Un gran depósito debajo del río Francolí pondrá fin a las inundaciones en la Part Baixa

La infraestructura se llama Anti DSU y permitirá separar las aguas pluviales de las fecales. Esta y otras dos actuaciones importantes costarán aproximadamente 12 millones de euros

10 octubre 2019 07:10 | Actualizado a 11 octubre 2019 18:35
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25 años han pasado desde la riada que inundó los barrios de la Part Baixa de la ciudad, y todavía no se ha encontrado la mejor manera de evitar que vuelva a suceder. Pocos meses después del desbordamiento del Francolí, se construyó un muro para evitar que el agua volviera a salirse son tanta fuerza de su cauce. También se reformaron algunos colectores de la zona de Residencial Palau. Y nada más. Pero ahora parece que el Ayuntamiento se pone manos a la obra para tirar adelante tres actuaciones importantes en la Part Baixa de la ciudad.

La idea es instalar un gran depósito –se desconocen las medidas todavía– debajo del río Francolí. Esta infraestructura permitirá controlar el caudal de agua que no puede absorber el sistema de saneamiento por sí solo de manera inmediata, normalmente a causa de las lluvias y de los desbordamientos de ríos.

No ha vuelto a suceder una inundación como la del año 1994, pero sí que, en los últimos años, la Part Baixa –Residencial Palau-Torres Jordi, Barri del Port y El Serrallo– ha sufrido los estragos de la lluvia. El alcantarillado no ha soportado la gran cantidad de lluvia y a veces las calles han quedado totalmente inundadas. Los destrozos ocasionados han sido importantes.

El año pasado, la Associació de Veïns del Barri del Port decidió poner en marcha una campaña pidiendo soluciones inmediatas al asunto. El problema entre administraciones y la inversión que supone un proyecto de estas características ha retardado el estudio.

Finalmente, EMATSA –la Empresa Municipal d’Aigües de Tarragona– ha elaborado un documento en el que asegura que son necesarias tres importantes actuaciones para paliar las inundaciones en la Part Baixa de Tarragona. La inversión total sería de aproximadamente 12 millones de euros, y la Agència Catalana de l’Aigua –que pertenece a la Generalitat– es la administración competente para hacer frente a esta inyección económica.

Un colector más grande

La primera de estas actuaciones es la ampliación y remodelación de la bomba de agua que hay en la calle Barcelona –cerca de la estación de trenes–. La idea es hacer la galería más grande y mejorar la impulsión para que el agua circule a mayor potencia. De esta manera, viajará más rápidamente hasta el mar. Actualmente, esta bomba se utiliza de manera muy puntual para canalizar el agua de esta zona en casos muy puntuales. Su función es enviar el agua hasta el mar para sacar presión al alcantarillado.

La segunda actuación prevista es el nuevo colector que irá desde la esquina de la calle Smith con Castaños y hasta Torres Jordi. En la actualidad, según fuentes municipales, ya hay uno, pero es muy pequeño y no soporta la gran cantidad de agua que se acumula cuando llueve fuerte. El nuevo colector recogerá el agua procedente de la calle Pere Martell y Jaume I, entre otras. Se unirá con el que hay en la actualidad e irá a parar al río Francolí.

Según el Ayuntamiento, este desagüe no puede ser muy grande, «ya que luego tendríamos un problema de plagas importante». Este colector aguantará episodios de lluvias como los de los últimos años.

Acabar con el sistema unitario

La ciudad de Tarragona cuenta con un sistema unitario de alcantarillado, lo que significa que las aguas pluviales y las fecales viajan juntas por los colectores. Y esto es un problema, ya que, cuando hay fuertes episodios de lluvia, el alcantarillado se satura y sobresalen las aguas de todo tipo. También las de color negro, que provocan mal olor, suciedad y mal estar entre los vecinos.

Para ello quieren instalar un depósito Anti DSU –Anti Descarga del Sistema Unitario–, una especie de piscina que separará las aguas pluviales de las fecales. El mecanismo es sencillo: cuando el líquido llega, procedente del colector, al depósito, las aguas negras se quedan abajo por su peso y densidad, y las de la lluvia, arriba. De esta manera, se evitará que la suciedad esté visible en la calle. Del depósito, el agua irá a parar a la depuradora, y de allí al mar, después de ser tratada. Este sistema lo utilizan algunas ciudades, como por ejemplo Barcelona. Es la solución a la salida de agua de las alcantarillas.

Además de las tres grandes actuaciones, el estudio de EMATSA también prevé inversiones más pequeñas, como es el caso de la calle Lleó. La inversión prevista desde el Ayuntamiento es de aproximadamente 12 millones de euros. El nuevo equipo de gobierno está buscando la financiación necesaria. «Cuando tengamos el dinero, tiraremos adelante inmediatamente el proyecto», explican fuentes municipales.

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