Tarragona, de la calma china a las mascarillas agotadas

Crónica. 1.541 personas forman la comunidad china en TGN y comienzan a cansarse de que se les asocie con el coronavirus. Mientras, en las farmacias no hay máscaras

29 enero 2020 20:50 | Actualizado a 19 febrero 2020 19:07
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En China, igual que en España, lo de desearse ¡Feliz año! no es cosa de un día. En aquel país el año nuevo fue el sábado pasado, pero nadie le hará un feo si sigue insistiendo en sus buenos deseos hasta un mes más tarde. Nos lo cuenta Felicia, que junto a otras compañeras está vendiendo un surtido de snacks y golosinas chinas en el Campus Catalunya de la URV a propósito de esta festividad.

Pero este no es un año nuevo cualquiera y no hemos venido a hablar de la tradición, sino de cómo están viviendo la crisis del coronavirus en la distancia.

La palabra coronavirus, de entrada, hace que algunos de sus compañeros expliquen, muy educadamente, que no quieren hablar. Ana (muchos alumnos se ponen un nombre español para facilitar la pronunciación), junto a tres amigas, sí que se decide a detenerse un momento para atendernos.

«Yo no soy un virus»

El discurso de todas es idéntico: «Tenemos confianza en que nuestro gobierno sabrá manejar la situación». Por un momento reconocen que les preocupa la situación de sus familias, pero regresan a la misma línea: «Nuestros hospitales están muy bien preparados. Ya tuvimos la experiencia del SARS en 2003... Tenemos muchos expertos, los investigadores están trabajando en una vacuna». Están muy informadas.

Ninguna es de la confinada ciudad de Wuhan, pero explican que la celebración del sábado pasado no tuvo nada que ver con la de otros años. «Mi familia se quedó en casa jugando», cuenta una de ellas. Otra explica que la comida comienza a encarecerse. No tenían previsto regresar a su país para la celebración porque están en clases.

Otros compañeros reconocen, eso sí, que comienza a molestarles que el virus comience a ser, para el resto del mundo, el «virus chino». De hecho, en Francia ya han comenzado a circular fotos y mensajes en las redes sociales con el mensaje #JeNeSuisPasUnVirus (yo no soy un virus). Ha sido una manera de defenderse de los ataques racistas que comienzan a sufir personas de rasgos asiáticos a cuenta de esta crisis de salud.

Pese a todo, confían en la ayuda internacional y en la de los chinos que están en el extranjero. Las consultadas, como muchos compatriotas, también han comprado mascarillas en las farmacias para enviarlas a su país.

Las mascarillas no se esperan

Tras hablar con ellas acudimos a la farmacia más cercana a ver si han ido muchas personas a comprar mascarillas. Nos dan la respuesta que luego encontraríamos en otras oficinas: «No tenemos, se nos agotaron el sábado pasado. Tampoco podemos pedirlas porque la distribuidora nos ha dicho que no nos las podrá traer porque no tienen más».

La historia se repite en otras cinco farmacias más del centro. Sólo en una de ellas nos dicen que llamemos al día siguiente a ver si han conseguido.

Consultados al respecto, desde el Col·legi Oficial de Farmacèutics de Tarragona, COFT, señalan que «no disponemos de datos reales en referencia a la provisión de estas caretas por parte de las oficinas de farmacia del territorio».

Algunos medios de comunicación nacionales se hacen eco de la misma situación: hay desabastecimiento de estos elementos y los proveedores no tienen en stock.

Desde el COFT insisten en seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias. Ayer en sus redes sociales recordaban que las principales medidas preventivas consisten en evitar contacto directo con animales o personas que presentan tos o estornudos; lavarse las manos frecuentemente y cubrirse nariz y boca al estornudar o toser.

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