Tarragona tendrá desde hoy el Palau... pero a medias

El pleno municipal avala este viernes el convenio con el Govern que supone el primer paso para desencallar la gestión de un pabellón inaugurado hace casi tres años  

18 marzo 2021 17:51 | Actualizado a 19 marzo 2021 06:43
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33 meses después de que el exPresident de la Generalitat de Catalunya Quim Torra (Junts) inaugurada el Palau d’Esports en junio de 2018, hoy –al fin– Ayuntamiento y Govern sellan el primer paso administrativo para que el emplazamiento situado en el Anillo Mediterráneo pueda tener un uso diario por parte del Patronat Municipal d’Esports, los clubes y las entidades de la ciudad de Tarragona. 

El pleno municipal telemático aprobará esta mañana el convenio que, tres años después de los Juegos del Mediterráneo, abre la puerta para que el recinto deportivo deje de estar en el olvido... si bien esto no se logrará a corto plazo porque el convenio que se avala hoy no hará posible aún que el equipamiento pueda ser usado de forma habitual. En concreto, Consistorio y Generalitat han definido un documento en el que el Consell Català de l’Esport autoriza a la administración local «de forma gratuita» a utilizar el Palau, si bien la corporación autonómica «no proporcionará ni recursos económicos ni humanos» para que el espacio tenga actividad.  

De hecho, el objetivo principal del acuerdo es el de establecer un calendario y marcar un horizonte  de máximo un año para firmar el traspaso sine die de la gestión de la joya de la corona del Anillo de Campclar. Por ello, antes de que el Patronat pueda adaptar el espacio a sus necesidades del día a día, el Ayuntamiento deberá definir y aprobar una «mutación demanial» del suelo para que la Generalitat pueda declarar e inscribir posteriormente la obra en el Registro de la Propiedad.

Luego, el Govern deberá aprobar una nueva mutación demanial del suelo y del edificio en favor del Consistorio para que el recinto pueda ser utilizado con todas las garantías inversoras por parte de la administración liderada por Pau Ricomà (ERC). Mientras, el Consistorio solo podrá usar el pabellón de forma puntual y sin realizar ninguna obra pero, esto sí, cada vez que lo quiera utilizar no deberá llevar a cabo ninguna tramitación burocrática porque ya tendrá las llaves. 

«Un paso adelante»
La firma del convenio, que llega tras varios años de desencuentros, permite al equipamiento «iniciar una nueva etapa», según indica el portavoz de ERC, Xavier Puig, quien también pone el retrovisor: «Hemos logrado desbloquear un problema muy importante que generó y que no supo reparar el anterior gobierno», indica el teniente de alcalde, quien califica la situación como de una «herencia envenenada» de socialistas y PP. 
Precisamente, desde el PSC Berni Álvarez resalta que el texto que pasa hoy por el pleno «es un paso hacia adelante respecto a lo que se quería impulsar hace ocho meses», pero reivindica que «debemos luchar para que el Govern nos entregue la obra completamente acabada», un hecho que «nos permitirá crecer y tener poder de planificación». 

La votación de esta mañana contará con el OK de Junts y CUP, dos formaciones que se especula que podrían formar parte del ejecutivo de la Plaça de la Font. «Es un pequeño avance, pero no es lo que nos gustaría», indica Dídac Nadal, quien añade que «volvemos a reclamar que el Palau d’Esports sea de la ciudad de Tarragona y que se abra inmediatamente a los clubes y a la ciudadanía». Por su parte, Eva Miguel (CUP) también carga contra la «desidia» del PSC con la negociación y el hecho de que «haya costado tanto llegar a un acuerdo para un uso permanente cuando hay el mismo color político en Tarragona y la Generalitat». 

Desde Ciutadans, que hoy no se opondrá a la propuesta, Francisco Domínguez remarca que, pese a haber avanzado respecto a la situación de hace un año, «aún hay déficits evidentes» y lamenta que «aún se tardará un año en poder hacer un uso diario del emplazamiento». Finalmente, José Luis Martín (PP) denuncia que «Ricomà ha permitido una nueva humillación hacia Tarragona», y denuncia que el Govern «nos entrega una obra que no está acabada y sin plazo determinado». El culebrón del Palau parece que hoy acaba su primera temporada. Pero todo parece indicar que tendrá más.  

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