Shakira, Rihanna y Justin, entre los nombres más raros de Tarragona

Los bautismos más minoritarios reflejan los cambios culturales. En Tarragona viven niñas llamadas Chenoa, Thalía o Amelie, relevos de nombres anacrónicos como Jerónima o Digna

19 mayo 2017 18:29 | Actualizado a 21 mayo 2017 16:48
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En Tarragona hay Shakiras, Amelies, Thalías y Rihannas. También viven Justins, Chenoas y Melodys, todos ellos nombres instalados en el imaginario de la cultura popular y que también han sido utilizados por algunos padres para bautizar a sus hijos. Cantantes, personajes de series o futbolistas aglutinan la mayor parte de la onomástica más ocurrente, nomenclaturas cada vez más variadas que pueden pescar la inspiración de cualquier ámbito de la sociedad. Ahora ha sido Lobo el nombre puesto en discusión y finalmente admitido ante el recurso de los padres, en Fuenlabrada, pero cada época ha tenido sus denominaciones peculiares, poco frecuentes por anacrónicas o por avanzadas a su tiempo o, simplemente, por estar sujetas a él en base a modas y coyunturas.

Una aplicación del Instituto Nacional de Estadística (INE) sistematiza la frecuencia de cada nombre por provincia y por década de nacimiento. Y en ese ranking, habitualmente utilizado para ver los nombres de moda (actualmente en la provincia Marc y Julia), puede testarse la evolución de los apelativos más insólitos elegidos para los recién nacidos de Tarragona. Así, en la provincia hay 14 niñas que se llaman Shakira, como la popular cantante colombiana. La edad media es de 11,2 años, lo que da fe de hasta qué punto se trata de un nombre novedoso. Y si de cantantes latinoamericanas va la cosa, Thalía es otro de los nombres que se imprimen desde hace poco en los DNI. 26 personas en las comarcas tarraconenses se llaman como la artista mexicana. La media de edad es de 10,4 años.

Más reducida es la edad media (cuatro años) de las cinco niñas que responden al llamamiento de Rihanna, otra estrella internacional de la música que provoca no pocos bautismos. En la provincia también se puede hallar a 26 personas que se llaman Melody (sí, como aquella niña del otrora exitoso Baile del Gorila apadrinada por el Fary) o a siete crías que llevan por nombre Chenoa. Estas últimas adjuntan, de media, 12 años de edad, lo que concuerda aproximadamente con el boom posterior que acarreó la primera edición de Operación Triunfo (2001), allí donde se dio a conocer la cantante Chenoa. También existen 12 niñas que se llaman Amelie, como la protagonista del film francés, y 18 que se llaman Heidi, como el no menos afamado personaje de la serie de dibujos animados.

Pero el INE esconde más peculiaridades. Que la farándula y los focos atraen es una realidad: por eso también se puede encontrar a cinco chavales (con una media de 14 años) que llevan el nombre de Justin, acaso por el tirón de celebridades adolescentes como Justin Bieber o Timberlake.

Entre la estadística masculina, 39 niños, de 10 años de edad como media, se llaman Marwan, como el poeta y compositor. Si en la provincia no hay nadie registrado como Lobo (la controversia ha acompañado a ese nombre que finalmente sí ha sido admitido), existen 34 personas en Tarragona que se llaman León.

De Zeus a Islam

En Tarragona siete niños se llamaron como el padre de los dioses griegos: Zeus. Un total de 17 recibieron un nombre de religión: Islam. Como un signo de los tiempos, hasta un nombre de sonido anglosajón como Bryan también aparece en el INE. Lo llevan 62 tarraconenses, y hasta 21 más lo portan en su versión literal, tal y como se pronuncia: Brayan. Siete personas se llaman Blanca Nieves mientras que otras tantas tienen en su DNI la onomástica de Dulce Nombre y de Jerónima.

En otras ocasiones, la singularidad se produce por el fenómeno contrario: nombres ya desfasados, que alguna vez disfrutaron de más vigor y que ahora son marginales. Así, en Tarragona es posible encontrar a cinco señoras que se llaman Digna. Tienen una edad media de 67 años.

El paso de las décadas ha cambiado los usos sociales de los nombres y la propia onomástica. Hace 80 años, eran auténticas rarezas en Tarragona las Verónicas o las Mónicas. El nombre de Martina, impensable antes de los años 60, es hoy tan común que es ya el tercero que más se ha puesto en lo que va de década en Tarragona. Laia, Carla, Lucía, Paula, Noa, Sara o Aina son apelativos que están de moda entre las niñas.

Antes de los años 30, copaban la lista nombres como María, Teresa, Josefa, Rosa o Carmen. En los años 80, la mayoría de las niñas se llamaban Cristina, Laura, Marta, Nuria o Sandra, nombres que hoy en día han quedado relegados a un segundo plano. En los años 40, el nombre más puesto a las niñas en Tarragona era María Teresa; hoy en día, según las tablas del INE, aparece en la posición 381 de la lista. Por decirlo de otra manera, abundan actualmente más nombres como Ona, Jana, Aya o Arlet antes que Natalia, Elena, Miriam o Silvia.

También ha cambiado de arriba abajo el panorama de los nombres masculinos. Antes de la década de los 30, las denominaciones más recurrentes eran José, Juan, Francisco, Ramon o Josep, nada que ver con los actuales –y generalmente más cortos, hasta el monosílabo– Pol, Eric, Pau, Álex, Biel, Hugo o Adam. Pero si algún nombre sintetiza la evolución es el de Jordi. En la década de los 60, los 70 y los 80 fue el nombre más puesto a los niños que nacían en Tarragona. A partir de entonces, esa denominación catalana por antonomasia ha ido perdiendo importancia, hasta colocarse actualmente en la posición 16 del listado, curiosamente justo por delante de un nombre que ha experimentado el recorrido inverso: Mohamed. El nombre marroquí más corriente ocupaba en los años 90 la posición número 108 en Tarragona. Desde entonces ha ido escalando puestos a medida en que la inmigración ha ido en aumento. Mohamed es ya más usual que nombres tan tradicionales como Joan, Sergi, Alejandro o Adrián.

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