Tres de cada cuatro casas de la Part Alta presentan deficiencias graves

43 viviendas han pasado la Inpección Técnica de Edificios (ITE) desde 2010. De ellas, 32 han revelado que suponen riesgo para las personas

19 mayo 2017 22:29 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:03
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Las mayoría de las casas antiguas de la Part Alta no son seguras. Un informe del Col·legi d’Aparelladors, Arquitectes Tècnics i Enginyers d’Edificació(COAATT) resalta que en los últimos 5 años –con la entrada en vigor del primer decreto de la Inspección Técnica de Edificios (ITE) impulsada por la Generalitat– se han inspeccionado un total de 43 casas plurifamiliares, teniendo 32 de ellas (el 75%) «deficiencias graves o muy graves». En otras palabras: estas viviendas construidas antes de 1960 tienen riesgo inminente para la salud y la seguridad de las personas.

Estas cifras sólo incluyen los edificios plurifamiliares porque el decreto de la Generalitat no ha ampliado la cobertura a los unifamiliares hasta este año. En el caso de Tarragona quizá la incidencia no sea tan importante como en los municipios pequeños, donde las partes antiguas sí son viviendas de un solo propietario.

 

Sin alarma, pero...

«La situación es preocupante», admite el presidente del COAATT, Adolf Quetcuti, que hace escasos días organizó junto al Col·legi d’Arquitectes y el de Agents de la Propietat Immobiliaria (API) una jornadas formativas con motivo de la actualización del decreto de la Generalitat que promueve las ITE.

La preocupación del COAATT no sólo radica en los resultados obtenidos de las inspecciones, sino porque además «son únicamente una pequeña parte de las viviendas que deberían pasar esta inspección y la gente sigue sin tener la percepción de la obligatoriedad como pasa en los coches», añade Quetcuti.

El mismo Col·legi Oficial tiene constancia, con datos del catastro en mano, que en la Part Alta hay un parque de viviendas plurifamiliares anterior a 1960 de 329 unidades y sólo el 13% de ellas han pasado durante estos años la inspección, reflejando todos estos problemas graves en la estructura.

Las filtraciones de agua mayoritariamente en las cubiertas del tejado, las grietas de diferente tamaño y profundidad en las paredes o los frágiles revestimientos de fachadas o balcones son las anomalías más comunes entre las inspecciones realizadas. No sólo en la Part Alta, sino también en inmuebles antiguos de toda la ciudad.

 

Vaso medio lleno

A día de hoy, Tarragona tiene 785 viviendas plurifamiliares que deberían haber pasado ya la inspección técnica o prever una cita para este último semestre. Las unifamiliares anteriores a 1900 tendrán hasta diciembre de 2016 para pasar la inspección.

Con datos en la mano, hay 250 revisiones técnicas realizadas: 244 que vencían en diciembre de 2014 y otras 6 que pertenecen a viviendas construidas entre 1951 y 1960 y que tienen todavía margen hasta diciembre de este año. En resumen, sólo un 32% del total del parque de vivienda plurifamiliar que tiene la capital.

Y aunque las cifras son pobres, «es la ciudad donde hay mayor conciencia de esta inspección. En Reus, por ejemplo, las inspecciones realizadas no llegan ni al 10%», admite el presidente del COAATT, que en la provincia han hecho alrededor de unas 800 inspecciones.

¿Qué pasa con estas viviendas que tienen deficiencias graves o muy graves y que afectan a las personas? Con el nuevo decreto aprobado hace pocas semanas, hay cierta flexibilidad para poder corregirlas y terminar obteniendo el certificado de aptitud de la vivienda.

Si las deficiencias son graves o muy graves, la comunidad de propietarios tendrá un plazo de seis meses para repararlas. Necesitará un programa de rehabilitación aprobado por un arquitecto técnico y las reparaciones deberán seguir un plazo más corto o más largo en el tiempo en función de la gravedad. Si son importantes, pero sin llegar a la categoría de graves, el plazo de reparación se ampliará a un año.

Para los arquitectos, aparejadores, arquitectos técnicos e ingenieros de edificios, el nuevo decreto flexibiliza la forma de corregir las deficiencias de los inmuebles y permite una mejor predisposición a la hora de pasar la ITE y subsanar las deficiencias.

Si existe una posibilidad real de derrumbe y peligro para las personas, el nuevo decreto establece un sometimiento del propietario con la ley urbanística, que prevé el desalojo del inmueble, las sanciones y a la celeridad de las reparaciones.

 

Obligaciones

La puesta en marcha de la ITE en 2010 no tuvo a repercusión deseada. La falta de obligatoeriedad de pasar la inspección técnica y el temor de que el coste económico fuera inasumible en época de crisis, provocó que las comunidades no se preocuparan de revisar sus inmuebles.

Ahora, el decreto remarca en el artículo seis que «el hecho de no disponer del informe de la inspección técnica del edificio (el certificado que valida que el edificio es habitable) en los supuestos en que sea exigible puede conllevar la imposición de multas coercitivas y de sanciones a las personas responsables según lo previsto en la Ley 18/2007, del derecho a la vivienda». Por tanto, esta vez los propietarios ya no pueden hacer la vista gorda y deben acatar las obligaciones y los plazos del decreto si no quieren exponerse a una sanción.

 

Inmuebles unifamiliares

Uno de los aspectos más importantes del nuevo decreto es la incorporación de los edificios unifamiliares. La experiencia ha demostrado que este tipo de edificios comportan habitualmente un riesgo tan importante como los edificios plurifamiliares, y era necesario incorporarlos.

Quedarán excluidos los edificios unifamiliares que estén separados 1,5 metros o más de la vía pública o fincas vecinas. Y también aquellos edificios unifamiliares que tengan cédula de habitabilidad vigente. Deberán hacer la inspección cuando ésta caduque.

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