Tensión por las urnas

Pacto hasta el final. El mal verano entre PSC y PP por el caso «Ferrando» no derivará en divorcio, pero los socialistas ya piensan en un acuerdo con ERC tras las municipales de 2019 

30 agosto 2018 09:02 | Actualizado a 30 agosto 2018 09:16
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Pese a que aún quedan nueve meses para la celebración de las próximas elecciones municipales, el nuevo curso político se inicia con la mirada puesta en las urnas que se pondrán sobre la mesa el 26 de mayo de 2019. Después del «no éxito» de los Juegos del Mediterráneo, el horizonte de la «fiesta de la democracia» ha provocado un verano con tensión en la Plaça de la Font, con más de un encontronazo entre el PSC y el PP que se ha cobrado a su primera víctima: Elvira Ferrando

En la sede socialista no ha sentado nada bien la «deslealtad» que, consideran, ha sido el hecho de que el portavoz popular, José Luis Martín, se presente como el interlocutor del Consistorio con las entidades vecinales, más cuando el líder del PP ya ha anunciado su voluntad por ser alcaldable. Por ello Ballesteros ha asumido el diálogo con los vecinos, en detrimento de su número ‘2’.  

En la calle Ramón y Cajal hay cada vez más voces críticas con el pacto con los populares. Por ello, antes de Santa Tecla se quiere llevar a cabo una primera reunión de la comisión de seguimiento del acuerdo de gobierno con el grupo municipal, así como una «sentada» con el PP. El objetivo de todo ello es «mejorar la coordinación», pero no la de romper. «No nos interesa visibilizar que estamos con ellos, ya que hay mucha gente que, de hecho, ni sabe que hemos pactado. Otra cosa sería que continuaran las deslealtades», afirman fuentes socialistas, que indican que «esto sí que sería un motivo para hacerlo». 

Asimismo, en el PSC están convencidos de que un divorcio con el PP debilitaría demasiado a los populares, cuyos votos podrían mudarse a Ciudadanos y poner en riesgo la alcaldía. Desde el PP se afirma que «la intención es cumplir el mandato y ser fieles a la palabra dada, como hemos hecho siempre. Somos gente seria». A nadie le interesa, pues, romper, por lo que se mantendrá un matrimonio de conveniencia que, sin embargo, parece tener fecha de caducidad, ya que los socialistas ya miran a Esquerra de cara al próximo mandato municipal. Después de un inicio complicado, la relación entre Ballesteros y Pau Ricomà ha mejorado en los últimos tiempos. La apelación de ERC al diálogo con el Estado y el olvido de la vía unilateral han ayudado a lograr el deshielo.  

Pero para llegar a las elecciones, antes Ballesteros deberá remodelar una candidatura que presentará muchas novedades. El partido quiere constituir el comité de listas antes de final de año para tener la candidatura definida en febrero. En este sentido, ya son seguras las marchas de dos pesos pesados como Javier Villamayor –encargado de los Juegos y de Seguretat Ciutadana– y de Josep Maria Milà –Urbanisme–. También es muy posible que no continúe Francesc Roca –Ensenyament– y hay dudas con Ivana Martínez, mientras que el partido no contempla que repita Elvira Ferrando, que es independiente y soberanista. «Es cierto que este mandato ha tenido mucha actividad, pero sin visión política», se indica desde la calle Ramón y Cajal para justificar su adiós.  

Por contra, si sigue Ballesteros –que debe anunciarlo en breve–, se da como segura la continuidad de Pau Pérez –si él quiere–, mientras que dos son las grandes apuestas: las portavoces Anna Santos y Begoña Floria. La primera subirá respecto al sexto lugar que ocupó hace tres años, mientras que Floria se perfila como la ‘2’ y la persona mejor colocada de cara a un futuro relevo. 

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