Tres de cada diez trabajadores en Tarragona no llegan ni al salario mínimo

En pleno debate sobre la subida del SMI, hay 110.498 asalariados tarraconenses, el 33% del total, que no alcanzan los 736 euros al mes. Nueve de cada diez contratos en la provincia son temporales

03 noviembre 2018 17:34 | Actualizado a 04 noviembre 2018 17:49
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Un informe de la Agencia Tributaria muestra cómo la crisis ha disparado el número de trabajadores con sueldos por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en la provincia. Es decir, de empleados que trabajan de forma temporal o con jornadas reducidas y cuya suma de salarios a final de mes queda por debajo de los 735,9 euros en los que se sitúa el SMI en este ejercicio 2018.

El aumento de la brecha de los trabajadores con salarios por debajo del SMI en las comarcas tarraconenses ha sido de seis puntos porcentuales en el periodo comprendido desde 2006 a 2016, últimos datos que recoge el estudio publicado por la Agencia Tributaria sobre Mercado de trabajo y pensiones. Así las cosas, mientras que en la provincia el 27% de los trabajadores percibía salarios por debajo del SMI en el año 2006, una década después el porcentaje se ha disparado hasta el 33%. 

Es decir, que tres de cada diez trabajadores no llegan a esta cantidad establecida por ley, unas cifras que oscurecen en buena medida la dinámica positiva de recuperación del empleo y la reducción del paro, como sombras alargadas de la reactivación de un mercado laboral sumido en la precariedad y en la temporalidad.  

En estos momentos, hay 110.498 trabajadores en la provincia con ingresos inferiores al SMI del total de 334.284 trabajadores, mientras que hace 10 años era un total de 95.442 el número de asalariados tarraconenses que no llegaban al salario mínimo interprofesional del total de 348.422 trabajadores en 2016.

El sueldo medio de los empleados que trabajan en Tarragona se sitúa en 18.828 euros, algo por debajo de la media en España, que se situó en 18.835 euros, según el Ministerio de Hacienda. 

Hay que tener en cuenta que al tratarse de una media hay más variables a tener en cuenta, como que no todos los que recoge la Agencia Tributaria trabajan a jornada completa. En cualquier caso, sirve para hacerse una idea de cómo está el mercado laboral. 

Los sueldos en ‘B’

Según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal, uno de cada tres contratos en Tarragona dura menos de un mes. Por otra parte, únicamente el 12% son indefinidos. Son sólo algunas pinceladas para un panorama crudo hecho de testimonios de la precariedad: exceso de horas, salarios bajos, pagos del sueldo en ‘B’ por parte del empleador, pérdida de cotización, autónomos que deberían estar trabajando por cuenta ajena, vidas laborales recortadas, encadenamiento de contratos cortos de pocos días o incluso horas y, rizando el rizo, casos en los que el trabajador se ve obligado a devolver parte de lo que ha cobrado de forma legal y declarada. 

Los datos del mes de septiembre exhiben, del mismo modo, algunas de estas lacras. De los 27.097 contratos totales en Tarragona, 23.835 son temporales.

Es el 88%, prácticamente nueve de cada diez, una cifra muy parecida a la de contratos acumulados en lo que va de año. La inercia, al menos, es positiva, y muestra algunos síntomas de mejora. En el último año, el número de contratos temporales descendió un 5,5% en la provincia, según los datos públicos de septiembre. 

En suma, la precariedad arraigada, después de la salvaje destrucción de empleo, ha dado paso a una nueva categoría, la de los  que siguen sumidos en la pobreza pese a disponer de un trabajo. 

El salario mínimo está actualmente en pleno centro del debate público. El gobierno de Pedro Sánchez ha alcanzado un principio de acuerdo con su principal aliado, Podemos, para los presupuestos de 2019 que contemplan un notable aumento del salario mínimo. El pacto prevé un aumento del 22,3%, pasando de los 736 euros a 900 medidos en 14 pagas (1.050 euros en 12 mensualidades). Un aumento que de llegar a producirse tendría importantes consecuencias en el mercado laboral, hasta límites difíciles de calibrar, y no sin controversia.

Esta semana el Banco de España criticó con dureza la subida planteada del salario mínimo. El banco ha estimado que el alza del 22% que se pretende aplicar costará un 0,8% del empleo, esto es, unos 150.000 puestos. Para atajar los problemas de los grupos más vulnerables en el empleo, el gobernador del ente bancario ha recomendado más bien que se ataje la excesiva temporalidad y el abuso de la rotación en los puestos de trabajo.

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