Tarragona reinicia el Pla Budellera y exige al Estado mejoras para la N-340

El Ayuntamiento pide al Gobierno Central inversiones para poner al día la señalización y la accesibilidad de la vía

19 mayo 2017 15:58 | Actualizado a 21 mayo 2017 14:16
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El Ayuntamiento de Tarragona aprobó ayer reiniciar la tramitación del futuro barrio de la Budellera y, paralelamente, exige al Gobierno Central que mejore la señalización y la accesibilidad de la antigua carretera N-340, que también pasa por la zona de Llevant.

El pleno municipal de ayer aprobó suspender la tramitación del polémico plan parcial, un futuro barrio para 10.000 personas que unirá la Vall de l’Arrabassada con Boscos de Tarragona. La suspensión se aprobó con el voto a favor del equipo de gobierno (PSC, PP y Unió), así como de PDECAT, ICV y Ciutadans. Por su parte, CUP y ERC lo hicieron en contra. Ahora, el Consistorio da tres meses de margen a la Junta de Compensación Provisional para que vuelva a presentar otro proyecto, cumpliendo las directrices marcadas por parte de la Comissió Territorial d’Urbanisme de la Generalitat de Catalunya.

Sin párking en la Llarga

Según el dictamen firmado por parte de la concejal Ivana Martínez (PSC), la corporación local decide volver a empezar la tramitación urbanística del plan, debido a las «deficiencias enmendables» que se han detectado. En concreto, el organismo del Govern insta al Consistorio a realizar cambios en el documento, algunos de los cuales son vinculantes. Entre las cuestiones que exigen los técnicos de la administración autonómica está el hecho de llevar a cabo el desarrollo del plan por fases y no todo a la vez, mientras que se pide mejorar la conexión del futuro barrio con la autovía A-7.

Otras de las cuestiones solicitadas por parte de la Generalitat es la de cambiar el uso de una parcela situada en la playa Llarga que el Consistorio quería catalogar como de equipamiento público –para que ejerciera como aparcamiento– pero que el Govern pide que se mantenga como zona verde, libre de cualquier actividad económica. Asimismo, también se eliminarán las tres torres de 14 plantas previstas inicialmente, así como que los edificios sólo tengan planta baja y seis plantas.

Ayer, la presidenta de la Federació de Veïns de Llevant, Gemma Fusté, expuso que la voluntad de los residentes de la zona «no es la de hacer un segundo proyecto para la Budellera, sino una modificación del POUM para dejar libre ese territorio». Esta posibilidad es apoyada por parte de ERCy CUP, que también se oponen a las 4.200 viviendas previstas. Fusté reivindica que el Ayuntamiento apueste «por un nuevo urbanismo» y rehabilite «las zonas viejas de la ciudad».

Dos semáforos en Llevant

Por otra parte, el pleno municipal aprobó, por unanimidad –PP incluido–, requerir al Ministerio de Fomento «para que efectúe los trabajos de mejora de la señalización de la N-340 en su trazado entre la Savinosa y La Móra». En este sentido, la moción solicita la instalación de dos nuevos semáforos en la antigua carretera nacional. El primero, a la altura de Cala Romana y, el segundo, en Solimar, «con sus correspondientes pasos para peatones», que permitiría mitigar la peligrosidad actual que tienen los vecinos para traspasar la vía.

Asimismo, el documento acuerda «iniciar los trabajos de señalización de acceso a las paradas de transporte interurbano» en el entorno. Recientemente, la Empresa Municipal de Transports (EMT) anunció su intención de suprimir la parada situada en Solimar, en dirección Barcelona, por su alta peligrosidad. Ayer, la presidenta de la EMT, Begoña Floria (PSC), confirmó la decisión, ya que «de momento, no hay ninguna alternativa para garantizar la seguridad de los usuarios».

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