Tarragona, tercera provincia de España que más empleo crea durante la recuperación

Tras Baleares y Cádiz, Tarragona tira del carro después del final del estado de alarma gracias al turismo. En junio el desempleo bajó un 8,7%. El efecto rebote tiene claroscuros

03 julio 2021 09:40 | Actualizado a 04 julio 2021 08:29
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La destrucción de empleo fue tan veloz como está siendo ahora la recuperación o, al menos, su fase inicial. Tarragona, que ha estado entre las provincias más afectadas por el paro derivado de la pandemia, se beneficia ahora del incipiente regreso a la normalidad, según reflejan los datos de mayo y junio. El trabajo generado aumentó en mayo un 2,7%, la tercera cifra más alta de España, sólo por detrás de las Islas Baleares (8%) y de Cádiz (3,3%), igualando a otro enclave indudablemente turístico como Málaga (2,7%). En junio, según los datos dados a conocer ayer, la dinámica es similar: la afiliación a la Seguridad Social según el Ministerio subió un 3,78%, situándose también entre las más altas de todas.

A la espera del arranque de la temporada alta veraniega y con el sector conteniendo el aliento por lo que suceda con el turismo británico, los primeros datos arrojan señales para un optimismo moderado. La reciente estadística del paro del mes de junio camina en esa dirección. Tarragona registró 5.042 desempleados menos, un descenso de un 8,75% respecto a mayo, el quinto retroceso más abultado, solo por detrás de las Baleares, Málaga, Lleida y Girona. Son cifras históricas, aunque hay que contextualizarlas en la afectación económica de la pandemia y su posterior efecto rebote.

El turismo será la clave

«La intensidad del rebote viene marcada por la intensidad de la caída previa», diagnostica Juan Gallardo, jefe del gabinete de estudios de la Confederació Empresarial de la Província de Tarragona (CEPTA). Para este analista, «a nivel territorial todo dependerá de cómo sea esa recuperación en el sector turístico»: «Está claro que hay una recuperación, un rebote. Al efecto estacionalidad por el verano se añade una cierta normalización, yo no hablaría de una recuperación completa. Las empresas están sacando a los empleados de los ERTE, hay una reactivación, pero habrá que ver cómo va la temporada».

«Hay un efecto rebote marcado por la intensidad de la caída previa»

Para Gallardo, las dinámicas van por barrios y «las perspectivas son un tanto agridulces y desconcertantes», de ahí que sostenga: «La industria está funcionando bien, el comercio se muestra errático. Hay desigualdad entre sectores. Hay mucha esperanza en la restauración pero, por ejemplo, las ventas de coches están yendo bastante mal. En nuestro territorio todo dependerá de lo que pase con la campaña turística».

La recuperación tiene claroscuros. Durante el mes de junio se firmaron 33.551 contratos en Tarragona, un 31% más que en mayo y un 75% en relación al año anterior, estadísticas que vuelven a estar entre las mejores de España. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el 90% de esas contrataciones son temporales.

El crecimiento hostelero

Esta generación de puestos marca un patrón distinto. Si hasta abril el crecimiento se asentaba sobre los sectores más o menos resistentes a la pandemia, como la industria, el sanitario o los servicios de alto valor añadido, ahora son las actividades más golpeadas las que se están recuperando con fuerza. En Tarragona, casi tres cuartas partes, en concreto el 74%, de los contratos firmados en junio fueron del sector servicios. «El crecimiento se debe, sobre todo, a la recuperación de los sectores que han estado más afectados por las restricciones administrativas, singularmente, la hostelería, que aún tiene margen de crecimiento», desglosa el Ministerio.

Rafael Muñoz, economista del gabinete de la CEPTA, cree que «aún estamos en la incertidumbre» y que «la situación ha cambiado y ya no volverá a ser igual». Muñoz añade: «Se está contratando a gente con cierta preocupación porque no sabemos muy bien si la situación puede empeorar de pronto si hay un rebrote». Este economista cree que, «por mucho que mejoren los datos y que nos refiramos siempre a volver a los niveles previos a la pandemia, ya hay gente que se ha quedado por el camino, la brecha sigue ahí y se agranda, estamos en un shock postraumático con una herida que costará cerrar. Hay una realidad poliédrica que no sale en la estadística».

«Más allá de los datos, la crisis profundiza en una brecha que costará cerrar. Seguimos en la incertidumbre»

Cualquier análisis que se pueda hacer está lleno de matices, a pesar de que el Gobierno saca pecho por los buenos datos. La afiliación laboral subió en junio un 8,3% en Tarragona en relación al año pasado, el segundo incremento en España, tras Huelva (8,6%) y muy por encima de la media estatal (4,7%) y catalana (4,6%). Sin embargo, no hay que perder de vista que la situación laboral sigue siendo precaria, también en Tarragona. En mayo, la provincia tenía un 4,4% menos de empleados en relación con el mismo mes de 2019, alcanzando una de las cifras más altas de España, un grupo en el que también están las Baleares, Girona, Alicante o Málaga, otra vez, destinos de potencial turístico. «Es verdad que hay un consumo social que se puede recuperar, que hay gente con ganas de viajar, de salir, pero creo que todo es precario si miramos a largo plazo. Por ejemplo, ¿qué va a pasar con los ERTE?», se pregunta Rafael Muñoz. A finales de este mes de junio, un total de 3.024 trabajadores tarraconenses continuaban en expedientes temporales.

Junio deja, asimismo, otros frentes abiertos que muestran desigualdad en cuanto a las oportunidades laborales. El 57% de los 52.581 desempleados son mujeres, prácticamente seis de cada diez. La edad también supone un lastre. En comparación con junio de 2019, el desempleo general ha subido un 27% en Tarragona pero el juvenil, que engloba a aquellos menores de 25, se ha disparado un 40%.

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