Solo el 25% de los comercios de Tarragona llega a la segunda generación

Cada año cierran 800 negocios en la demarcación. Pimec y ayuntamientos trabajan en un programa conjunto para facilitar el relevo generacional y evitar el cierre de tiendas históricas

07 julio 2018 17:05 | Actualizado a 10 julio 2018 09:20
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El comercio de proximidad tiene un problema generacional. Según datos facilitados por la Patronal de la Micro, Petita i Mitjana Empresa de Catalunya (Pimec), solo un 25% de los negocios llega a la segunda generación o, lo que es lo mismo, pasa de padres a hijos. La crisis, la inversión necesaria para modernizar los establecimientos, el alquiler del espacio, las obligaciones tributarias y el cambio en los hábitos de consumo comportan que cada vez sea más habitual ver los carteles de «liquidación» o «se cierra por jubilación», generando decenas de locales vacíos en el centro de las ciudades. 

Tarragona, al igual que el resto de Catalunya y del territorio estatal, no es una excepción. Según la Pimec, cada año cierran unas 800 actividades económicas en la provincia, unas dos cada día. Asimismo, las cifras que maneja la patronal del pequeño comercio hablan por si solas: el 65% de las firmas aguanta solo una generación; un 25% llega a la segunda; un 9% pasa a los nietos; y, únicamente, un 1% suma cuatro generaciones o, lo que es lo mismo, más de un siglo de vida. 

«Son una prioridad»

Por ello, Pimec y ayuntamientos catalanes, entre los que se encuentran el de Tarragona, han iniciado un programa para fomentar el relevo generacional de un sector que, actualmente, supone el 66% de las empresas catalanas y que proporciona el 57% de la ocupación, según las cifras facilitadas por la patronal. 

El presidente de Pimec-Comerç en Tarragona, Florenci Nieto, considera una «prioridad» evitar el cierre de los negocios históricos. En este sentido, el programa que la patronal lleva a cabo con los consistorios acompaña a los empresarios en el «proceso de reflexión» para intentar, por un lado, orientar el relevo y, por el otro, ayudar en caso de traspaso. A día de hoy son cinco los negocios tarraconenses que están realizando este programa. Durante el ejercicio se realiza una diagnosis del estado en el que se encuentra el negocio y se orienta a la familia sobre los planes de futuro de la compañía. 

En Tarragona ciudad la crisis del negocio tradicional se ha visto recientemente con el caso de la Llibreria La Rambla o las paradas que el año pasado decidieron no realizar el traslado al nuevo Mercat Central. «La situación aquí no es diferente que en el resto de Catalunya. Cierran negocios» indica el presidente de la entidad comercial Via T, Salvador Minguella. Por su parte, el concejal de Promoció Econòmica, Francesc Roca (PSC), resalta la voluntad municipal de ayudar a implantar nuevos proyectos. «En el próximo pleno aprobaremos un paquete de ayudas por valor de 50.000 euros para ayudar a veinte proyectos comerciales». Esta subvención será de un máximo de 2.500 euros para cada solicitante. Según datos de la Generalitat de Catalunya, Tarragona ganó en 2017 un total de 44 comercios, pasando de los 1.821 a los 1.865.

Desde Reus, el presidente de la Unió de Botiguers, Àlfred Pitarch, indica que «el problema es estructural y de la reducción del consumo. Hasta que no salgamos de la crisis y la gente recupere la confianza, el comercio no se reactivará», afirma el representante comercial, quien reitera que «ver locales vacíos en el centro de Reus no beneficia a nadie». Según las cifras del Govern, Reus perdió 12 tiendas (un 0,73%) durante el año pasado, bajando de los 1.643 a los 1.631 comercios. 

«El relevo es complicado»

En Tortosa, la situación es similar. El concejal de Promoció Econòmica, Emili Lehmann, reconoce que «es muy complicado» facilitar el relevo en el tejido comercial de la ciudad. En este sentido, asegura que la prioridad del ayuntamiento del Baix Ebre es la de «fomentar la actividad comercial entre los jóvenes» una circunstancia que «tampoco es fácil», ya que la mayoría de los nuevos emprendedores «son parados que han capitalizado el paro», por lo que su media de edad es avanzada. «Hay poca inversión, por lo que es difícil que apuesten por cambios tecnológicos, de diseño o de planificación», indica Lehmann. En este sentido, la voluntad de la capital del Ebre es la de «ayudar a que haya sabia nueva» y, por ello, se apuesta por programa de «innovación tecnológica, con tipos de negocios como las franquicias».  

Finalmente, la concejal de Promoció Econòmica de Cambrils, Ana López (PSC), resalta que en la localidad del Baix Camp «la media de edad de los comercios es bastante joven» si bien indica que la asignatura pendente es que «nos falta más consumo interno». Por ello, el consistorio liderado por Camí Mendoza apuesta por «generar dinámicas para fortalecer el tejido comercial» y situarse al nivel «al que ya se encuentra la gastonomía» de la localidad.  

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