Tierra a la vista

En esta campaña no sirve con ser la contraparte del independentismo, el discurso debe girar entorno a políticas municipales, ergo palpables y realizables 

22 mayo 2019 08:50 | Actualizado a 19 enero 2021 23:18
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Para cualquier marinero, cuando divisa tierra al final de su trayecto es que ha llegado el momento de poner los pies en suelo firme. Para ello hay que amoldar la tripulación, el barco y la dirección. 

El discurso político es, más o menos, parecido a un viaje por alta mar: sale del puerto, navega, vira (si es necesario) y desembarca en el mismo o en distinto puerto. Pero como todos los trayectos tiene su final. El futuro del constitucionalismo en España es un viaje sin retorno, pero, para asegurar la supervivencia del mismo en las aguas bravas de la política catalana, debe virar sobre su eje discursivo. Con firmeza a favor de la convivencia, de la Constitución y de la unidad de España, es necesario ampliar la base constitucionalista sin ningún tipo de cortapisas.

Se divisa tierra firme, que es el mejor terreno para hacer política. Fuera del barro, con gestión y con un programa de gobierno amplio y transversal que permita tejer y afianzar unas raíces municipalistas para que los partidos constitucionalistas en Catalunya tengan un peso importante en la cámara autonómica. Para ello, es fundamental ser conscientes del hastío de la gente para con el prusés y de la ola favorable a políticas moderadas y dialogantes, como se vislumbró en las pasadas elecciones generales. Es importante gobernar municipios y diputaciones. Ampliar el discurso con muestras de gestión es la mejor receta para ensanchar el espacio político.

En estas elecciones municipales no sirve con solo ser la contraparte del independentismo, el discurso debe girar entorno a políticas municipales, ergo palpables y realizables y, desde ahí, solo desde ahí, se podrán reflejar las políticas de gobierno que son las que realmente importan a la ciudadanía.

Dejamos atrás navegar por alta mar, aunque pueda haber otra ola después de la sentencia del Supremo. No es un viraje al centro, no se trata de eso. Ampliar el discurso es tener más ejes de gestión, recursos, alternativas y hechos plausibles para combatir el independentismo a través de la gestión y el gobierno que, hoy por hoy, solo puede hacer el PSC en Catalunya como consecuencia de su gran poder territorial en municipios.

Ciudadanos, que nació para ser el azote del independentismo -y lo fue ganando unas autonómicas por primera vez- debe ensanchar su discurso para atraer a más votantes en Catalunya. Cuando se es el partido más votado en Catalunya, es difícil crecer pero la única vía es a través de concejales, alcaldes y diputados. Ensanchar la base significa convertirse en un partido de gobierno. Admitir, virar y marcar un nuevo rumbo sin olvidarte que lo que defiendes es necesario para el futuro del constitucionalismo en Catalunya.

Lo contrario, sería conformismo. Dar un paso al frente y gobernar para dejar de ser aquella facción de catalanes que solo denuncian y alzan la voz contra el separatismo, para convertirse en los actores políticos que demuestran con hechos que pueden mejorar la convivencia. Al final del catalejo se ve tierra firme. Es hora de prepararse para desembarcar. 

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