Tarragona derribará la caseta de madera de la Vall de l’Arrabassada

La garita, que inicialmente fue el local social de la asociación de vecinos, está abandonada y, en las últimas semanas, abierta

02 junio 2021 04:50 | Actualizado a 02 junio 2021 05:20
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El Ayuntamiento de Tarragona derribará en breve la caseta de madera de la Vall de l’Arrabassada. Está ubicada en el Parc de les Lletres Catalanes y, desde hace unos años, se encuentra en estado de abandono total. Los vecinos llevan tiempo pidiendo una solución para este equipamiento que, en las últimas semanas, ha sido escenario perfecto para botellones, ya que la puerta de acceso estaba abierta. Finalmente, el Consistorio ha decidido iniciar los trámites para eliminarlo. Cabe recordar que su instalación tuvo un coste de 70.000 euros para las arcas públicas.

La caseta se construyó hace aproximadamente unos siete años y la idea inicial era que sirviera como local social para la asociación de vecinos de la Vall de l’Arrabassada. El Ayuntamiento de entonces decidió que la caseta fuera de madera. La garita estuvo gafada desde un primer momento. El presidente de la entidad vecinal, Josep Maria Bertran, recuerda como, a los pocos días de entregarles las llaves, el techo ya se llenó de agua y acabó hundiéndose. El parquet empezó a moverse, los laterales se pudrían y aparecieron las primeras humedades. La situación llegó a tal punto que la asociación optó por convertir el espacio en un almacén.

Finalmente, la entidad acabó trasladándose a otro local ubicado cerca del CAP Llevant. «Entregamos las llaves al Ayuntamiento porque era imposible hacer nada a dentro», explica el presidente de la Associació de Veïns de la Vall de l’Arrabassada.

Desde entonces, el lugar ha estado abandonado, llegando a un estado casi ruinoso y con peligro de desprendimientos. Las paredes de madera se están cayendo a trozos, literalmente. Bertran ha propuesto en alguna ocasión construirla de nuevo y hacer un local para poder guardar el Griu Petit. «Parece que la idea no ha cuajado y prefieren tenerla abandonada, con los cristales rotos, llena de pintadas y de filtraciones de agua», añade Bertran. Parece que el Consistorio ya ha tomado la decisión de derribarla definitivamente, pese a lo que costó.

Botellón

El tema está ahora encima de la mesa porque, hace poco más de un mes, la puerta de acceso a la caseta está totalmente abierta. Los vecinos llevan días alertando a la Guàrdia Urbana de la situación. «Tenemos miedo a que entre alguien a vivir o a que, mientras hacen el botellón dentro, se caiga una parte del techo y tengamos que lamentar daños mayores», dice Bertran.

Y es que, desde que terminó el toque de queda, el Parc de les Lletres Catalanes es uno de los puntos calientes para celebrar botellones hasta altas horas de la madrugada. Grupos de jóvenes aprovechan que la puerta de la caseta está abierta para acceder a su interior, donde se puede encontrar un sofá y otro mobiliario. Los vecinos han llamado en múltiples ocasiones a la Guàrdia Urbana para denunciar la situación.

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