Sondean a Junts para una moción de censura a Ricomà

Nadal frena la operación liderada por Ciutadans con el beneplácito de PSC y PP, que queda paralizada tras la aprobación del presupuesto y la marcha de Viñuales del Ayuntamiento

06 enero 2021 19:30 | Actualizado a 09 enero 2021 18:27
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Junts per Tarragona ha frenado el intento de algunas formaciones de la oposición para impulsar una moción de censura contra el alcalde Pau Ricomà (ERC). Así lo indica al Diari el portavoz de la formación postconvergente, Dídac Nadal, en una entrevista que saldrá publicada mañana en este periódico. De esta forma, Nadal confirma los rumores que, desde hace semanas, recorren los foros políticos de la Plaça de la Font, y que implicarían una operación –ahora paralizada– que había sido liderada por el grupo municipal de Ciutadans con el beneplácito de PSC y PP, que pese a ello se mantuvieron en todo momento en un segundo plano, según recalcan las fuentes consultadas.

Todo arranca en octubre

Según ha podido contrastar el Diari, las conversaciones para sondear a Junts y a la mayoría de la oposición –excepto la CUP– se iniciaron el pasado mes de octubre. Varios fueron los factores que propiciaron el inicio de las conversaciones. El primer motivo que originó el intento fue la condición de independientes que tienen los tres ediles del grupo de Junts, por lo que no tienen que seguir directrices de partido. Nadal se dio de baja del PDeCAT y no se afilió a Junts per Catalunya; Cristina Guzman se marchó del Partit Demòcrata hace meses, tras no recibir el apoyo suficiente para presidir el Consell Esportiu del Tarragonès –en detrimento de Estefania Serrano, de La Pobla de Mafumet–; y Elvira Vidal fichó por la candidatura de Nadal como independiente, y mantiene este status.

La consigna era clara: solo hacía falta convencer a uno de los tres miembros de Junts per Tarragona. PSC (7), Ciutadans (4) y PP (2) suman 13 ediles en el Saló de Plens, por lo que solo faltaría un voto más para lograr la mayoría absoluta y tumbar a Ricomà. Sobre ello insistió especialmente el PP, que apostaba por atraer a un solo voto soberanista para que no pareciera un posicionamiento de partido. «A nosotros se nos hubiera hecho muy difícil de explicar un pacto con Junts, igual que a Ciutadans», reconocen al Diari fuentes del PP, las cuales, sin embargo, habrían aceptado la colaboración de un edil de Junts «ante la inestabilidad del actual gobierno y el descontento que hay en varios sectores económicos de la ciudad sobre la gestión del alcalde», añaden.

«El maquiavelismo dentro de la política no para. ¡Nos han tirado como treinta globos sonda! No es un mensaje claro de moción de censura, sino constantes insinuaciones al respecto», afirma Nadal en la conversación que podrán leer mañana en estas mismas páginas. Asimismo, el líder de la formación que engloba tanto al partido de Carles Puigdemont como del PDeCAT recuerda que «yo di mi voto a Ricomà. En 2018 entré a la política local con un contexto, que en 2019 fue otro y, ahora, estamos en pandemia mundial», a la vez que se muestra enigmático de cara al futuro a medio plazo. «Yo no sé qué pasará dentro de seis meses. ¿Usted cree que ERC podría pactar con el PSC?», se pregunta Nadal en la entrevista sobre un posible cambio de alianzas tras las elecciones del próximo 14 de febrero, a la vez que –de cara al futuro– señala que «la política está viva cada día, pero lo que es cierto es que hay ganas de hacer caer al gobierno, sí».

Pinedo y el Tribunal Supremo

Paralelamente, según indican otras fuentes del PSC, la circunstancia que provocó que los socialistas se plantearan la posible viabilidad de esta operación fue la expulsión de Hermán Pinedo de Podem, hecha pública el pasado 8 de octubre. A juicio de los socialistas, el voto del actual edil de Patrimoni y Joventut «podría vulnerar el pacto antitransfuguismo», ya que el concejal se mantiene en el grupo municipal de En Comú Podem pese a haber sido dado de baja del partido con el que concurrió a las elecciones de 2019.

Asimismo, otro motivo que a juicio de los impulsores podría haber dadp forma a la operación fue la anulación del POUM por parte del Tribunal Supremo, que trascendió el pasado 16 de noviembre. Durante este mandato, el gobierno municipal (ERC-Comuns) no ha logrado tejer una mayoría en el pleno municipal en materia urbanística, ya que Ricomà solo ha contado con el apoyo de la CUP porque Junts se posicionó en contra de la mayoría de la investidura en la trascendental votación para suspender el plan de la Budellera, y también se ha desmarcado de la voluntad del gabinete de la Plaça de la Font para anular la urbanización prevista en Mas d’en Sorder.

De hecho, en la entrevista de mañana Nadal hace públicas sus dudas sobre la capacidad del ejecutivo local para redactar un nuevo plan urbanístico. «Con solo nueve concejales, no creo que lo puedan hacer. Xavier Puig está haciendo un buen trabajo, pero le falta formación técnica en urbanismo. Necesita un gerente que lidere este proceso», señala el líder de Junts, quien añade que el líder del área de Territori –el republicano Xavier Puig– «no es consciente de lo que supone la anulación del plan».

Covid, sin POUM y... ¿sin cuentas?

Con todo este contexto se inició a finales del pasado mes de noviembre la negociación de los presupuestos municipales, que Ricomà afrontó con una fría relación con sus dos socios naturales de este mandato: Junts y CUP. La primera formación había acusado al ejecutivo de «falta de comunicación» y de «pasar por una fase de prepotencia», mientras que las cupaires reclamaban «el cumplimiento de los acuerdos de la investidura y del presupuesto de este año» antes de empezar las conversaciones para las cuentas de 2021. Pintaban bastos para Ricomà, y más con unas elecciones al Parlament en el horizonte, un hecho que avivó las negociaciones en la oposición, ya en caso de no poder aprobar el presupuesto se abría la posibilidad de convocar una moción de confianza al alcalde y, en caso de no superarla, una posible moción de censura.

Covid, minoría en el pleno, sin POUM, con un edil que el PSC cree que podría ser un «tránsfuga» y sin presupuestos. Este era el cóctel perfecto con el que se sondeó a Junts hace semanas, un pack al que también se sumaron las discrepancias aparecidas sobre el proyecto de la Savinosa, que el grupo de Junts en la Diputació avala junto a PSC y Cs ante las dudas de ERC.

Todos estos ítems sirvieron para alargar las negociaciones, que capitaneó Ciutadans. Según ha podido saber este periódico, varios fueron los nombres que se pusieron sobre la mesa para intentar un acuerdo a cuatro. El primero fue el de Rubén Viñuales (Cs), mientras que hubo otras tres opciones del PSC –Pau Pérez, Berni Álvarez y Francesc Roca– y hasta se planteó una posibilidad del grupo de Junts per Tarragona: Elvira Vidal.

Pese a todo ello, Ricomà logró consolidar el pasado 28 de diciembre la mayoría de la investidura, tras aceptar las exigencias de Junts y CUP para el presupuesto. Ya con cuentas para 2021, la pasada semana se conoció la dimisión de Rubén Viñuales como concejal y portavoz de Ciutadans para pasar a ser el número ‘2’ del PSC en los comicios al Parlament de dentro de 38 días. Todo ello abortó la operación. La pregunta es si esta vía ya ha descarrilado o si solo ha quedado temporalmente bloqueada. ¿El POUM dirá?

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