«Se utiliza mucho el tópico de culpar a los jóvenes»

Reportaje. Cinco jóvenes responden a las acusaciones de irresponsabilidad por los rebrotes del virus y comparten su visión de la situación actual y de las posibles medidas

26 julio 2020 08:50 | Actualizado a 26 julio 2020 10:12
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Los rebrotes que se están sucediendo a lo largo del país han encendido las alarmas y el miedo a la tan temida «segunda ola» es cada vez más palpable en el ambiente. Lo cierto es que muchos de los focos se han fraguado en fiestas y/o reuniones de jóvenes y es por eso que se señala a este sector de la población como culpable de los rebrotes, consecuencia de su «irresponsabilidad».

«Se utiliza demasiado el tópico de culpar a los jóvenes, pero si hacemos un poco de memoria recordaremos que hasta hace dos días nos felicitaban por haber sido una de las franjas de edad que mejor había respetado la cuarentena» comenta Paco (24 años) natural de Pont de Suert y que esperó al fin del estado de alarma para bajar a Tarragona a reencontrarse con su pareja y sus amigos.

El cumplimiento de las medidas de seguridad por parte de los jóvenes está en entredicho y Gemma (19 años) reconoce que «somos los que menos las respetamos» aunque, añade, que «hay un exceso de estigmatización». Dice que hace semanas que no sale por los pubs y discotecas de la ciudad, ya que «hay poca oferta para los jóvenes y ahora con el coronavirus, menos». Guifré (23 años) ejemplificaba la irresponsabilidad de los jóvenes con las imágenes de los botellones de Madrid, pero recuerda, a su vez, la ingente cantidad de familias que salieron a los paseos marítimos de Barcelona o Valencia para recordar que no solo los jóvenes son los «imprudentes».

En la misma línea se pronuncia Ana (18 años) quien cree que «muchos se dejan llevar por toda esa concepción de que ‘la gente joven no piensa’ o de que ‘se creen inmortales’»

¿Restricciones como solución?

Ante la sucesión de brotes de las últimas semanas el Govern de la Generalitat ha tomado medidas restrictivas que giran entorno a limitar el ocio y los contactos de los jóvenes.

La última de las medidas del ejecutivo ha sido el cierre de los locales de ocio nocturno en toda Catalunya. La juventud de Tarragona hace diferentes lecturas de esta restricción, aunque todos coinciden en que «un local de ocio nocturno de nuestra ciudad, no tiene nada que ver con las discotecas de Salou o Barcelona».

Ana y Núria (18 años) fueron a una discoteca el sábado pasado y reconocen que «había pocos clientes y todos llevaban mascarilla». Por su parte, Guifré y Gemma creen que «en ningún local se cumplen al 100% las medidas de seguridad» y Paco se muestra contrario al cierre porque «no se tiene en cuenta la necesidad de ingresos de los pequeños autónomos y sus trabajadores».

Otra de las medidas que se plantea la Generalitat y la que más quebrantaría la libertad de los jóvenes consistiría en evitar las reuniones por la noche en calles, plazas y playas. Una propuesta que, de primeras, nuestros jóvenes creen que «atentaría contra el derecho fundamental de reunión y manifestación». Guifré lo ve como una «maniobra para tapar la nefasta gestión de los gobiernos» y Paco la tacha de «medida autoritaria y paternalista» al enfocarla solo en los jóvenes.

Gemma advierte que en el caso de que se restringiera el derecho a reunirse en calles, «seguiría en contacto con mis amigos, iría a casa de alguno de los integrantes del grupo o nos encontraríamos ‘escondidos’ por algún rincón de la ciudad».

El sentimiento común entre estos jóvenes es el de inverosimilitud, ya que consideran que hay menos riesgo de contagios cuando se reúnen con su grupo de amigos por la calle que no en las terrazas de los bares. «Creo que en la pandemia nos ha tocado ser los cabezas de turcos porque las familias abarrotando playas y los abuelos sin mascarilla por las calles también son actitudes irresponsables como la de los jóvenes», reflexiona Guifré.

Lo cierto es que la juventud requiere de sus necesidades básicas de las cuales, la más destacada y notable es la de socializar. Las posibles medidas generan desaprobación, ya no solo por ser coercitivas, sino también porqué sienten que la realidad en Tarragona es diferente a otros puntos de la geografía catalana donde las imágenes de discotecas abarrotadas disciernen mucho de las de aquí.

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