Tres pequeños ‘fans’ de l’àliga deciden construirse la suya

Los niños han entusiasmado a sus padres para hacer una figura como la del seguici

21 octubre 2017 07:23 | Actualizado a 21 octubre 2017 07:28
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Eric Rustarazo tiene siete años y no para de ver, en bucle, una vez detrás de otra, los vídeos de l’Aliga de Tarragona. «Me gusta por las canciones», se excusa. 

Y es que Eric es un apasionado de la figura del seguici festivo, una pasión compartida con sus amigos Eric Bock y Saúl Escudero, de su misma edad. Este año los tres niños han conseguido poner en marcha una idea con la que traían de cabeza a sus padres desde hace tiempo: la posibilidad de construirse su propia áliga, como la grande.

Después de Santa Tecla se pusieron manos a la obra y se reúnen dos veces a la semana en la nave industrial de uno de los padres para merendar y construir la figura. Los encuentros, como no, son amenizados con los pasodobles Amparito Roca y Paquito el chocolatero a todo volumen.

Víctor Rustarazo, padre de Eric, cuenta que el ‘chasis’ de la figura es de plástico, alambres mallas, y diferentes materiales como churros de piscina, cola y periódico. La cobertura es de goma eva, un material blando.

Ahora el reto, en el que también han involucrado a las madres, es construir la cabeza del animal.

En el taller del creador

Se lo han tomado tan en serio que  fueron a visitar Antoni Mas, el artífice de l’Àliga de Tarragona a su taller de Vila-Seca. Allí les explicó durante una tarde cómo había sido el proceso. La bestia salió de su taller en 1986 y fue un encargo de un grupo de estudiantes. La idea era recuperar la figura que era propiedad de los herreros y que representaba a la ciudad en el pasacalles hasta que dejó de salir, en el siglo XIX.
Mas creó entonces una estructura de hierro que luego recubrió con piezas geométricas de latón. El resultado fueron los 80 kilos de bestia que tanto han hecho bailar, disfrutar y asombrarse a los tarraconenses. 

El artista contó a los niños, detalladamente cómo fue la construcción de la cabeza «pero ya sabemos que su técnica para nosotros es inalcanzable». Es por eso que están probando con diferentes fórmulas para conseguir el mayor realismo posible. Lo están intentando con porexpan, plástico y otros materiales, aunque no han dado todavía con la fórmula.

Estos días el reto les trae locos. Los niños se despiertan preguntando cómo van a hacer la corona, la paloma que lleva en el pico... Y es que el bautizo de la pequeña bestia ya tiene fecha. Será el próximo 12 de noviembre, día en que se celebra el cros de su escuela. Los tres cursan segundo de primaria en el Col·legi els Angels de La Granja y han conseguido la complicidad de su director para inaugurarla en el tradicional evento deportivo. «Ya tienen ganas de que la vean en el barrio», cuenta Rustarazo.

 

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