Tarragona cierra desde hoy todas las fuentes públicas por la Covid-19

El Ayuntamiento deja este lunes fuera de servicio los puntos de agua potable y ornamental abastecidos por Ematsa como una nueva medida para evitar la propagación del coronavirus

05 abril 2020 18:30 | Actualizado a 09 abril 2020 11:10
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El Ayuntamiento de Tarragona decretará a partir de hoy el cierre sine die de todas las fuentes públicas de agua potable y ornamental que hay en la ciudad. Así lo asegura al Diari la primera teniente de alcalde y presidenta del Institut Municipal de Serveis Socials, Carla Aguilar–Cunill (En Comú Podem), quien indica que el ejecutivo local toma esta nueva decisión para intentar mitigar al máximo la propagación del coronavirus, después de que el pasado sábado el Gobierno Central anunciara la prórroga del estado de alarma como mínimo, hasta el próximo día 26.

La medida, que con toda probabilidad se hará pública a lo largo de este lunes, afectará tanto a las 32 fuentes públicas de agua potable que hay en la ciudad, así como a las que tienen una función más ornamnetal, como por ejemplo la Font del Centenari o la de la Plaça Imperial Tarraco, ya que «el Consistorio se encuentra en situación de dar los servicios esenciales», recalca la edil.

Tras el estallido del coronavirus, el Consistorio «ha dejado un periodo de margen», según indica Aguilar, priorizando en un primer momento el cierre de los parques infantiles. Sin embargo, desde hace días que en las propias fuentes públicas de agua apta para el consumo ya hay un cartel en el que la corporación municipal «recomienda» a los ciudadanos «no usar las fuentes públicas mientras dure la crisis sanitaria», debido «al riesgo de contagio por con contacto con los manantiales y los grifos de uso público del agua 100% apta para el consumo». Asimismo, en el cartel informativo también se indica que «en caso de no disponer de suministro de agua en el domicilio, contacte con Ematsa en el teléfono 900203329».

La primera teniente de alcalde añade que a lo largo de los últimos días desde Serveis Socials se ha detectado a las familias «con vulenrabilidad» y las que tenían problemas técnicos para recibir el suministro de agua potable. Por ello, los técnicos de Ematsa han instalado un total de ocho contadores a familias que no cuentan con abastecimiento del líquido apto para beber y que, por ello, deben ir a las fuentes a buscarlo. Estos contadores se ponen a nombre de los servicios sociales municipales y se abonan mediante el fondo social de la propia empresa, que deberá incrementarse en las próximas semanas. En este sentido, el pasado viernes el Ayuntamiento encargó una compra de 200 garrafas de agua, ante el inminente cese de actividad de las fuentes de agua potable.

Por lo que se refiere al suministro habitual de agua en los hogares, recientemente Ematsa anunció que tomaba medidas para «garantizar el abastecimiento» durante el estado de alarma, durante el cual se incrementa el consumo debido al confinamiento obligatorio. Así, la empresa asguró que el suministro en Tarragona, La Canonja, Els Pallaresos y El Catllar «está plenamento asegurdo con las máximas garantías». En esta linea, desde la firma de la que el Ayuntamiento es propietario en un 51% se añadió: «Ematsa, en coordinación con las autoridades sanitarias y municipales y en conformidad con sus orientaciones, ha implementado una serie de medidas preventivas encaminadas a proteger la seguridad sanitaria de todo su personal, así como asegurar el normal funcionamiento de las instalaciones donde opera, sean plantas de depuración, potabilización o suministro»

Una medida muy extendida

El cierre de fuentes públicas es una de las medidas más extendidas desde el inicio de la crisis sanitaria, debido a que se trata de instalaciones comunitarias en las que hay mucho contacto con las manos o con la boca. Así, municipios del Àrea Metropolitana de Barcelona como la propia capital, Badalona, L’Hospitalet de Llobregat, El Prat de Llobregat o Viladecans fueron de los primeros que ejecutaron esta decisión.

En Tarragona, sin prácticamente ciudadanos en calle y sin turistas ni visitantes pese a estar ya en Semana Santa, los usuarios más habituales de las fuentes públicas serían los sin techo, ya sea para beber o para asearse. Sin embargo, el área municipal de Serveis Socials, junto a la Creu Roja y la entidad Joventut i Vida, habilitaron el pabellón del Serrallo para que la gente que vive en la calle pueda confinarse durante la crisis sanitaria.

Según detalla Carla Aguilar-Cunill, en el pabellón de la Part Baixa «se ha estabilizado una población de unas cincuenta personas diarias», que se suman a las 25 que están repartidas en tres hostales de la ciudad.

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