URV: energía verde diez veces más rápida que la biomasa

Investigadores de la Universitat Rovira i Virgili patentan un nuevo sistema que acumula dióxido de carbono en biocombustible

21 febrero 2018 13:50 | Actualizado a 22 febrero 2018 19:46
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La función de las plantas ha inspirado la creación de un nuevo dispositivo que permite acumular el dióxido de carbono (CO2) para transformarlo en biocombustible.

Investigadores del Departamento de Ingeniería Química de la URV liderados por Ricard Garcia-Valls, del grupo de investigación MEMTEC, han imitado el proceso natural de la fotosíntesis y lo han mejorado al laboratorio.

Con esta investigación han conseguido desarrollar un prototipo que hace una fotosíntesis que podría mejorar el modelo natural. Según ha informado la URV, este sistema permitiría aumentar de cuatro a diez veces más la capacidad de acumulación de CO2 respecto a las hojas de los árboles, permitiría obtener un compuesto concreto y la velocidad de producción de energía sería, como mínimo, diez veces más rápido que la biomasa.

Los árboles absorben el CO2 presente al aire, que penetra a través de los poros de las hojas, llamados estomas. Observando este modelo, los investigadores han diseñado una membrana con estomas artificiales, unos poros de medida controlada a los cuales han aplicado unos compuestos que, en contacto con el agua, hacen que las moléculas de CO2 queden atrapadas sobre la superficie. En el caso de los árboles, el dióxido de carbono concentrado a las hojas se transforma en materia orgánica. 

El dispositivo que han diseñado aprovecha esta concentración de CO2 para conseguir un compuesto concreto: ácido fórmico o metanol, que permitirá fabricar combustible limpio con la ayuda de placas solares, sin ningún impacto medioambiental, que se puede almacenar y posibilitará producir electricidad en el momento que haga falta.

Esta línea de investigación no es nueva, puesto que en los últimos años se han fabricado diferentes dispositivos de captación de CO2. Pero el prototipo diseñado a la URV aporta nuevas ventajas respecto al que había hasta ahora: la velocidad al producir energía es superior a la media de los productos que ya existen, lo cual permitirá optimizar el proceso de captación de CO2 y conseguir más energía en menos tiempo.

Los investigadores ya han fabricado un prototipo del dispositivo y han solicitado una patente, la cual tiene la titularidad compartida entre la URV y el Centro de Tecnología Química (CTQ). Han recibido el asesoramiento de la Unidad de Valorización y Comercialización de la URV en la protección de la tecnología. Actualmente se está trabajando para optimizarlo y explotar suyo potencial.

Según la URV, esta investigación puede ser de utilidad en aplicaciones que tendrían salida en el mercado, como sustitutos en pequeño formato de baterías solares, por ejemplo, o pilas que se cargarían suelas con energía renovable para poder hacer funcionar teléfonos, ordenadores, mesitas y, incluso, coches y casas.

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