Seis ‘rugits’ diferentes en la mostra de folklore viu

El Lleó de Tarragona organizó la 37ª edición del pasacalles 
que trae todos los años elementos culturales de otras zonas

15 septiembre 2019 16:40 | Actualizado a 15 septiembre 2019 16:53
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Las seis agrupaciones esperaban al lado de la estatua de Els Despullats luciendo sus figuras preparadas para salir.

Bajo el nombre Rugits de Festa, la anual Mostra de Folklore Viu celebró ayer por la tarde su 37ª edición con un pasacalles que recorrió la Rambla Nova, girando por la calle Agustí, pasando por la calle Portalet y culminando en la Plaça de les Cols.

La Rambla se dividía en dos columnas de gente que componían un gran pasillo y dejaba paso a las bestias. El Lleó de Tarragona fue la entidad encargada de organizar la edición, y encabezaba el recorrido seguido del Lleó de Barcelona, el de Valls, el de Lleida, los Cuatro Evangelios de Tudela y por último la Tartuga d’Ontinyent.

La bestia tarraconense celebraba con este acto el tramo final de su 25º aniversario. Para la ocasión, trajeron a estas cinco figuras de diferentes rincones del país, «entidades que tuvieran un león o alguna figura hermanada con el animal», explicaba el cap de colla de la entidad Francesc Martorell, contento y agradecido de cerrar la efeméride con buenas vibraciones.

Cada vez más gente se unía al acto medida que avanzaba. Personas de todas las edades llenaba la Rambla, pero el ambiente era muy familiar: abundaban los niños y niñas que disfrutaban del desfile de las bestias, algunos encima de los hombros de sus padres, otros en cochecitos y muchos correteando por entre una agrupación y la otra.

De todas las personas que seguían la fiesta, se podía apreciar un gran catálogo de camisetas de Santa Tecla de otros años, además de sombreros, mochilas y hasta vasos llenos de Mamadeta, la bebida de las fiestas que todos los tarraconenses esperan por las fechas.

Las figuras que más llamaban la atención eran las que venían de fuera de Catalunya, las dos únicas que no eran sólo leones. Los Cuatro Evangelios de Tudela vinieron de Navarra para participar en la festividad, una representación de San Mateo, San Marcos, San Juan y San Lucas en las figuras del ángel, el león, el águila y el toro, respectivamente. «Es una gran oportunidad para nosotros», explica el miembro de la comparsa Perrinche, Juan Ramón Marín, porque no habían sacado nunca antes las figuras de la zona. «Únicamente habían salido por el Corpus y por San Miguel», comenta.

La otra novedad era la Tartuga d’Ontinyent, «una figura monstruosa con un torso similar al de una carcasa de tortuga, una escamosa cola que acaba en aguijón de escorpión, y la cabeza de un león que representa el mal», según explicaba el presidente de la Associació de Gegants i Cabets, Salva Serraller.

Cada bestia llevaba su propia música, que se mezclaba con las de delante y detrás, y se coordinaban para avanzar o parar y así hacer una pequeña demostración más estática. Como si fuera una alarma, a medida que avanzaban, los vecinos de las diferentes calles salían a sus balcones para disfrutar del espectáculo.

La Catedral esperaba

Una vez llegados a la calle Major, la vista era impresionante. Desde lejos, se entreveía una gran masa de gente que esperaba el pasacalles sentada en las escaleras del Pla de la Seu. Desde el altavoz se presentó al Lleó de Tarragona, anfitrión del acto y primero en llegar, que empezó la ronda de ‘ball del luïment’ a ritmo del Amparito. De la misma forma fueron actuando todas las comparsas para culminar el acto con un baile conjunto entre todas las bestias.

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