigador en el grupo BIOCOM-SC de la UPC

Los datos son elocuentes si se compara el inicio de esta sexta ola con el de otros momentos similares, de la segunda o la tercera, hace ahora un año. He aquí un ejemplo, tomando franjas de la emergencia sanitaria con una similar incidencia acumulada. En la última semana considerada por el Departament de Salut en DadesCovid.cat, del 25 de noviembre al 1 de diciembre, se contabilizó una incidencia de 249 casos. En ese intervalo, ha habido 61 ingresados por Covid-19 y dos defunciones. En la semana del 15 al 21 de diciembre de 2020, en pleno crecimiento de la tercera ola y con una incidencia de contagios muy similar, había 167 hospitalizados –casi tres veces más– y 15 fallecidos –siete más entonces que ahora–. De ahí se concluye que, pese al mal momento actual, hay un 63% menos de ingresados y un 86% menos de fallecimientos.

Evitar casos graves y fallecidos

En ambas fotografías de la pandemia la ola estaba en crecimiento y por eso son especialmente comparables. En ambos momentos los positivos declarados en Tarragona rondaban los 1.000 a la semana. Todo ello es, por tanto, la enésima prueba de que la vacunación sirve, sobre todo para evitar casos graves y fallecimientos. A mismo nivel de incidencia, mucho menos impacto hospitalario, la cadena más sensible el sistema sanitario, que hay que vigilar para evitar colapsos y desbordes.

También hay que tener en cuenta que las vacunas reducen, en parte, la transmisión. El año pasado había la misma incidencia que ahora, pero hay que tener en cuenta las fuertes restricciones que existían entonces –cierres de sectores, horarios restringidos– en comparación con la actualidad.

Sirva otra equiparación en este arranque de una sexta ola que continúa expandiéndose. Semana del 24 al 30 de noviembre de este 2021: 64 hospitalizados por culpa del SARS-CoV-2 en Tarragona y una sola defunción. Semana del 13 al 19 de diciembre de 2020, con la misma incidencia que ahora: 172 hospitalizados y 10 defunciones.

Pero, ¿qué ocurre si se echa la vista un poco atrás y si se compara con la segunda ola, desatada entre octubre y noviembre del año pasado? Del 1 al 7 de octubre, con datos epidemiológicos similares a los actuales, en el inicio de aquella segunda ola, había 82 ingresados y 13 defunciones. Aquella ola se replegó mes y medio después, cuando en ese retroceso se volvió a alcanzar una incidencia similar a la de ahora. La diferencia de cifras es también extraordinaria: 189 ingresados y 29 muertos en una semana, ni punto de comparación con lo que se está viendo en esta ola.

Menos pacientes en UCI

La misma inercia se ve si se atiende a los hospitalizados por coronavirus en estado grave. De los 18 enfermos en UCI que había el 1 de diciembre en Tarragona, a los 38 de hace alrededor de un año, en una parecida situación epidemiológica en la provincia.

Faltará algo más de tiempo y perspectiva para comparar el nivel real y exacto de mortalidad entre olas. Del 15 de noviembre hasta ahora, ha habido 2.752 contagios en la provincia, según Salut, y cuatro fallecidos. Se trata de una letalidad del 0,14%, mucho más baja que la que hubo en verano, durante la quinta ola, en la que el beneficio de la vacunación fue también patente, pese al inédito boom de casos de entonces.

El Camp y el Ebre registraron durante julio y agosto 19.403 contagios, el número más alto de infecciones en toda la emergencia sanitaria. En esos dos meses fallecieron 78 personas. Así pues, la tasa de mortalidad fue del 0,40% –por cada 1.000 diagnosticados fallecieron cuatro personas–.

El dato ya fue siete veces inferior al que, por ejemplo, se registró en los meses de enero y febrero, durante la tercera ola, que se desbocó tras las fiestas navideñas. En ese intervalo, hubo 13.943 contagios –una cifra inferior a la de aquella oleada estival– pero los fallecimientos en la provincia se dispararon de forma desorbitada, hasta niveles dramáticos: 367 solo en la provincia.

En suma, la letalidad alcanzó el 2,6% en unas fechas en las que la vacuna sí existía pero llegaba a cuentagotas y se distribuía básicamente en residencias. Por tanto, la población general no estaba protegida. Una letalidad similar dejó la segunda oleada, ubicada entre octubre y noviembre de 2020. Hubo 15.569 contagios y 286 fallecidos, lo que arrojó una tasa de 1,8%, un dato 12 veces más elevado que el actual (0,14%), si bien hay que tener en cuenta que la ola está aún en periodo de expansión.

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