Un grupo de indigentes atemoriza a vecinos y comerciantes de la Rambla

Duermen en una entidad bancaria desde hace meses, realizan sus necesidades allí y amenazan a los residentes

19 septiembre 2019 08:00 | Actualizado a 19 septiembre 2019 08:05
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La gota que colmó el vaso fue el incidente que ocurrió la noche del domingo pasado. Un grupo de personas que duerme en la entrada de una entidad bancaria en el número 33 de la Rambla Nova comenzó a hacer ruido y a lanzar objetos contra la fachada de un edificio. Un vecino bajó a ver qué sucedía. Uno de ellos le increpó y le persiguió varias manzanas con un palo en la mano. «No podemos seguir así, mi mujer tiene miedo de entrar y salir de noche de casa. Todos los vecinos estamos igual», explica el afectado.

Al día siguiente los vecinos volvieron a despertarse de madrugada, esta vez con el alboroto del enésimo altercado. El grupo que causa los problemas, compuesto por unas cuatro o cinco personas según la noche, lleva casi un año durmiendo en el lugar.

«Se degrada la imagen»

Salvador Minguella, dueño de un negocio vecino y presidente de la asociación Via T, explica que los comerciantes también están cansados de las escenas que se montan en el lugar. «Nos preocupa cómo se está degradando la imagen de la Rambla, en particular en esta época cuando todavía tenemos muchos turistas. Algunos clientes se asombran y nos preguntan si esto es algo normal, pero resulta que llevamos meses con esta situación», recuerda.

Los vecinos explican que a los problemas de agresividad se suman los de limpieza por el hecho de que el grupo orina en el sitio y defeca en las bases de los árboles cercanos o entre los coches. «También tienen relaciones sexuales en plena calle, con todo el escándalo», apuntan.

Desde la entidad bancaria prefirieren no hacer declaraciones al respecto. Pero lo cierto es que los trabajadores entran a trabajar a las ocho de la mañana y son los primeros en toparse con la situación. El martes a mediodía todavía se encontraban en el sitio cartones, restos de comida y un cenicero lleno de colillas.

Otro comerciante de una tienda que está en la misma acera se quejaba de que el mal olor hace que algunos viandantes prefieran no pasar por allí. «La última vez que llamé a la Guàrdia Urbana fue porque uno de ellos estaba exhibiéndose con el pene fuera justo cuando pasaba una madre con un carrito. Ni siquiera vinieron... Ahora tenemos muchas horas de sol, pero imagínese lo que pasará cuando llegue invierno y a las siete se haga de noche».

Tanto los vecinos consultados como Minguella se quejan de que la Guàrdia Urbana no siempre acude cuando la llaman. «Nos dicen que con la ordenanza en la mano no pueden hacer nada. Si es cierto entonces debería pensarse en cambiar la ordenanza antes de que el deterioro sea mayor», reclama.

Se lamenta de que el consistorio es muy estricto a la hora de dar permisos para ciertos eventos para evitar los ruidos y, sin embargo, no se encarga de hacer cumplir la ley en estos casos.

No fue posible obtener una respuesta del Ayuntamiento para confirmar si está prevista alguna acción es esta zona.

Hay más, pero no todos iguales

Desde la Associació de Veïns Tarragona Centre, su presidenta, Núria Sabat explica que, sin duda la percepción de los vecinos es que cada vez hay más indigentes en la Rambla, el Passeig de les Palmeres y el Rellotge de sol.

Explica, no obstante, que no se puede generalizar, porque hay grupos o individuos solos «que son increíblemente limpios, hemos visto que separan los residuos en los contenedores...Y también hay que beben y dejan las botellas por cualquier lado».

Fuera de este caso en particular, tampoco es frecuente que tengan altercados con los vecinos.

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