Tarragona pide a Pau Ricomà que recupere el diálogo y simplifique la burocracia

22 junio 2019 22:10 | Actualizado a 23 junio 2019 07:00
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Tarragona inició el pasado sábado un nuevo ciclo. Tras doce años de hegemonía socialista, con Josep Fèlix Ballesteros como alcalde, el republicano Pau Ricomà tomaba la vara de la alcaldía y daba pie al gobierno del cambio que había reivindicado durante estos últimos cuatro años. El apoyo de los tres concejales de Junts per Tarragona, los dos de En Comú Podem y de las dos representantes de la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) hacían posible el relevo. Sin embargo, los nueve concejales que ahora conforman el gobierno con los comuns dan una estabilidad frágil, que obligarán a hacer un juego de equilibrios.

Los próximos cuatro años no serán sencillos, y a la espera de si finalmente la CUP entra en el Gobierno, Pau Ricomà y su equipo deberán dialogar y negociar mucho. Y, precisamente, diálogo y consenso son dos de las cosas que pide la sociedad civil al nuevo Ayuntamiento.

A lo largo de esta semana, el Diari de Tarragona ha preguntado a 62 representantes de la ciudad qué le pedirían al nuevo alcalde. Se ha hecho una selección amplia, con representantes del tejido económico, social, cultural y deportivo. Entidades y asociaciones también han dado su punto de vista en un ejercicio en el que se ha intentado que la diversidad de voces sea representativa de la pluralidad de Tarragona. La disparidad de intereses hace que sea difícil extraer unas prioridades. Y esto permite llegar a una primera conclusión: habrá muchos campos de batalla abiertos sobre los que actuar en los próximos meses.

Trabajo conjunto

Pese a ello, en las respuestas de la ciudadanía sí que hay algunos ítems compartidos. Uno de estos es el diálogo. Insisten en ello las asociaciones de vecinos, que quieren tener más protagonismo en el próximo mandato. Tanto la presidenta de Tarragona Centre como la Federació d’Associacions de Veïns de Llevant y la Federació d’Associacions de Veïns de Tarragona (FAVT) hablan de «consensuar entre todos las prioridades». Un concepto sobre el que también hace hincapié Toni Garcia, de Sant Salvador, quien insiste en que Ricomà «sea una persona cercana que hable con la gente, que visita las asociaciones y sepa la realidad de cada barrio y conozca las problemáticas».

Diálogo para encontrar soluciones y también para seguir avanzando de forma conjunta. Una postura en la que inciden los representantes de dos de los principales motores de este territorio, como son el Port de Tarragona y la Universitat Rovira i Virgili (URV). Ricomà iniciaba esta semana las reuniones institucionales con un encuentro con el delegat del Govern en el Camp de Tarragona, Oscar Peris. En los próximos meses seguirá haciéndolo con los diferentes agentes del territorio.

Josep Maria Cruset, presidente del Port de Tarragona, habla de la voluntad de «seguir buscando sinergias entre instituciones para poder trabajar conjuntamente».

Dinamizar el centro

El pequeño comercio espera medidas de estímulo. Impulsar la Illa Corsini y controlar el incivismo son algunas de las exigencias de la sociedad civil para hacer un centro más atractivo. Más allá, la presidenta de la Cambra de Comerç de Tarragona, Laura Roigé, entregó durante la campaña electoral un informe a los partidos con las principales demandas para impulsar la economía de Tarragona. Se centraba en dos aspectos principales: el comercio y los polígonos industriales. Ricomà y su equipo ya disponen de estos documentos, en los que le proponían medidas en materia de aparcamientos.

La mejora de las zonas industriales es otro de los aspectos que aparecen en boca de los agentes económicos. Y aquí una de las peticiones que aparece es la necesidad de agilizar la tramitación burocrática, para facilitar la instalación de nuevos negocios. La carga administrativa es un aspecto que denuncia también el presidente de la CEPTA o el de la Associació de Càmpings de Tarragona. «La agónica burocracia de la OMAC hace que los empresarios no quieran venir a crear empleo a la ciudad. Y ahoga a los que estamos aquí cada vez que queremos hacer un trámite», defiende Javier Escribano, de la Associació d’Empresaris d’Hosteleria de Tarragona.

El sector cultural quiere tener más protagonismo en este mandato. Se espera que éste sea una prioridad del nuevo alcalde ya que Ricomà ha asumido la gestión del áreas que hasta el momento había llevado Begoña Floria. «Que lo inunde todo», dice la presidenta de Òmnium Cultural, Rosa Maria Codines.

Más mantenimiento

Si hay que interpretar los gestos como declaraciones de intenciones, la educación será una prioridad del nuevo gobierno. Tras su primera reunión, el pasado lunes, el portavoz, Xavier Puig, anunció que se llevaría a cabo una ronda de visitas a todos los centros. Y aquella misma tarde, Pau Ricomà y Carla Aguilar Cunill asistían a una obra de teatro en los alumnos del Institut Campclar. Josep Queraltó, responsable de los directores de escuelas primarias, pide «optimizar, controlar y hacer un seguimiento del servicio de mantenimiento y limpieza en los centros». Por su parte, el director del Institut Pere Martell, Ángel L. Miguel, considera que hay que «implantar mecanismos para la movilidad sostenible para conectar el Complex Educatiu con la ciudad».

Tarragona destaca por la riqueza de su tejido asociativo. Y las entidades también le mandan un mensaje al nuevo alcalde. «Que valore, apoye y cuente con las asociaciones y clubs que de forma altruista están haciendo un trabajo esencial para la identidad de la ciudad». Así se expresa Josep Maria Claver, presidente del CN Tàrraco.

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