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Cuando los romanos diseñaron Tarraco no tuvieron en cuenta la accesibilidad de las personas con movilidad reducida. El Amfiteatre, el Circ o el Teatre Romà eran equipamientos para el uso y disfrute del César, en los que convivía la opulencia del impulsor de turno con el espectáculo que debía servir para ganarse al pueblo. Más de dos mil años más tarde, estos monumentos siguen siendo inexpugnables por una parte de la sociedad.
Ahora, el Àrea de Patrimoni del Ayuntamiento de Tarragona quiere impulsar la redacción de un proyecto para conseguir romper algunas de las barreras presentes en estos monumentos. Así lo ha avanzado la concejal de Patrimoni, Begoña Floria, quien explica que «será una hoja de ruta en el que se estudiará la accesibilidad de los diferentes espacios».
La necesidad de preservar de forma fidedigna estos recintos imposibilitará que puedan llevarse a cabo algunas intervenciones que si se construyeran ahora de nuevo serían obligatorias por ley. Es el caso del acceso a la arena del Amfiteatre. «Son medidas que ahora mismo no nos podemos plantear», decía la edil socialista.
Asimismo, esto no significa que puedan llevarse a cabo pequeños cambios que supongan que estos espacios sean más accesibles. «En su momento, cuando se hizo la reforma del Parc de les Granotes, con el ascensor ya se ganó bastante», justifica. Floria asegura que las intervenciones seguirán esta línea «en la medida de lo posible».
Una de las actuaciones que se llevará a cabo en primera instancia será la mejora del ascensor de la Torre del Pretori. La tecnología es vieja. Funciona a partir de un sistema hidráulico que cuando se utiliza de forma reiterada se calienta, lo que ha generado incontables averías en los últimos tiempos. Patrimoni asegura que quiere arreglarse de forma definitiva.
En estos momentos se ha encargado el proyecto para cambiar la motorización para pasar a un sistema eléctrico. También se adaptará la caja y la cabina a la normativa actual y se creará una nueva parada, con acceso desde la pasarela de la Plaça del Rei para mejorar el recorrido para los visitantes. Para este 2019 también está previsto una revisión de la señalización para «adaptarla al máximo posible a las personas con una dificultad visual».
El Fòrum de la Colònia será uno de los retos más importantes que quiere abordarse, con el cambio de titularidad. Y en este apartado se intervenciones más ambiciosas se incluye también el acceso al Passeig Arqueològic. Ahora mismo, las escaleras de entrada suponen una barrera para las personas en silla de ruedas. Una cuestión que quiere solucionarse. Floria explica que «son actuaciones que nos llevarán tiempo, pero lo más importante es que hay la voluntad política para afrontarlas».
Las personas que a diario sufren estos inconvenientes podrían aportar su punto de vista. «Después de las lluvias fui un día al Pont del Diable y con la silla de ruedas no podías ni pasar. Sería interesante hacer un camino con un material más duro», decía Carles Balanyà.
