'Sobrevuelo Tarragona y explico su historia casi a diario'

Entrevista a Iván Chirivella, Comandante de Vueling

19 mayo 2017 19:38 | Actualizado a 21 mayo 2017 20:36
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El piloto Iván Chirivella (Las Palmas de Gran Canaria, 1976) explica a sus pasajeros las guerras púnicas y que el Delta de l’Ebre es el segundo más importante del Mediterráneo después del Nilo, aunque jamás ha pisado Tarragona. Desde bien pequeño jugaba a ser comandante de una gran aerolínea y ahora disfruta compartiendo con sus viajeros detalles de las zonas que sobrevuela y vistas de postal. Disfruta de su trabajo, aunque fue protagonista involuntario de los atentados del 11-S. Tras estudiar Aeronáutica en Estados Unidos, fue el instructor de vuelo de Mohamed Atta y su primo Maruan Al Shehhi, los pilotos suicidas que estrellaron los aviones secuestrados contra las Torres Gemelas de Nueva York. Después de que su nombre diera la vuelta al mundo y de haber sido investigado por el FBI, Chirivella escribió en forma de diario su relación indirecta en los atentados en ‘Cómplice inocente’. Luego regresó a España, convalidó sus títulos y licencias y estuvo a los mandos de un jet privado hasta que se convirtió en copiloto en Clickair. Desde hace siete años ejerce como comandante en Vueling Airlines.

 

-¿Tiene alguna relación con Tarragona?

-La verdad es que no, ninguna, aunque sí que la sobrevuelo casi a diario.

 

-¿La ha visitado alguna vez?

-Nunca, pero es algo que tengo pendiente desde hace tiempo, así que espero poder visitarla pronto.

 

-Pese a ello, en sus vuelos da detalles de las guerras púnicas o del Delta del Ebre, como el segundo más importante del Mediterráneo, sólo por detrás del Nilo. ¿Por qué?

-La historia es algo que me interesa mucho, y el motivo por el cual doy dichos detalles no es otro que hacer mucho más interesante y ameno el vuelo para nuestros pasajeros.

 

-Son datos que muchos locales desconocen.

-Bueno, en la vida no se puede saber todo.

 

-¿Qué otras cosas explica de la provincia?

-Al sobrevolar cualquier punto a lo largo de una ruta, lo hacemos a tal velocidad que la verdad es que no da tiempo para muchas explicaciones, es por ello por lo que normalmente me estudio las zonas a sobrevolar, y luego comparto con mis pasajeros los dos o tres datos de mayor interés, ya bien sean históricos, geográficos o gastronómicos. Hay veces que incluso cambio ligeramente el rumbo del avión para que mis pasajeros puedan ver algo que opino es interesante. Hace cosa de un mes en un vuelo a Copenhague sobrevolamos el Mont Blanc. Hacía un día espectacular y las vistas del Mont Blanc eran increíbles, así que durante unos segundos cambié el rumbo del avión para que pudiesen verlo bien. Fue algo que a los pasajeros les encantó, y agradecieron muchísimo.

 

-¿Por qué estudió aeronáutica?

-Volar es algo que siempre me atrajo muchísimo desde bien pequeño. A menudo dibujaba paneles de instrumentos, así como también mandos de vuelo, los pegaba en la pared, y luego pasaba horas jugando e imaginando que era comandante de una gran aerolínea.

 

-¿A veces existe la sensación de que por optimizar costes y tener los aviones el menor tiempo parado posible se prima la economía a la seguridad?

-Eso jamás. Puedo garantizarle que cuando se trata de aviación, la seguridad es lo primero, es por ello por lo que el avión siempre ha sido el modo de transporte más seguro que ha habido y que jamás habrá. El que un avión permanezca parado el menor tiempo posible está claro que tiene que ver con optimizar gastos, pero solo le digo dos cosas. Lo primero, ningún avión despega sin sus pertinentes revisiones realizadas, selladas y firmadas por un equipo de mantenimiento profesional; y lo segundo, puedo garantizarle que un avión que está constantemente volando, vuela y funciona muchísimo mejor que uno que permanece parado durante días. Un avión es una máquina y como tal necesita rodar para que todo funcione correctamente.

