Ultimátum para el padre que debe devolver a su hija a Chequia

La jueza ordena a Antoni Miquel que debe presentar los billetes de avión antes de mañana
 

16 enero 2018 08:12 | Actualizado a 16 enero 2018 20:24
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La justicia da un ultimátum a Antoni Miquel, padre de M., la menor de once años que debe volver a la República Checa con su madre, después de vivir en Tarragona durante el último año y medio con su padre. El Juzgado de Primera Instancia número 5 de Tarragona ordena a Miquel a presentar, de manera urgente, los billetes de avión de la menor, tal como obliga la sentencia emitida hace unos meses. Miquel ha presentado alegaciones, ya que asegura que «volver a Chequia supondría un trauma irreversible para mi hija». 

El padre propone a la magistrada que la madre de la menor venga a Tarragona a convencer a su hija. «Cada vez que hablo de este tema con M. se pone muy nerviosa, con ansiedad y llora», asegura Miquel, quien añade que «no soy capaz de convencerla para que vuelva con su madre a la República Checa. Se tapa las orejas y no quiere ni oír hablar de esto». 

Miquel se declara «incapaz» de convencerla y «evidentemente, no tengo el coraje necesario para llevármela a la fuerza a Chequia. Nos hemos dado cuenta de que es por la fuerza la única manera de que M. vuelva con su madre». Según explica el padre de la menor, «llevo días intentando comunicarme con la madre para que se implique en la búsqueda de una solución menos traumática para M.». Pero ayer por la tarde, siempre según explica Miquel, la madre se puso en contacto con la menor y «tuvo una conducta impropia, ya que le dijo a la niña que vendría la policía a buscarla y se la llevaría a la fuerza». En las alegaciones que ha presentado el abogado de Miquel ante la jueza se contempla la posibilidad de que el padre pague el billete de avión de la madre hasta Tarragona para que consiga convencer a la menor de volver a la República Checa.

Un calvario

La lucha de este tarraconense por la custodia de su hija empezó hace años, pero la pesadilla llegó en julio, cuando la justicia le ordenó la restitución de su hija a Chequia, donde vive su madre. El pasado 21 de diciembre, Miquel recibió una providencia del Juzgado que le avisaba de que tenía un plazo de veinte días para devolver a su hija a Chequia. No lo hizo. Miquel no se ve con fuerzas de convencer a su hija, «ya que quiero protegerla de la violencia que ejerce su madre hacia ella». El plazo finalizaba el 11 de enero y la familia teme que la Policía se la lleve por la fuerza. Por esto, cada día, en horario escolar, Miquel hace guardia en una cafetería cercana al colegio de su hija. «Si la vienen a buscar, estaré cerca», dice el padre.

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