Temor empresarial en Tarragona a un Brexit duro

Ya hay firmas tarraconenses que se van. Otras lo barajan o planean cambiar de proveedores. La Cambra de Comerç admite «preocupación» por una salida sin acuerdos el 31 de octubre 

29 septiembre 2019 20:41 | Actualizado a 30 septiembre 2019 08:28
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Las empresas de Tarragona ligadas al Reino Unido contienen el aliento. Están alerta ante la nebulosa y la incertidumbre del Brexit. «Nos preocupa lo que pueda pasar y el impacto. Queremos que las compañías sean conscientes para que preparen sus planes de contingencia», explica Daniel Martín, director gerente de la Cambra de Comerç de Tarragona. 

El nivel de nerviosismo es alto. «Puede haber una afectación grande. Intentamos hacer llegar el mensaje de que las empresas se tienen que preparar ante este escenario», cuenta Martín. Cada caso va a ser un mundo, en función de la exposición con ese país y las decisiones a tomar. «Habrá que analizar si se tiene que dejar de hacer negocios, si hay que sacar la sede o buscar nuevos proveedores», explica Martín. Ya hay firmas que están valorando alternativas, como cambiar de proveedor o incluso abandonar la sede en función de lo que pueda pasar. 

La Cambra de Comerç de Tarragona prepara para este jueves unas nuevas jornadas que deben seguir para guiar a los empresarios en esa desconexión con el Reino Unido que, además, puede ser especialmente traumática ante la cada vez más firme posibilidad de un Brexit duro, a la brava. Por su parte, la CEPTA ha abierto un servicio de asesoramiento, información y guía a las empresas de Tarragona ante un Brexit sin acuerdo, «algo que Bruselas considera cada vez más probable».  

«No sabemos cómo irá pero es cierto que será pronto y hay que tener en cuenta algunos escenarios que se puedan abrir», indica Martín. El grado de afectación variará en función de la empresa, pero hay algunas compañías tarraconenses que ya se han ido del Reino Unido. «Estamos haciendo ya los últimos trámites para parar la actividad», explica Antoni Guillén, presidente de Essi Projects, empresa de servicios TIC con sede en Tarragona dedicada a la automatización de infraestructuras y la virtualización de aplicaciones. 

«Por el movimiento de personas»
En 2014 abrieron una filial en el Reino Unido «como una apuesta de futuro». El Brexit, sin embargo, ha trastocado los planes. «Nuestra actividad requiere de un movimiento de personas constante y no poder mover libremente a las personas es un obstáculo muy grande. Hasta ahora, ir a Londres requería un esfuerzo similar al de ir a Madrid, pero ahora ya no será así», relata Guillén. 

Carlos Arola, vicepresidente de la Cambra de Tarragona, admite «mucha preocupación porque no sabemos si se cumplirán las fechas ni lo que pasará» y agrega: «Nadie sabe el 1 de noviembre si estaremos en un mismo escenario o no. El hecho de que no haya una definición clara ha hecho que las empresas se hayan relajado un poco y no acabamos de ver realmente las consecuencias que tendrá una salida inmediata». Eso sí, Arola emplaza a las compañías a «concienciarse de que pueda entrar en juego otro escenario y que sea complejo». Ve el Brexit como «un paso atrás en la libre circulación de mercancías», a lo que se añade esa inquietud: «Hay que tener en cuenta que es la primera vez que pasa esto. Eso crea una incógnita, no solo a medio plazo, sino que tendrá consecuencias inmediatas en cuanto a entrada y salida de mercancías. Además, el Reino Unido es una isla y eso le convierte en un lugar especialmente sensible a temas logísticos». 

Las nuevas obligaciones
Ante esto, es importante hacerse este planteamiento, como indica Carlos Arola: «Es clave acordar con los clientes y los proveedores quién se hará cargo de las nuevas obligaciones. En el tráfico dentro de la unión aduanera, el cliente compra en tu casa o tú le vendes en la suya. Cuando hay un despacho en los dos países, las normas no son las mismas». 

Las exportaciones y exportaciones se aventuran a sufrir más trámites. «Está por ver si eso puede encarecer el producto pero es raro que lo abarate. Un trámite puede no encarecer una operación pero que un camión esté cinco horas parado o no lo esté puede tener un coste importante», dice Arola.

A pesar de la preocupación por ese Brexit duro, con la frontera en el 31 de octubre –día límite para la prórroga, que puede acabar con una salida sin acuerdo–, está por ver la afectación, que podría mitigarse: «Al final, es probable que el Reino Unido quede como un tercer país, como Japón o Estados Unidos. Eso no quiere decir que las sociedades no puedan estar allí, pero las condiciones pueden ser distintas», zanja Arola. 

Pero la desconexión también tiene en vilo al turismo. La Costa Daurada digiere estos días la quiebra del gigante touroperador Thomas Cook, que puede provocar cuantiosas pérdidas, cuando debe afrontar en breve otro frente espinoso: el impacto del Brexit a medio plazo. «Ahora mismo es la principal incertidumbre que tenemos de cara a la temporada de 2020», explica Eduard Farriol, presidente de la Federació d’Empresaris d’Hostaleria i Turisme de la Província de Tarragona (FEHT). 

«El mercado británico –sigue Farriol– es clave para nosotros y tenemos importantes dudas sobre cómo se puede comportar próximamente con la llegada del Brexit». Este año, los grandes operadores del sector ya avisaron de que la tendencia era anticipar las reservas para este verano por temor a una hipotética devaluación de la moneda, algo que finalmente acabó sucediendo. 

Más de 2,3 millones de pernoctaciones
El británico, según la FEHT, es el tercer mercado más importante para la Costa Daurada y para toda la provincia. Las cifras así lo indican. En 2018 representó un 11% de las pernoctaciones y aportó más de 2,3 millones.

Ante los posibles nubarrones de la ruptura británica el sector se plantea incrementar la inversión en promoción en las islas. Para valorarlo, habrá un momento clave, la World Travel Market, una de las ferias más importantes, que se lleva a cabo en Londres del 4 al 6 de noviembre. «Ahí revisaremos con los touroperadores cómo está la situación de reservas. A partir de ahí podemos decidir si hace falta incrementar la promoción en el Reino Unido. Obviamente, seguro que nos promocionaremos tal y como hacemos cada año», dice Farriol, esperanzado en mitigar los efectos. «Seguiremos trabajando para intentar que afecte de la menor manera posible al turismo de nuestro territorio», cuenta. 

La caída de Thomas Cook dificultará ese objetivo. Para la próxima temporada, el número de plazas programadas –y ya eliminadas– por Thomas Cook en la Costa Daurada era de 45.300, algo menos de las 55.000 de este año. De estas últimas está pendiente, en parte, el pago definitivo del touroperador a las empresas de alojamiento, lo que puede generar sustanciosas pérdidas. «La temporada, hasta ahora, había ido bastante bien, pero esto es un palo grande del que costará reponerse», resume Farriol. 

El reto de buscar operadores alternativos para no perder esas más de 45.000 plazas es otro de los desafíos en marcha. 

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