Un año de la DUI: La crisis política frena pero no hunde la economía tarraconense

El mercado laboral se reactiva y la demarcación tiene más empresas que hace un año. Obra pública, comercio y turismo son los sectores que más han notado la inestabilidad instituciona

27 octubre 2018 07:49 | Actualizado a 27 octubre 2018 07:51
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La inestabilidad política de los últimos doce meses ha afectado pero no ha hundido la economía de la provincia de Tarragona. Así lo ponen de manifiesto los últimos datos publicados y las opiniones de los representantes del sector económico consultados por el Diari, justo cuando hoy se cumple un año de la declaración simbólica de independencia del 27 de octubre de 2017 que derivó en el otoño caliente, las movilizaciones en las calles y la aplicación del artículo 155 de la Constitución. 

365 días después del histórico 27-O en el Parlament de Catalunya, el mercado de trabajo en la provincia de Tarragona recupera las cifras precrisis. El empleo se ha situado en 344.200 trabajadores en el tercer trimestre de este año, 6.300 más que el mismo periodo de 2017. Se trata del dato más alta en la demarcación desde el cuarto trimestre de 2008 (355.400), según la Encuesta de la Población Activa (EPA). Asimismo, el número de desempleados está en 55.700 personas, con una tasa de desempleo que se sitúa así en el 13,93%, un 0,43% más que hace un año (13,5%). 

En el otro lado de la balanza se encuentra el sector turístico, que después de unos años de boom, durante el último verano ha visto como el número de pernoctaciones hoteleras ha caído un 1%, mientras que la ocupación en los cámpings se ha incrementado en un 4%. Pese a ello, el pequeño comercio lamenta que «la situación está peor», según indican los representantes de La Via T de Tarragona, Salvador Minguella, y el de la Unió de Botiguers de Reus, Àlfred Pitarch. 

En general, el presidente de la Confederació Empresarial de la Província de Tarragona (CEPTA), Josep Antoni Belmonte, considera que la incertidumbre política «no es beneficiosa» para el sector empresarial. En este sentido, el líder de la patronal destaca que «las exportaciones siguen con tendencia positiva», mientras que recuerda que la cruz de la moneda «es el sector comercial». 

«Hay más consumo»

Por su parte, el director general de la Federació de l’Auto Transport (FEAT), Josep Lluís Aymat, resalta que «el PIB de Catalunya es superior al de España», si bien reconoce que «durante los últimos meses la actividad parece que cae», por motivos, sin embargo, que no son políticos, sino «por la guerra comercial de Trump y el ascenso de los tipos de interés en Estados Unidos».  

También se expresa de una forma optimista el presidente de la Cambra de la Propietat Urbana de Tarragona, Agustín Pujol. «Pese a la situación política, que no ayuda para nada, la economía va mejorando lentamente, principalmente en lo referente economía doméstica y el consumo, gracias a la disminución de la tasa de paro», resalta el representante de la entidad cameral, quien cita como factores a tener en cuenta «el buen momento del turismo y la construcción, así como el pequeño aumento de los salarios». 

De manera más pesimista habla Joan Llort, secretario general de la UGT en Tarragona. «Hay temas  pendientes que no ven la luz, como el CRT, el nuevo Hospital Joan XXIII o la reposición de puestos de trabajo en educación, sanidad o los Bombers», lamenta el representante sindical, quien añade que la administración sigue sin llevar a cabo obras públicas, como puede ser la recuperación «de la Ciutat de Repòs i Vacances» de Tarragona ciudad.  

«Hay más empresas»

Desde la Generalitat de Catalunya se niega, asimismo, que la demarcación de Tarragona haya sufrido ninguna fuga de empresas. «Al final de 2017, según los últimos datos del INE, la provincia tenía 52.921 compañías, mientras que justo un año antes había 52.544, lo que significa un aumento de 377», indica la directora general de Indústria, Matilde Villarroya. 

El alto cargo del Govern remarca que, tras el decreto del ejecutivo central del pasado mes de octubre, «las empresas no se han marchado, sino que 177 han cambiado su sede social de las comarcas de Tarragona hacia fuera de Catalunya», en una acción que «no ha afectado a los centros de producción ni a los puestos de trabajo ni a la riqueza que generan en el territorio». En esta linea, desde la corporación autonómica se especifica que esta cifra significa el «0,3%» del total de las compañías que hay en la provincia. 

A juicio de Villarroya, el incremento del 7% en el volumen del tejido empresarial tarraconense es una cifra «muy positiva, que pone de relieve la fortaleza de su economía». En este sentido, la directora general resalta que el músculo «también se demuestra en la reducción de la tasa de paro, que ha pasado del 17,8% de finales de 2016 al 15,2% de finales de 2017». 

La estabilidad empresarial de la demarcación se debe, según Villarroya, «en el crecimiento industrial», un sector que «representa el 26%» de la actividad económica de la región, un dato que se traduce «en un 5% más que la media catalana», según destaca el alto cargo de la Generalitat. «Tarragona tiene una economía diversificada, liderada por el sector químico, el turismo y el agroalimentario», una estructura que ha permitido que las exportaciones «crezcan en un 21,6%», un porcentaje que «es el más elevado de Catalunya». 

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