 

-¿Como es el día a día de un piloto?

- Es un trabajo fascinante, no obstante también reuslta agotador, tanto física como mentalmente. Como comandante, la cantidad de decisiones que tienes que tomar a lo largo del día son innumerables, y recordemos que todo ello bajo la presión de ir siempre contrarreloj, y cargando con la responsabilidad que conlleva dicho cargo, la cual abarca a toda una tripulación, a casi mil pasajeros por día, a todo aquel miembro del personal de tierra que se mueve alrededor del avión, y cómo no, a un aparato que cuesta muchos millones de dólares.

 

-¿Cómo se lleva estar continuamente viajando?

-La verdad es que terminas acostumbrándote. También hay que tener en cuenta que en nuestras operaciones diarias casi siempre llevamos a cabo líneas en las que siempre terminas volviendo a casa, lo cual es una suerte, sobre todo si tienes familia, como es mi caso.

 

-Fue el instructor que enseñó a volar a dos de los terroristas del 11-S, Maruan Al Shehhi y Mohamed Atta. ¿Qué pensó al reconocerlos como autores de los atentados?

-Al pasar por una experiencia así son muchas las cosas que te pasan por la cabeza. No sabría decir con exactitud qué fue lo primero que pensé, pero sí puedo decir que fueron momentos de confusión, nervios, y mentiría si dijese que no hubo incluso momentos de miedo, de miedo a lo desconocido, a no saber qué pasaría a partir de ese momento.

 

-Aunque su libro Cómplice inocente es una declaración de principios, ¿cómo dejó de sentirse culpable?

-Muy sencillo, siempre supe que jamás lo fui. Simplemente hice mi trabajo sin tener la más mínima idea de las intenciones que mis alumnos tenían en mente. Opino que en la vida uno tiene que estar muy seguro de las decisiones que toma, y sobre todo saber muy bien cómo hace lo que hace, y por qué hace lo que hace. Yo siempre tuve muy claro que mi rol como instructor de vuelo era enseñar, y eso fue lo que hice, lo cual no me convierte ni en cómplice ni en culpable, sino en un buen profesional, o eso quiero creer.

 

-Asegura que ha encontrado su lado positivo a esa experiencia y que lo negativo lo ha borrado...

-Para mí en aquel entonces dejar Estados Unidos y volver a España después de tantos años suponía un gran reto, por no hablar de volver a comenzar mi vida de cero como quien dice, ya que en EEUU tenía mis estudios, mi carrera, mis amigos... Al llegar a España tuve que convalidar mi expediente, que al final supuso examinarme de casi todo, y enfrentarme a una nueva búsqueda de empleo, la cual fue larga y dura. Pero bueno, en la vida si uno es capaz de aceptar las cosas buenas que a uno le pasan, también tiene que ser lo suficientemente fuerte para aceptar las malas y seguir hacia adelante. Al fin y al cabo gracias a todo lo ocurrido volví a España, he logrado cumplir mi sueño de la infancia de llegar a ser comandante de una gran aerolínea, y, lo más importante, conocí a quien hoy es mi mujer y madre de mis dos preciosos hijos.

 

-Decía usted poco después del 11-S que veía difícil una solución al terrorismo.

-Bueno, sí que lo dije, y después de casi quince años y los atentados ocurridos desde entonces creo que no me equivoqué. Es un tema muy complicado, y agravado por sociedades muy distintas, con culturas muy distintas y creencias muy distintas, por no hablar de intereses muy distintos. Sigo opinando que no tiene fácil solución.

 

-Tras el 11-S, ya se reforzaron las medidas de seguridad de los aeropuertos. Ahora otros terroristas han actuado en el aeropuerto de Zaventem antes de pasar los controles. ¿Cree que aún son insuficientes?

-Las medidas de seguridad nunca serán suficientes. Es cierto que cada vez que se implementan nuevas medidas de seguridad se aumentan los filtros y la seguridad en un porcentaje, pero con los terroristas no tratamos con aficionados, sino con gente muy bien preparada, por norma general muy inteligente, y a menudo muy bien informada de dichas medidas, y tarde o temprano siempre encuentran alguna manera de evitarlas.

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