Un goleador en su cénit

Javier Dilla es la referencia ofensiva del Gandesa. En su séptimo año con el combinado ebrense ha firmado ya diez goles en siete partidos

31 octubre 2017 10:05 | Actualizado a 02 noviembre 2017 13:56
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Todo futbolista crece queriéndose parecer a alguna estrella del panorama profesional. Aquella figura en la que uno se fija cuando desafía al rival con un regate, organiza el medio del campo como un director de orquesta o somete la portería contraria con una precisión de nueve. 

Si tu referente ha sido siempre David Villa, una cosa está clara: quieres contribuir al éxito de tu equipo a golpe de gol. Javier Dilla ha hecho del Guaje su referencia a lo largo de su carrera. Y no le ha ido mal: el turolense se ha convertido en uno de los goleadores más solventes de Segunda Catalana. 

Dilla creció futbolísticamente en el Valderrobles, el club de su pueblo natal, y los entrenadores vieron pronto su potencial goleador. Cuando llegó a su etapa como juvenil se le dio la oportunidad de subir ocasionalmente a jugar con el primer equipo, y no decepcionó: en cinco encuentros convirtió nueve dianas. En esta etapa pasó también por las categorías inferiores del Alcanyís y el Horta de Sant Joan. Hasta que firmó por el Gandesa.

El delantero suma ya siete temporadas en el club ebrense y es ahora una pieza indispensable del engranaje ofensivo del conjunto. Al llegar, sin embargo, no lo tuvo fácil para hacerse un hueco en el equipo: «Durante las primeras temporadas el equipo tenía ya un punta consolidado, así que me costó más tener minutos», explica Dilla. «También tuve que lidiar con muchas lesiones durante la primera temporada». 

El Gandesa fue abriendo un hueco para Javier Dilla, y él demostró que el club no se estaba equivocando. El delantero turolense ha firmado 30, 28 y 15 goles en las últimas tres temporadas y se ha impuesto como la referencia en ataque que prometía su progresión a lo largo de su carrera. Y no tiene intención de que los buenos números paren aquí. A los 25 años, Dilla se encuentra en su mejor versión: ha descorchado esta campaña con diez goles en las primeras siete jornadas de liga en Segunda Catalana, asentándose como pichichi del grupo y reafirmando su condición de ‘killer’ del área. 

Este estado de forma en constante evolución tiene mucho que ver con la clase y definición de Dilla sobre el terreno de juego, pero también se debe a su mentalidad goleadora: «Siempre tengo el gol en la cabeza», asegura. «Antes de salir al campo imagino situaciones en las que me podré encontrar, un uno contra uno, una pelota rechazada… Después, en el partido, me las encuentro y me acostumbran a salir bien». 

Su calidad en el terreno de juego y las estadísticas que le avalan han hecho que diversas entidades se hayan interesado en él. Javier Dilla, cuando se trata de su futuro en el Gandesa, lo tiene bien claro: «Aquí me siento muy a gusto y no veo la necesidad de irme. Este verano he tenido la oportunidad de marcharme a categorías superiores, pero estoy bien como estoy, rodeado de amigos», explica. Y es que detrás del goleador hay un joven futbolista que destaca del deporte la unión entre compañeros: «Lo mejor es el día a día, saber que disfrutas con quienes entrenas. En este vestuario estamos muy unidos, y prácticamente cada fin de semana organizamos una cena». 

Javier Dilla, años después, ha vuelto a sus orígenes. Su vida profesional le ha reencontrado con el club que le vio progresar como jugador: el delantero es ahora coordinador del Valderrobles, y se encarga de las actividades deportivas y la escuela de fútbol de la entidad, trabajo que compagina con su militancia en el combinado ebrense. 

En su pueblo, Dilla está contento de dedicarse a lo que más le gusta: «Acabé la carrera de INEF y conseguí el trabajo. Es bonito que ahora yo pueda contribuir a que crezca el club en el que yo crecí».

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