Un bloque de Tarragona se queda 18 días sin luz tras un incendio

El fuego se produjo en el cuadro eléctrico donde había un emplame ilegal. Es el cuarto siniestro de este tipo en el barrio

28 agosto 2020 18:00 | Actualizado a 29 agosto 2020 05:25
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La madrugada del 11 de agosto los vecinos del bloque 4 de la calle Riu Algar de Campclar se despertaron con el susto en el cuerpo por culpa de un incendio en el cuadro eléctrico del edificio. Al sitio se personaron bomberos y Guàrdia Urbana. Lo que no esperaban era que, pasados 18 días, seguirían sin luz.

El cuadro eléctrico que cogió fuego había sido manipulado y a los vecinos les consta que había, al menos, un empalme ilegal.

Duchas frías y lavar a mano

Desde que se quedaron sin servicio las diez familias que viven en el inmueble (la mayoría están allí de manera regular, como propietarias o en alquiler, aunque también hay ocupación ilegal) han tenido que buscar opciones para hacer las tareas cotidianas.

Las que han podido se han trasladado a casa de familiares o van y regresan por horas. No obstante, hay personas que, por problemas de salud, no pueden moverse del piso. Tal es el caso de una vecina que cuenta que cada día le tienen que subir hasta seis sacos de hielo para mantener la comida fresca. Lo que tenían en la nevera lo tuvieron que tirar «estoy desesperada, no hay derecho de estar así».

Otra vecina cuenta que están lavando a mano «imagínese lo que cuesta lavar toallas a mano y esperar a que se sequen», explica. Tampoco pueden cocinar, a excepción de alguno que tiene un hornillo de gas.

Entre los que han tenido que recurrir a la familia hay una pareja cuyos parientes viven en otra ciudad «vamos allí a ducharnos, a comer... Yo trabajo de cara al público, tengo que estar presentable, pero para nosotros ha sido un descontrol tremendo» se lamenta ella. «Necesitas la electricidad para muchas cosas, hasta para cargar los móviles y no quedarte incomunicado» dice él.

A diferencia de otros edificios del barrio, en este caso no se trata de viviendas de protección oficial, sino de propietarios particulares y también de bancos que se quedaron con los inmuebles después de la crisis. «Pero yo pago mi comunidad religiosamente, 34 euros al mes más 10 euros para la limpieza en una comunidad que no tiene piscina ni jardín», se queja un propietario.

Algunos vecinos consultados están molestos con la administradora de fincas, a la que achacan la lentitud en la resolución del problema y la falta de explicaciones.

Consultados al respecto desde la administradora aseguran que «lo estamos tramitando siguiendo los pasos que nos va indicando la aseguradora del edificio».

A los vecinos la solución no les convence, creen que, al menos mientras duraba la emergencia, podrían haberles instalado un generador o alguna otra solución provisional.

Una historia repetida

Situaciones como esta son una historia repetida en el barrio. Desde el verano del año pasado han ardido los cuadros eléctricos de al menos tres edificios más: uno en la calle Riu Llobbegat en junio del año pasado, otro en la misma calle en enero de este año, en pleno invierno, y otro más en la calle Riu Brugent, a finales de marzo, durante el confinamiento. En este último caso algunos vecinos, que vivían en pisos de protección oficial, fueron realojados en un cámping porque otra avería también les habían dejado sin gas. En todos los casos se sospecha de los empalmes ilegales como origen del fuego.

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