Tarragona paga 186 millones a los bancos durante la última década

La ‘mochila’ que arrastra el Consistorio le supone abonar casi un 10% del presupuesto anual para cubrir la amortización de los 20 créditos pendientes, así como sus intereses

12 diciembre 2021 20:09 | Actualizado a 14 diciembre 2021 06:03
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El Ayuntamiento de Tarragona ha abonado a las entidades financieras un total de 186 millones de euros durante la última década para pagar su deuda. Según los datos que maneja el Consistorio, esta cantidad –que suma las amortizaciones de los créditos y los intereses bancarios– supone aproximadamente un 10% del presupuesto municipal de cada año. De cara a 2022 deberán añadirse los 15,6 millones que se afrontarán el próximo año y que supondrán el 9% de las cuentas, que si se aprueban en el Saló de Plens ascenderán hasta los 168 millones. De lo contrario, si no hay acuerdo político, se quedarán en los 163, a la espera del posible remanente que se aplicará a partir de la primavera y que supondrá un aumento de las cuentas de entre 4 y 5 millones de euros.

     A día de hoy, la corporación de la Plaça de la Font arrastra una deuda de 134 millones de euros, que se espera que a final de este año baje hasta los 128. Este pasivo se abona en base a los 20 créditos que está pagando la administración local, y que algunos de ellos aún son por obras realizadas en el siglo XX. «Lo que intentamos es amortizar más de lo que pedimos a crédito. De esta forma poco a poco vamos bajando la deuda», indica el concejal de Serveis Centrals, Jordi Fortuny (ERC), quien recalca que la situación de «equilibrio inestable» que, a su juicio, viven las arcas municipales desde hace años provoca que «para comprar una silla debamos ir a crédito», ya que «hace mucho tiempo que no se pueden pagar inversiones con el gasto corriente, sino que siempre debe acudirse al préstamo bancario». 

De la crisis a la pandemia
Los pagos a los bancos de los últimos diez años han estado marcados por los créditos concertados antes de la crisis económica, la gestión de la bajada de ingresos por la paralización de la actividad a mediados de la pasada década, los problemas con algunas actuaciones que se encarecieron –como la comisaría de la Guàrdia Urbana o el Teatre Tarragona– y la explosión de la pandemia del coronavirus desde 2020.  
Cabe señalar que la deuda se ha reducido notablemente en una década.

Los momentos con una mayor «mochila» fueron en 2011 y 2012 –en la segunda caída por la crisis de 2008– cuando la cifra era de 185 millones de euros, cincuenta más que ahora. De hecho, 2013 y 2014 –con Josep Fèlix Ballesteros (PSC) en la alcaldía– fueron los años en los que el Consistorio destinó un mayor volumen para el pago de la deuda, ya que se dabonaron 30,2 y 28 millones, respectivamente. En esa época, además, el pago de los intereses bancarios por los préstamos era mucho más elevado que en la actualidad. Así, en 2013 se abonaron 8,9 millones por este concepto, por los 8,3 de 2014.   

Desde entonces, la cantidad que se destina a la deuda con los bancos se ha reducido, especialmente por la racionalización de los intereses. Así, desde 2015 se han abonado unos 89 millones por la deuda, de los cuales los intereses han supuesto 12,5. En concreto, se ha pasado de pagar 2,5 millones en 2015 al millón de 2021 y a los 900.000 euros que se esperan para 2022, cuando el volumen global que se destinará a los bancos supondrá 2,2 millones más, una cifra que, sumada a la baja de ingresos, pone en jaque el presupuesto para 2022.  

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