Un café para matar prejuicios

Segunda edición de los Death Café en Tarragona para hablar de la muerte y romper con este tabú social 

03 diciembre 2018 13:32 | Actualizado a 15 diciembre 2018 20:30
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Por mucho que avancen los tiempos y la sociedad, quedan temas que son tabús, que todavía cuestan de abordar. Uno de ellos es la muerte. Explorar esta gran cuestión de nuestra sociedad con naturalidad y sin prejuicios, acompañados de un café solo o un cortado es posible. Así se ha demostrado en la segunda edición en Tarragona de los Death Cafés.

Tras la primera edición del año pasado, la cafetería del Col·legi d’Arquitectes de Tarragona ha acogido este segundo encuentro de cara con la muerte. Las conversaciones son informales, pero el ambiente es sobrio. A ver quién es el primero en abordar el tema. El estigma histórico pesa, pero poco a poco la gente va perdiendo la timidez y vergüenza. Preguntar a la gente sobre la muerte no es como hacerlo sobre la meteorología, típica conversación de ascensor, pero superados los primeros pasos, todo fluye.

Nadie nos prepara para ello. La pérdida de un ser querido, una experiencia cercana a la muerte, haber vivido en el ambiente de un hospital, etc. Hablar de ello desde la experiencia ayuda a dar el primer paso. No es un grupo de terapia, sino una tertulia para abordar la muerte sin complejos y enriquecerse todos.

En una sociedad cada vez más egocéntrica abocada a la velocidad de internet y en la que cada vez adquieren más importancias las redes sociales, se fomenta una cultura al cuerpo, la belleza y la juventud eterna. Esto provoca que todavía sea más complicado hablar de la muerte.
Se sugieren varios temas para romper el hielo, son propuestas para empezar a hablar.

Algunos optan por el duelo de perder a una persona cercana, otros por el testamento vital, los hay que prefieren explicar cómo les gustaría morir y ver quién se atreve a hablar del suicidio. La muerte ya no es un tema tabú. La tertulia lleva carrerilla y no para. El tema no deja de ser delicado, pero se ha perdido cierto miedo a encararlo. Se desprende la idea de que la muerte forma parte de la vida y hablar de ella ayuda a vivir.

El Death Café es confidencial y respetuoso. Sólo pretende hablar de la muerte sin reglas ni ataduras. No es una ayuda al duelo ni un lugar de apoyo a experiencias personales. Tampoco busca sacar conclusiones.

El objetivo es volcar reflexiones y dudas acerca de la preparación de la muerte, fomentar la conciencia social sobre el fallecimiento y romper tabúes y prejuicios. Dejar de vivir de espaldas a la muerte y darle la cara.

«Sólo intentamos que la gente piense antes y lo prevea, adelantarnos a las situaciones. Aumentar la conciencia de la muerte para ayudar a las personas a afrontar al máximo su vida finita», dice Ramón Viña, impulsor de este café. Uno de los temas que surgen, el lenguaje, llama la atención. No existe un lenguaje de lo que resulta antinatural.

Como lo más normal es que se muera un abuelo y no el nieto, no existe un término para definir la muerte de un nieto. El vocabulario no lo contempla por poco común, por salirse de lo que es natural.

Lejos de estar destinada a gente del ámbito sanitario, técnicos de emergencias, médicos o enfermeros, el café de la muerte acoge a gente que trabaja en otros ámbitos. Claramente los campos mencionados tienen una relación más asidua con la muerte por motivos obvios y desde la UCI del Hospital Joan XXIII se ha divulgado la importancia de hablar del tema, pero esta tertulia abarca todo tipo de personas. 

Los cafés de la muerte surgieron en Londres en 2011 y se van extendiendo por España y Europa con el objetivo de naturalizar un tema que todavía se considera tabú. Según deathcafe.com a lo largo del mundo ya se han realizado más de 7.300 encuentros. 

La sesión termina y sin duda los asistentes se muestran liberados. No cada día uno es capaz de pasarse un par horas hablando y reflexionando sobre la muerte con otras personas, incluso desconocidos. La experiencia es enriquecedora para todos. Algunos han resuelto dudas, otros simplemente han compartido su experiencia o planteado situaciones. Al final, la única certeza que queda es que tarde o temprano, la muerte no se puede esquivar.

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