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Este fin de semana se han cumplido mil días desde que finalizaran los Juegos del Mediterráneo que organizó la ciudad entre el 22 de junio y el 1 de julio de 2018. Casi 33 meses después, el complejo –de 28 hectáreas de superficie y que supuso una inversión económica de 37,5 millones de euros por parte del Ayuntamiento, Diputació, Generalitat y Estado– tiene abierto a los clubes y a la ciudadanía el gimnasio, la piscina cubierta, el pabellón polideportivo y el estadio de Atletismo Natalia Rodríguez, además de los recientes estrenos del velódromo y el campo de rugby.
A día de hoy la piscina Sylvia Fontana está en obras por la instalación de la caldera de biomasa, mientras que Consistorio y Govern siguen dando pasos para desbloquear el uso de la joya de la corona: el Palau d’Esports. Este recinto albergará durante los próximos meses la vacunación masiva, pero se espera que pueda ser de gestión y titularidad municipal en el último trimestre de 2021.
El 45%, para el rugby
Con todo ello, el presupuesto municipal contempla una inversión global de 624.000 euros en el Anillo Mediterráneo, a repartir entre el campo de rugby, la piscina descubierta y el pabellón para 5.000 espectadores. El 45% se destinará a la nueva instalación de los Voltors, donde está previsto incorporar el césped artificial. Cada semana son unos 200 los jugadores del Rugby que entrenan en Campclar. «Estamos contentos. Claro que quedan cosas por hacer, como los vestuarios, pero el Anillo es un lugar de fácil acceso y con buenas conexiones mediante el transporte público. El cambio con respecto al Complex Educatiu es muy positivo», indica el vicepresidente de la entidad, Sergi Garreta.
La piscina olímpica también es objeto de intervenciones. Actualmente se está instalando la caldera de biomasa, una actuación que se calcula que podrá ser una realidad antes de verano. Asimismo, de cara a la próxima temporada de invierno se espera poder contar con la manta térmica, en una inversión que ascenderá hasta los 149.000 euros y que permitirá conservar la temperatura del agua y ahorrar hasta el 60% de la factura de climatización. El Club Natació Tarraco ha usado esta instalación tras la finalización del evento de 2018 y, en el futuro, apuesta por seguir utilizando este recinto. «Los Juegos dejaron unas instalaciones que eran necesarias para la práctica deportiva. Estoy seguro de que en el futuro habrá una gestión eficiente, de la que los clubes esperamos formar parte», indica el presidente del Tarraco, Josep Maria Claver.
La tercera pata inversora de este 2021 será el Palau d’Esports, un pabellón con capacidad para 5.000 espectadores donde está previsto destinar 190.000 euros para iniciar su adaptación para el uso diario. Para ello falta aún gran parte del parqué, las cortinas separadoras y el material deportivo, en un paquete de actuaciones que se calcula en unos 414.000 euros.
500 en el Natalia Rodríguez
Paralelamente, uno de los equipamientos más concurridos es el estadio de atletismo Natalia Rodríguez, que es usado por el Club Atletisme Tarragona y la sección de atletismo del Gimàstic. Entre ambas entidades suman unos 500 deportistas semanales: unos 280 los primeros y otros doscientos los segundos. «El circuito de caminos dentro del Anillo nos ha ido muy bien para hacer rodajes sobre tierra en lugar de asfalto», resalta el presidente del Club d’Atletisme, Joan Bardina, quien señala que «la pista de atletismo prácticamente es la misma, pero con el tartán y las colchonetas nuevas, tanto de pértiga como de altura. Aparte, la pista cubierta nos da opción de entrenar si hace mal tiempo», señala.
En la misma linea se expresa Pere Valls desde la sección de atletismo del Gimnàstic. «El nuevo estadio es mucho más amplio. El otro era de 1987 y con falta de mantenimiento. Es un salto de calidad muy grande porque ahora, además, se pueden organizar competiciones internacionales», resalta el tesorero del club grana.
Asimismo, otra de las novedades es el velódromo, que es usado por un centenar de deportistas de la sección de patinaje del Nàstic, del Club Ciclista Campclar y del Club Dojo Tarraco. «Hasta hace poco entrenábamos en el faro o el parking de Bonavista. Para nosotros usar el espacio donde se hizo la petanca en los Juegos es un gran paso adelante, que nos permite tener buenas perspectivas de futuro», indica Alexandra Palos, del Gimnàstic. Asimismo, Diego Boss, del Club Ciclista Campclar, también reitera que el velódromo es «clave» para el ciclismo, si bien pide «más limpieza, menos baches y que se cubra».
