«Tarragona necesita al PP. Aquí no hay lazos amarillos»

Visita exprés. Pablo Casado pasea por el Amfiteatre y la Plaça de la Font y reivindica el PP en la declaración de Patrimoni Mundial del 2000

01 febrero 2019 07:31 | Actualizado a 06 febrero 2019 13:37
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Al mal tiempo, buena cara.  Coincidiendo con el mazazo que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dio ayer al PP –que dice que la formación conservadora pasaría a ser la cuarta fuerza en el Congreso de los Diputados por detrás de PSOE, Ciudadanos y Podemos– el presidente de los populares, Pablo Casado, realizó este jueves una visita exprés a Tarragona, una ciudad que –desde hace años– es  junto a Badalona la gran referencia del PP a nivel catalán. Esto es, en gran parte, gracias a un Alejandro Fernández que, pese a acompañar ayer a Casado, tiene otros objetivos en el horizonte.

 Ayer, en un día complicado para los populares, Casado buscaba mimos. Seguramente por ello decidió pasearse por la localidad catalana en la que su formación tiene más poder tras el pacto con el PSC en Casa Canals de febrero de 2016, que da al PP la primera tenencia de alcaldía y cuatro concejalías.

No debe olvidarse que, si se hace una mirada atrás de las dos últimas décadas, el PP es la segunda formación que ha estado más años en el gobierno de la ciudad, esto sí, sin tener nunca la alcaldía. Desde 1999, el PSC ha estado 12 años en el ejecutivo de la Plaça de la Font (2007-2019), por los 11 del PP (1999-2007 y de 2016 hasta la actualidad). Convergència i Unió lo ha estado ocho (1999-2007); ERC, cuatro (2007-2011); y Unió Democràtica uno y medio (de febrero de 2016 hasta octubre de 2017). 

Visita guiada... con Balart
Pablo Casado hizo acto de presencia en la ciudad pasadas las seis de la tarde. Y lo hizo acompañado de una comitiva en la que también estaban presentes la portavoz del Partido Popular en el Congreso, Dolors Montserrat; el diputado tarraconense Jordi Roca, el presidente catalán –Alejandro Fernández–, además de todo el grupo municipal, con el alcaldable José Luis Martín a la cabeza. Tampoco faltó el representante de Sociedad Civil Catalana (SCC), Jaime Climent.  

Pablo Casado: «Defiendo las alianzas con el PSC cuando los socialistas ejercen como constitucionalistas»

Casado bajó del coche oficial frente al Hotel Imperial Tarraco, un inmueble que, como el PP, está en plena reconstrucción después de haber vivido épocas mucho mejores. El líder del PP –vestido con corbata verde, camisa azul claro y chaqueta azul oscuro– visitó primero el Amfiteatre, donde recibió las explicaciones del director del Museu d’Història, Lluís Balart. Casado, esto sí, sólo realizó una pregunta al funcionario municipal. «¿De qué año es el anfiteatro?», le indicó a un Balart que, tras el encuentro, ironizó en la intimidad con el hecho de que «ha mostrado tanto interés por el Amfiteatre como el día que vino Marc Márquez». Traducción: interés cero. Por cierto, ¿ya sabía Casado que Balart fue el candidato de ICV en las elecciones municipales del año 2007?

El presidente popular destacó en el monumento del siglo I d.c. que «no es muy necesario presentar» al candidato José Luis Martín, ya que «es una persona muy conocida por el hecho de llevar ya varios años como concejal», a la vez que recordó que «coge el testigo de nuestro presidente regional y ahora referente autonómico», en clara alusión a un Fernández que se lo miraba desde detrás de las cámaras. Ya se verá si, durante la próxima campaña electoral, Alejandro se mantendrá en el banquillo o bien si Martín le sacará a jugar en los mítines. ¿Qué apuestan?

«Un PSC constitucionalista»  
Casado dedicó dos de sus doce minutos de intervención a Tarragona. Destacó que la ciudad «necesita al PP», ya que «al frente de su tenencia de alcaldía se ha convertido en la ciudad en la que no hay propaganda independentista en el espacio público. Aquí no hay lazos amarillos», indicó, a la vez que recordó que «cuando los pusieron en la Muralla, el responsable del área –José Luis Martín– dijo que se retiraran, ya que no sólo era una ofensa al patrimonio histórico, sino también a la propia libertad de los españoles que no quieren como emblema uno que acusa a España de ser un régimen no democrático que tiene presos políticos».   

El líder del PP, animado por el entorno histórico, resaltó asimismo que «Tarragona fue declarada Patrimonio de la Humanidad coincidiendo con la gestión del PP». En concreto, Tarragona fue designada en el año 2000, siendo Maria Mercè Martorell concejal de Patrimoni. Lo que no recordó el líder del PP es que los populares estaban en el gobierno de la mano del convergente Joan Miquel Nadal. 

El presidente popular defendió también las «alianzas» con el PSC cuando los socialistas «ejercen como constitucionalistas». Precisamente, acto seguido, Casado cruzó la Rambla Vella y visitó el palacio municipal, donde fue recibido por el alcalde Josep Fèlix Ballesteros. El máximo edil le explicó los entresijos del Saló de Plens y, desde el balcón, enfatizó que Tarraco «tenía un Circ más grande  que el de Roma». Después le mostró el cuadro que Salvador Dalí pintó el 17 de agosto de 1973 en su visita a Tarragona. Una metáfora del surrealismo en el que vive instalada la política en general y su partido en particular. 

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