Cada ciudadano consume entre siete y diez kilogramos de ropa al año. Basta con calcular, por ejemplo, que al cabo de diez años cada miembro de una familia pueda acumular unos 70 kilos, un volumen difícilmente almacenable en una casa promedio.
El desecho, pues, de esos textiles se ha convertido en todo un reto. La empresa de inserción Roba Amiga, encargada del reciclaje en la ciudad de Tarragona y en muchos municipios de la provincia, calcula que cada año se generan en Catalunya 140.000 toneladas de residuos textiles, pero sólo se recogen 11.000 toneladas, es decir, cerca del 8%.