Tarragona necesita 400 matemáticos

Es la nueva carrera sin paro. Faltan profesores de ‘mates’ y, además, son objeto de deseo de las TIC. La demanda de este perfil se ha multiplicado por ocho en la provincia en cinco años

24 noviembre 2018 08:32 | Actualizado a 26 noviembre 2018 10:44
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Hay en el mercado laboral un nuevo rol codiciado: los matemáticos. Y no sólo porque falten en el ámbito educativo y haya en institutos de Tarragona todo tipo de perfiles dando clases de ‘mates’: químicos, físicos, economistas o biólogos enseñan álgebra o trigonometría ante la ausencia de licenciados. Las empresas, sobre todo las TIC, se rifan a los matemáticos, objeto de deseo. «Hay demanda de matemáticos por parte de empresas de telefonía móvil o gestión de redes sociales y de información digital en general. Igual que se piden ingenieros, también se reclaman matemáticos», cuenta Maria Bras, doctora en Matemáticas y profesora en el Departament d’Enginyeria Informàtica de la URV. En la universidad tarraconense se imparten asignaturas de matemáticas, aunque no hay grado específico. 

627

Entre 2017 y 2018 las empresas tarraconenses han brindado 627 empleos que requerían haber estudiado la carrera de Matemáticas, según datos ofrecidos por Infojobs. De ellos, 400 son de este año. 

Algunos datos reflejan esta nueva necesidad empresarial. Una muestra: la plataforma Infojobs ofertó en la primera mitad de año en la provincia hasta 400 empleos donde se requerían matemáticos. De ellos, 360 tenían que ver con el sector de la informática y las telecomunicaciones y 40 con la administración de empresas. 

De 50 vacantes a 400
Los reclamos crecen de forma exponencial. En 2017 el número de puestos con estos requisitos en las comarcas tarraconenses fue de 227. Pero aún es más espectacular la evolución si se toma perspectiva. En 2013, se requirieron en Tarragona sólo 50 puestos de este tipo. Así, la demanda de vacantes se ha multiplicado por ocho en cinco años. Los expertos en lo que antes se llamaba ciencias exactas van muy buscados: se paga un buen sueldo al que sepa sacar oro de las estadísticas, elaborar un algoritmo o hacer predicciones basadas en miles de cálculos. 

«Hay profesores que preferirían impartir otras materias y se ven dando ‘mates’ porque les ha tocado»
Maria Bras
Doctora y profesora en la URV

La industria farmacéutica, la banca, la minería de datos (la tecnología que descubre patrones de comportamientos a partir de cifras), el transporte aéreo y los seguros son ámbitos de crecimiento. ¿Por qué es tan preciado el ducho en las mates, quizás la materia estudiantil con peor propaganda y con tantísima fama de abstrusa? «El matemático, en el fondo, ofrece un servicio, una solución. Está detrás de las aseguradoras que calculan el riesgo y marcan la cuota», explica Josep Domingo Ferrer, Catedrático Distinguido de Ciencia de la Computación e Investigador ICREA Acadèmia en la URV, donde dirige la Cátedra Unesco de Privacidad de Datos. 

«El matemático tiene una capacidad analítica interesante para las empresas»
Àngel Xifré
Profesor en el Institut Gabriel Ferrater de Reus

Pero hay más sectores clave: «Hay matemáticos que trabajan en esa definición de productos financieros complicados. Desde los años 90, son cuestiones que se han complicado demasiado. De alguna manera, se suele decir que solo las entienden los que las han diseñado. El matemático que trabaja en empresa puede dedicarse al análisis de datos estadísticos, es capaz de extraer información y de conectar datos entre sí. Encuentra modelos», añade Domingo. Este profesor incluso sugiere aplicaciones en el Deep learning o aprendizaje profundo: «Hablamos de una red neuronal a la que le das muchísimos datos para que aprenda a tomar decisiones correctas. Se intenta encontrar una regularidad en los métodos de entrenamiento, para saber qué funcionará». 

«Hay matemáticos que trabajan en la definición de productos financieros complejos»»
Josep Domingo Ferrer
Catedrático en la URV

Son, en esencia, las aplicaciones del big data. Las compañías piden este tipo de formación no para esclarecer teoremas inextricables, sino para resolver problemas prácticos. Así lo explica Àngel Xifré, profesor en el Institut Gabriel Ferrater de Reus y presidente de la Associació de Professors de Matemàtiques de les Comarques Meridionals: «La salida laboral no es tanto por la aplicación directa de los conocimientos sino por la capacidad analítica que puede tener un matemático». Xifré detecta un problema añadido: «Hay muy pocos licenciados que se quieran incorporar a la docencia, sólo van los más vocacionales. Ahora tienen una diversidad de puestos a los que acudir». 

90%

Nueve de cada diez ofertas de matemáticos en Tarragona son del sector de la informática y las telecomunicaciones, más atractivo que el campo de la enseñanza, donde también hay falta de estos perfiles. 

Entre la vocación y la tecnología
Maria Bras alerta de un inconveniente: «Hay profesores que preferirían impartir otras materias y que se ven dando matemáticas porque es la asignatura que les ha tocado. No es la situación idónea».Eso sí, quien tiene espíritu de profesor empieza en ello y difícilmente emprende el tránsito a la empresa tecnológica. «En el sector privado, si trabajas con megadatos sí puedes tener sueldos más alto. Donde se maneja dinero hay, evidentemente, salarios más altos, pero también se hacen jornadas más extenuantes y con más presión. La gente que tiene vocación entra en Secundaria y no suele cambiar. Ahí también tienen una estabilidad y alicientes como un horario más o menos delimitado», cuenta Josep Domingo Ferrer.

Sólo esa derivada romántica de la divulgación sale al rescate de las ‘mates’ en el aula, que tienen duros competidores. Según datos de Infojobs sobre Tarragona, el sector donde más se pidió este tipo de perfil fue el de informática y telecomunicaciones, con un 54% respecto al total en 2017. En lo que va de 2018 el porcentaje se ha disparo al 90%. Las finanzas y la banca aglutinan el 39% de las ofertas, muy por delante de la Educación y la formación (un 5%). El análisis de mercados es otro campo que quiere matemáticos, ese perfil al alza, que en tiempos de creciente digitalización observa tendencias, idea marcadores, predictores y modelos. «Lo más importante es el servicio que hay detrás, y el matemático es capaz de aportar soluciones a un problema», concluye Josep Domingo Ferrer desde la URV. 

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