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Tarragona cumple hoy justo un mes desde que el pasado 11 de marzo el Ayuntamiento decretara las primeras medidas para combatir la propagación del coronavirus. Ese día, a las 18.06 horas, el Consistorio anunciaba mediante un comunicado de prensa que suspendía entre el 12 y el 27 de marzo «todos los actos, tanto públicos como privados, organizados en la ciudad de Tarragona que tengan un aforo superior a 1.000 personas o inferior, pero limitando el aforo a un tercio de su capacidad».
Las primeras acciones se centraron en aplazar temporalmente la totalidad de las actividades extraescolares organizadas por el Ayuntamiento (las del Pla Educatiu d’Entorn); en las ludotecas; las del Espai Jove Kesse; las de los centros cívicos, así como el refuerzo escolar efectuado por parte del Institut Municipal de Serveis Socials. También se cerró la Biblioteca de Torreforta y el Punt de Lectura de Sant Pere o Sant Pau, así como todas las Llars de Jubilats.
EMT: 80.000 euros semanales
Desde entonces, sin embargo, el plan de actuación municipal ha tenido que ir mucho más allá, ya que las consecuencias de la crisis sanitaria obligaron al presidente del Gobierno Central, Pedro Sánchez (PSOE), a declarar el Estado de alarma –primero hasta el 29 de marzo–, que recientemente se ha vuelto a prorrogar hasta el 26 de abril.
Toda esta situación ha impuesto un confinamiento obligatorio que ha derivado en una «congelación» de la actividad económica, lo que ha supuesto un mazazo sin precedentes para las arcas municipales. Así, la tesorería municipal ha visto como se han perdido 600.000 euros entre la práctica anulación de la actividad en la Empresa Municipal de Transports (EMT) y las zonas de estacionamiento regulado y de aparcamiento.
En el transporte público municipal, la obligación de quedarse en casa ha supuesto hasta la fecha un descenso de unos 300.000 euros en la facturación, a razón de casi unos 80.000 euros semanales. A raíz de la entrada en vigor del confinamiento, la compañía local ha reducido al mínimo sus recorridos, centrándose únicamente en los servicios esenciales de trabajadores, suprimiendo el resto.
Así, desde hace días hay tres lineas – L-71, L-72 y L-73– que dan recogen al personal laboral sanitario y del sector comercial. Las dos primeras dan servicio a los profesionales de Ponent, Sant Salvador y Sant Pere i Sant Pau, mientras que la tercera se centra en los ciudadanos de Llevant. Los trayectos son gratuitos, pero los vehículos solo pueden estar ocupados por un máximo de diez personas para cumplir con las medidas de seguridad para no propagar la Covid-19.
Zona azul gratuita
Paralelamente, otra medida que ha impulsado el ejecutivo de la Plaça de la Font ha sido decretar la gratuidad del aparcamiento en las zonas azules, verdes y naranjas de la vía pública. Así, según datos facilitados por Aparcaments Municipals, la caída en ingresos por el estacionamiento en las calles de la ciudad ha sido de 258.469 euros.
En la zona regulada, en la semana del 9 al 15 de marzo la recaudación cayó un 15%, bajando 12.253 euros. Por lo que se refiere a los días entre el 16 y el 22 de marzo, la reducción fue del 98,6%, lo que se tradujo en un golpe de 78.460 euros. Entre el 23 y el 29 de marzo la disminución fue del 99,8%, por lo que la baja respecto a una semana normal fue de 79.937 euros. Finalmente, entre el 30 de marzo y el 5 de abril, el mazazo llegó hasta el 99,99%, siendo el golpe de 81.549 euros para las arcas públicas. Asimismo, se ha suspendido la renovación de la zona regulada para los residentes mientras dure el Estado de alarma, por lo que el Consistorio también ha dejado de ingresar, de momento, otros 6.270 euros.
Por lo que se refiere a los aparcamientos soterrados municipales, la afectación ha sido de unos 23.000 euros. En la última semana, las caídas han sido ya muy significativas en todos los parkings de Aparcaments Municipals. Así, el descenso respecto a la actividad precoronavirus es del 89,9% en el estacionamiento Saavedra; del 99,3% en el Tarraco (el de la Plaça Imperial Tarraco); del 93,3% en el de Torroja; del 98,8% en el de Francesc Bastos; del 95% en el de la Avinguda Catalunya; del 99,3% en el de President Companys; y del 95,5% en el de Joan XXIII.
Pese a estas contundentes cifras, desde la compañía municipal se remarca que los abonados se han mantenido «estables», «sin variaciones significativas». Debido a este mínimo uso, el Consistorio ha puesto a disposición de los profesionales sanitarios 270 tarjetas de aparcamiento gratuito en sus instalaciones, que se suman a las 150 que también han facilitado las empresas privadas que gestionan los de la Plaça de la Font, Rambla Nova y el de la URV.
«Dinero que no se recuperará»
El concejal de Serveis Centrals del Ayuntamiento de Tarragona, Jordi Fortuny (ERC), resalta que la caída de ingresos por la crisis sanitaria «obligará a reformular tanto el presupuesto municipal como el de las empresas». El máximo responsable económico municipal reconoce que la complejidad de la situación, y teme que los 600.000 euros perdidos hasta el momento «ya no se recuperarán» y, asimismo, calcula que «se triplicará» al final de todo el proceso, ya que «el desconfinamiento y la vuelta a la normalidad será progresiva».
Durante estas semanas, el gobierno municipal también ha decidido devolver a los 10.000 abonados y cursilistas la parte proporcional de las cuotas del Patronat d’Esports por los servicios que no se han podido satisfacer en las piscinas y gimnasios municipales. La corporación local también ha retornado las cuotas proporcionales de marzo por los servicios no prestados del Institut Municipal d’Educació (IMET).
Finalmente, el pasado lunes el Consistorio también debía ingresar 1,1 millones de euros por la cuota de abril de las 10.000 personas que han fraccionado el pago de los tributos municipales. El Ayuntamiento decidió pasar este recibo al 5 de mayo, de forma que se cobrará prorrateándolo entre las letras que se cobrarán de mayo a diciembre.
