Un bingo con zona de apuestas abrirá delante de Icomar

La sociedad inversora ya ha presentado todos los documentos y ahora tan solo le falta la licencia de obras. Prevé invertir unos tres millones de euros y creará cuarenta empleos directos

01 agosto 2019 18:20 | Actualizado a 01 agosto 2019 18:25
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El grupo barcelonés Binelde ya ha presentado toda la documentación para construir una nueva sala de bingo en Tarragona. En concreto, se ubicará en un antiguo concesionario de vehículos situado en el número 190 de la carretera de València, en el Polígon Francolí, delante del barrio de Icomar.

El negocio se situará en una parcela de 2.463 metros cuadrados, ubicada en la esquina entre la carretera de València y la calle A del polígono industrial Francolí. Es una nave construida en el año 1984.

David González, vicepresidente ejecutivo de la compañía, explica que se construirá una nueva planta en la que se habilitará un aparcamiento para los clientes con capacidad para unos cincuenta vehículos. En la planta baja se situará el bingo, con un aforo para 394 personas, además de una zona de máquinas recreativas y apuestas deportivas. «Contará con todos los últimos elementos de juego más modernos a nivel tecnológico, además de una pantalla grande para seguir los partidos», explica González. El local dispondrá también de un servicio de hostelería completo para los clientes.

En julio del año pasado, los inversores presentaron el proyecto de obras al Ayuntamiento y se iniciaron los trámites a nivel urbanístico con el Consistorio. Paralelamente, se solicitó la autorización de la Direcció General de Tributs i Joc de la Generalitat de Catalunya, que ya ha dado luz verde al proyecto. En estos momentos, éste está en fase de exposición pública a la espera de obtener la licencia de obras. González calcula que el próximo mes de septiembre podría iniciarse la transformación del local.

Inicios de año

La previsión es que las obras se prolonguen por espacio de entre «cuatro y seis meses», de forma que tan solo faltaría la licencia de apertura por parte de la Generalitat, para que el nuevo negocio pueda ponerse en funcionamiento.

Los promotores aseguran que la inversión que van a realizar será de tres millones de euros, aproximadamente. Además, informan que van a crearse cuarenta plazas de empleo directo y otras quince de indirectas.

El grupo Binelde lo fundó hace cuarenta años Xavier González. En total gestiona siete salas de juego: tres en Barcelona, una en L’Hospitalet de Llobregat, una en Pineda de Mar y las otras dos en Castelló. Junto con la de Tarragona, está impulsando otro proyecto en Badalona. La costa catalana ha marcado la expansión de la compañía y Tarragona era la asignatura pendiente. «Vimos que había una oportunidad de negocio ya que como capital de provincia Tarragona tan solo tiene una sala de bingo y vimos que hay el potencial para otro espacio más moderno e innovador», argumenta González.

Los impulsores aseguran que el proyecto Hard Rock Entertaintment no ha sido vinculante en el momento de decidir su implantación en el territorio. «El perfil de cliente no es el mismo. Los casinos están más pensados de cara al turismo, mientras que nosotros nos dirigimos a un público local», dice.

«Fomenta la ludopatía»

La Candidatura d’Unitat Popular (CUP) se ha manifestado en contra de este proyecto. La formación anticapitalista defiende que es una iniciativa que «atenta contra la salud pública» y que este tipo de instalaciones «potencian la ludopatía, la cual puede derivar en problemas más graves que tengan un impacto negativo dentro de la población más próxima».

En este sentido, instan al concejal de Territori, Xavier Puig, a averiguar si existe «alguna posibilidad» de evitar que se construya la sala. Los cupaires argumentan que «estaríamos, una vez más, delante de una herencia envenenada del gobierno de Ballesteros en el que macroproyectos en beneficio de unos pocos han estado una prioridad constante».

Sobre la acusación de que estas salas fomentan la ludopatía, sus impulsores defienden que «hay un control de acceso en el local que evita la entrada a menores y a la lista de prohibidos de la Generalitat».

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