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«Solo quería que saliera a la luz la verdad de lo que pasó y que no sucediera algo así más», explica María Victoria Viu, mujer de Enrique Gheron, que ha estado al frente de la demanda, interpuesta por el abogado José Aznar, un letrado especialista en derecho sanitario y miembro de la plataforma ‘Que no pase +’.
Atrás quedan seis años duros de batalla judicial, con la situación sanitaria como telón de fondo. «Yo sigo confiando en los médicos, en el sistema y en la medicina. Solo quería que lo que pasó se supiera y reivindicar también que el sistema sanitario público tiene que defenderse bien y estar bien tratado», aporta Viu.
Su historia personal tras la muerte de su marido por infarto trascendió al ámbito privado para dar el salto a lo público: aquel fallecimiento mediático marcó un antes y un después. Unos días después de la muerte, en enero de 2015, sindicatos, pacientes y trabajadores se encerraron en las dependencias de los servicios territoriales de Salut en Tarragona.
A mediados de febrero abría, finalmente, la unidad cardíaca durante las 24 horas del día, poniendo fin a un largo periodo de reivindicaciones, marcado por concentraciones, manifestaciones, encierros y recogidas de firmas. Para muchos, aquel trágico suceso fue un punto de inflexión que, de alguna manera, aceleró el proceso de ampliación.
En su momento, Salut defendió que la apertura 24 horas ya estaba prevista y la desvinculó de las protestas. También negó la supuesto situación de ‘causa-efecto’ por la muerte del farmacéutico de Torreforta, explicando que se trataba de un proceso previsto, que no fue ni acelerado ni retrasado. Lo cierto es que la pregunta sobrevoló inevitable mucho tiempo en la reflexión de cualquiera: ¿Qué hubiera pasado si la unidad de hemodinámica hubiera estado abierta las 24 horas aquel día de Navidad en el que falleció Gheron? En cualquier caso, Tarragona se movilizó en aquella lucha social y hubo marchas en las calles, encabezadas por la propia María Victoria Viu.
La ampliación a 24 horas de 2015, tras la muerte de Gheron, permite tratar unos 200 infartos al año en Tarragona y evitar su desplazamiento a Barcelona. «La prueba clara de que era algo necesario es que ahora tenemos dos salas en lugar de una, para dar cobertura a las urgencias y a la actividad ordinaria», explica Marina Roig, del sindicato CATAC-CTS en el Joan XXIII. En 2018, abrió una segunda sala de hemodinámica, que permitió, entre otras cosas, que los vecinos del Baix Penedès pudieran tratarse del corazón en la provincia.
«Se ha hecho justicia a un daño innecesario y evitable», indica el abogado José Aznar. Gheron fue una persona muy conocida y apreciada en los barrios de Ponent. El farmacéutico regentó su negocio 50 años, los últimos en el 19 de la calle Segarra, en Torreforta.
