Tensión entre PDeCAT y JxCAT por dar la presidencia a ERC en la Diputació

Noemí Llauradó, de Esquerra, se convierte hoy en la primera presidenta del ente pese a las dudas neoconvergentes 

02 julio 2019 06:51 | Actualizado a 02 julio 2019 07:06
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La reusense Noemí Llauradó será proclamada este martes como la primera presidenta de la historia de la Diputació de Tarragona. La concejal de la capital del Baix Camp –y diputada en el Parlament de Catalunya– tomará el relevo de Josep Poblet (CiU) durante el pleno de investidura que se llevará a cabo a partir de las doce del mediodía, y en el que los 27 diputados provinciales entregarán la vara de mando por primera vez tras la recuperación de la democracia a Esquerra

La formación independentista presidirá la institución supracomarcal tras confirmarse ayer por la noche el pacto con Junts per Catalunya. Pese a que el pasado 14 de junio se firmó un acuerdo nacional entre las cúpulas de PDeCAT y ERC para gobernar conjuntamente las diputaciones de Tarragona y Lleida y el Ayuntamiento de Reus, lo cierto es que hasta ayer por la noche no llegó la confirmación oficial del acuerdo para dar el visto bueno definitivo al pacto de gobierno en la institución del Passeig de Sant Antoni. El acuerdo da la presidencia a ERC de las instituciones provinciales de la Costa Daurada y la Terra Ferma, mientras que consolida la alcaldía de Carles Pellicer en la capital del Baix Camp

Se da la circunstancia de que, durante tres semanas, Llauradó intentó evitar que el político de Junts per Reus revalidara la vara de alcalde en la Plaça del Mercadal mediante un pacto con el PSC y la CUP. Al final, el día antes de la constitución de los ayuntamientos, Llauradó dio el paso hacia atrás que, tres semanas después, le abre la puerta de la Diputació de Tarragona. La política, de 41 años y vicealdaldesa de Reus tras el pacto con Junts y Ara, dejará en breve su acta de diputada en la cámara legislativa catalana.    

El pacto será «equitativo»
La fumata blanca no llegó hasta la noche, debido a la tensión interna que hubo durante todo el día entre los postconvergentes, una circunstancia que obligó incluso a intervenir de urgencia a la cúpula nacional del partido, liderada por el presidente de la formación, David Bonvehí, y el secretario de organización, el ebrense Ferran Bel.  

Bonvehí y Ferran Bel desbloquearon ayer las reticencias territoriales al acuerdo con Esquerra

De hecho, durante todo el día circularon rumores sobre una posible división en el voto de los ocho representantes de Junts per Catalunya, un extremo que finalmente parece que no se producirá. 

El sector moderado del PDeCAT en la demarcación de Tarragona no veía con buenos ojos un acuerdo que cedía la presidencia de la administración a ERC, ya que existía la posibilidad de mantener la máxima representación gracias a un acuerdo con el PSC, repitiendo de esta forma el pacto de gobierno que gobernaba la Diputació desde 2015. Así lo asegura en la entrevista con el Diari el hasta hoy presidente Josep Poblet, quien afirma que «me cuesta de entender» un pacto con Esquerra que no da la vara de mando a los herederos de la antigua CiU. «El pacto con el PSC ha ido bien, creo que mantenerlo sería ir por el buen camino», añade Poblet. 

Finalmente, y después de horas de negociación, se desbloqueó la situación pasadas las diez de la noche. Fuentes soberanistas indicaron que el pacto que se materializará hoy por escrito es «equitativo» y que, pese a otorgar la presidencia a ERC, «dará grandes cuotas de poder a Junts per Catalunya». De hecho, los de Carles Puigdemont se reservan la vicepresidencia del ente, así como presidencias de organismos autónomos y carteras de responsabilidad.  

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