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Un total de siete infracciones detectaron los agentes de la Guàrdia Urbana durante una inspección realizada en la madrugada del pasado domingo en un bar de la calle Pau del Protectorat.
La intervención era para comprobar las quejas vecinales por molestias de ruido. Este, según detectaron los guardias, se escuchaban desde 35 metros de distancia. Además, debido a la música, las placas metálicas del tejado del edificio vibraban. Y todo ello, según constataron, se debe a que el limitador de sonido no funciona correctamente. De las tres veces que comprobaron su funcionamiento, en dos falló.
El local tiene autorización de café teatro y café concierto. Sin embargo, según los agentes, la actividad era de discoteca. Delante del escenario había una zona parecida a una pista de baile y había clientes haciéndolo. No se encontró ninguna mesa o silla a disposición del público. Y la pequeña sala que supuestamente tiene que ser para camerinos actualmente es un almacén.
Seguridad
En cuanto a los elementos de seguridad, los guardias no localizaron ninguna luz de emergencia. Una de las puertas de emergencia estaba bloqueada con una silla y una lona de aislante acústico, mientras que la parte exterior estaba cerrada con una persiana metálica.
El local, por su aforo, no tiene la obligación de contar con un controlador de acceso. En este caso había uno pero ejercía, según los agentes, dicha actividad sin tener la titulación obligatoria –todavía no se ha examinado–.
Algunas partes del falso techo del establecimiento se encontraban colgando o retiradas. Respecto a los seis lavabos, había mucha suciedad y sin alumbrado. Además, recalcan, el suelo del pasillo de acceso a los mismos estaba inundado de agua.
