Tarragona exporta marihuana a Bélgica, Holanda y Francia

Los Mossos d’Esquadra han detectado clanes que cultivan aquí la droga para posteriormente llevarla a países europeos, donde puede triplicar su valor en el mercado

29 junio 2018 17:41 | Actualizado a 30 junio 2018 17:28
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La marihuana es la droga más consumida actualmente en el mundo y la que mueve más dinero en Europa, concretamente un 38 por ciento del total. Bajo estas premisas, la demarcación de Tarragona se ha convertido a la vez en una exportadora de este tipo de sustancia estupefaciente al resto del continente, al menos a países como Francia, Bélgica y Holanda.

Lo han constatado los agentes del Àrea d’Investigació Criminal (AIC) de los Mossos d’Esquadra de Tarragona a raíz de las investigaciones y desmantelamiento de plantaciones que han realizado en los últimos años. Así lo asegura el inspector que está al frente de esta unidad, Francesc Moragas. 

El responsable policial reconoce que es un fenómeno «muy preocupante» por la magnitud que está abarcando, tanto a nivel mundial como en Catalunya y Tarragona.

La marihuana es la droga que actualmente provoca también el mayor número de tratamientos por desintoxicación. Cuando se le pregunta el porqué de este auge en las plantaciones, señala que por un lado la pena en España es muy baja –en comparación con otros países de Europa– y, por otro, la facilidad en obtener un rendimiento económico. Y todo ello cuando Podemos ve interesante exportar dicha droga «con denominación de origen».

Penas más altas

En Francia, un detenido por este tipo de delitos se enfrenta hasta a diez años de prisión, 25 si se trata de algunos países del Este de Europa. En Holanda, un país que se consideraba muy liberal en este sentido, se están endureciendo las penas. Algunos ayuntamientos incluso han prohibido las licencias de coffee shop.

En 2008, en plena crisis económica, muchas personas encontraron en el cultivo de esta planta una manera fácil de hacer dinero. Con sólo una recogida de esta droga se lograba recuperar la inversión. En aquellos momentos, las plantaciones se hacían al aire libre, en medio de otras legales o en sitios muy recónditos, para no ser descubiertos.

Como se trata de una planta que necesita mucho calor –y agua–, se plantaba para ser recolectada en septiembre. Con este sistema sólo se conseguía una cosecha al año, por lo que las ganancias eran limitadas.

Pero con el paso de los años, la situación ha evolucionado y han aparecido las plantaciones indoor. Esto ha supuesto un revulsivo para los cultivadores, que han visto multiplicadas como mínimo por cuatro sus ganancias.

Por un lado, se pueden conseguir entre tres e incluso cuatro cosechas al año, que se realizan en el interior de locales, desde un piso hasta una nave industrial. Pero para ello se necesita un buen sistema de lámparas que den calor, un sistema de ventilación, etc. Ello implica un alto consumo de electricidad, que muchas veces se consigue con un empalme ilegal a la red. 

Este nuevo sistema de plantación permite poner en un solo metro cuadrado hasta 17 plantas debido a que ya no se necesita que alcancen los más de dos metros de altura –como las tradicionales–, sino que cuando llegan al metro ya están listas para su recolección. Además, antes de cada planta sólo se conseguía el 15 por ciento de THC –el principio activo responsable de la mayoría de los efectos terapéuticos y psicoactivos–.

Actualmente se logra hasta un 50 por ciento debido a la modificación genética a la que se ha sometido a la planta. 

En el caso de las plantaciones indoor, se necesita que como mínimo tengan calor durante 22 horas al día. De esta forma, el cogollo sale rápido, cuando la planta tiene sólo un metro de altura. Y es que actualmente sólo se fuma el cogollo –donde está el principio activo–, mientras que antes se trituraba la planta entera, la hoja y el tallo.

Todas las mejoras en este campo han propiciado una menor llegada de la droga procedente de Marruecos a Catalunya –aunque siguen los desembarcos en Andalucía–. Por un lado, los consumidores se dedican a cultivar su propia droga, y por otro están los que lo hacen con finalidades de hacer negocio.

Una de las plantaciones más grandes encontradas en los últimos tiempos por los Mossos d’Esquadra en la demarcación de Tarragona fue en El Montmell y El Vendrell, donde había más de 3.000 plantas en dos naves. «Los responsables tenían una especialización muy fuerte. Todo el interior estaba forrado con maderas, para evitar que saliese el olor y también para generar unas mejores condiciones –un microclima– para poder realizar incluso cinco cosechas al año. Es tecnología de vanguardia».

A partes iguales

El cultivo de marihuana en la demarcación de Tarragona se ha convertido en todo un negocio, aunque sea ilegal. De esta manera, a la hora de poner la instalación, la empresa que la monta y el encargado de la plantación van a partes iguales, una práctica que también se da principalmente en Centroeuropa.

Pero las bandas prefieren tener plantaciones más pequeñas. Por un lado, porque cuesta más a la Policía localizarlas; por otro, porque es más difícil demostrar que el acusado pertenece a una organización criminal, un delito que muchas veces conlleva más pena que uno contra la salud pública.

Fuera de las fronteras

Los agentes del Àrea d’Investigació Criminal de Tarragona han podido constatar la presencia en la demarcación de grupos organizados que envían la marihuana más allá de la frontera.

El 12 de enero del año pasado, la Policía Autonómica detuvo a 10 ciudadanos españoles y franceses en diferentes localidades –Mont-roig del Camp, La Selva del Camp, Cambrils, Tarragona y La Pobla de Mafumet– acusadas de formar parte de una organización que cultivaba marihuana para exportarla al extranjero, concretamente a Francia y a Bélgica. Sólo quedó por detener al comprador.

El grupo solía obtener unos beneficios de unos 400.000 euros al mes. Aproximadamente cada diez días, llegaba a Mont-roig    –donde estaba la plantación– una furgoneta, bajo la apariencia de realizar reparaciones de parquet. En ella iban de dos a tres personas. Ponían la droga en botes de plástico de pintura, herméticos, como si fuera material de trabajo. Después de permanecer dos días en esta localidad del Baix Camp, se marchaban con entre 20 y 25 kilos de cogollos de marihuana.

El 10 de noviembre de 2016, los Mossos d’Esquadra realizaban otra operación en la que decomisaron 4.000 plantas de marihuana en sendas naves de Masllorenç y una de El Vendrell. El inspector Francesc Moragas asegura que el destino final de la mercancía era Holanda.

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