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El programa Inserlab de la URV está dirigido a jóvenes de entre 18 y 30 años con una discapacidad intelectual igual o superior al 33%. Impulsado por la cátedra de Inclusió Social de la URV, en noviembre empezará su segunda promoción. El pasado 20 de septiembre estrenaron un documental sobre su primera edición, Camins d’inclusió. Tàrek Lutfi, del departamento de Pedagogía de la URV, y Nani Blasco, director del documental, explican la evolución del proyecto.
¿Cómo se crea Inserlab?
TL: La Dra. Teresa Torres Coronas fue quien presentó el proyecto a la convocatoria del Fondo Social Europeo a través de la Fundación ONCE. La finalidad, ofrecer una formación a jóvenes que tienen algún tipo de discapacidad intelectual o diversidad cognitiva que les permitiera adquirir competencias para promocionarse.
¿Cuántos alumnos lo forman?
NB: Las dos promociones han sido organizadas para 15 personas.
¿Qué método de trabajo desarrollan?
TL: La estructura se divide en muchos ámbitos diferentes: tecnología, jardinería, laboratorio, primeros auxilios, autoconocimiento, taller ocupacional… Para que los jóvenes puedan despertar diversas vocaciones profesionales que puedan ser de su interés.
¿Cuál ha sido el grado de satisfacción de la primera promoción?
TL: Mas allá de los reconocimientos como la nominación del premio Aurora, que aportan visibilización, el feedback es muy positivo por parte de los participantes, de las familias, y también de los centros especiales de trabajo que han participado en el proyecto.
¿Cuáles son, de momento, los resultados de la primera promoción?
TL: El mismo empoderamiento ya es un éxito. Además, después del curso muchos se han animado a formarse en ámbitos que les motivan y ahora lo compaginan con su trabajo. En la misma universidad estamos trabajando para que algunos puedan incorporarse en prácticas colaborando en el Centre de Recursos per l’Aprenentatge i la Investigació (CRAI).
¿Qué novedades depara esta segunda promoción?
TL: Esta promoción hará prácticas en empresas. Es esencial que tengan una experiencia laboral en un entorno ordinario y que se genere esta sinergia entre el mundo empresarial y los alumnos. Sino, es difícil que se produzca la integración social que se pretende.
El año pasado estudiantes de otros cursos actuaban como mentores haciendo actividades propias de la vida universitaria con ellos. Como novedad, los alumnos de la primera promoción serán los mentores de los de la segunda. Pasarán de ser sujetos pasivos receptores de una formación, a sujetos activos creadores de conocimiento.
Esta transformación, se refleja mucho en el documental…
NB: Es una de las partes más importantes: cómo se han ido empoderando, creyendo en lo que trabajan y cambiando aspectos importantes de sus vidas. A veces son pequeños detalles, como que una persona se atreva a coger el autobús por primera vez solo. Se trabaja este autoconocimiento, perder los miedos, tener seguridad en uno mismo, autoestima.
¿Cómo surge la idea del documental?
NB: Brota de una triple intención: mostrar esta transformación, comunicar al sector empresarial que esta inserción es posible y demostrar a las personas con discapacidad cognitiva que cualquier formación es también para ellos.
Ha tenido éxito...
TL: El éxito ha sido que más personas se hayan interesado en el proyecto. Nos han pedido presentarlo en institutos, con la idea de promover la inclusión social y también compartirlo con los que pueden ser futuros estudiantes universitarios, para que vean la realidad con otros ojos.
Y a partir de ahora…
TL: ¡A seguir! Lo ideal sería que no fuera necesario un proyecto de este tipo, pero la realidad lo pide. Por eso, mientras se nos sigan proporcionando las ayudas de las que dependemos, el proyecto tendrá continuidad.
