¿Todo vale por el dinero y el poder?

¿Es una gran serie? No. ¿Puedes dejar de verla? Tampoco. ¿Entonces esto significa que se ha convertido en tu nuevo placer culpable? Probablemente sí.

Dilema, el nuevo thriller de Netflix, nos recuerda en su planteamiento a la famosa película de los noventa Una proposición indecente, donde un hombre adinerado, Robert Redford, ofrecía un millón de dólares a un matrimonio por permitir pasar una noche con la esposa, Demi Moore. Esta misma propuesta es con la que arranca Dilema.

En este caso la persona adinerada es Anne Montgomery (Renée Zellweger), que ofrece al matrimonio formado por Lisa Donovan (Jane Levy) y Sean (Blake Jenner) ayuda económica para financiar la empresa emergente de Lisa a cambio de pasar una noche con Sean y que no cuente nunca lo que ha pasado durante esas horas. Lisa y Sean se lo piensan y finalmente veremos si acceden.

Y hasta aquí la similitud con la película de Redford ya que si bien parece que ese va a ser el eje principal sobre el cual va a girar la trama de la serie pronto vemos que ese es solo el punto de inicio de un recorrido que poco a poco se va marchando por otros derroteros. ¿Qué prentende conseguir Anne con esta propuesta? Algo más complejo que lo obvio.

A cualquier precio
Al comienzo del primer capítulo vemos cómo Anne Montgomery está grabando el texto de un futuro libro suyo mientras poda un bonsai (qué mal lo va a pasar el pobrecito...) donde su conclusión final es que todo pasa por una razón y que la verdadera grandeza solo la consiguen los que la persiguen a cualquier precio.

Y es que ¿qué está dispuesta a sacrificar Lisa para poder salvar  su empresa? ¿Accederá a compartir a su marido cuando ella creía que era algo impensable? ¿Puede más su ambición por triunfar que sus valores éticos? Anne es de la convicción de que todo tiene un precio y parece que Lisa, finalmente, le va a dar la razón.

¿Segunda temporada? 
Se desconoce todavía si Netflix renovará ‘Dilema’, pero de ser así, la serie tendría una trama y personajes diferentes, ya que pretende ser una antología.

Tras ver la primera mitad del capítulo inicial piensas, vale, esto me cuadra con el trailer promocional que Netflix ha hecho de la serie, pero pronto te das cuenta de que a lo mejor nos han vendido una cosa que no es realmente lo que estamos viendo.

Aroma a culebrón
Y es que cuando piensas que toda la acción va a girar en torno al trío protagonista, de pronto se abren diferentes subtramas con otros personajes que si bien están vinculados con Lisa y Sean, llevan desarrollos paralelos que nada tienen que ver con el principial. Así, tenemos a Samantha y Todd, amigos de Sean del instituto, que por culpa de una infidelidad de ella con un cirujano en el hospital donde trabaja, van a tener serios problemas. O Marcos, el hermano de Lisa, que intenta superar un trauma de su infancia y ser feliz con su novio Lionel.

Todo este compendio de diferentes subtramas hace que la acción poco a poco se vaya diluyendo sin terminar de explotar las posibilidades de ninguna de ellas.

La ambientación musical es otro punto a tener en cuenta. Esa música de orquesta con claras connotaciones de cine negro, neo-noir como nos publicita Netflix, con unos in crescendo que en lugar de ponerte en situación te hacen gracia por lo forzados que parecen, no acaban de dar el tono que seguramente los creadores pretendían y terminamos convencidos de que estamos viendo un auténtico culebrón.

Y como en todo culebrón que se precie, hay una mala malísima que es la máxima protagonista. En este caso es Renée Zellweger y yo diría que es lo único que se salva de la mediocridad de Dilema.

Zellweger demuestra que aparte de interpretar a la cándida Bridget Jones tiene muchos más registros y que ella solita puede llevar adelante toda una serie y salir airosa. Mucho tiene que agradecer Netflix que Zellweger aceptara participar en el proyecto, porque sin ella...

¿Podrás parar de verla?

Mike Kelley es el productor y showrunner de Dilema y al igual que hizo con Revenge, ha conseguido crear un culebrón con mucho presupuesto que nos va a enganchar a poco que nos descuidemos, además de poder ver interpretar a Renée Zellweger a una personaje totalmente maquiavélico.

En resumen, si ves Dilema como un culebrón, donde la mala es muy mala, los buenos son muy buenos y Zellweger está que se sale, seguro que vas a disfrutarla.