Un hotel de doce plantas en alta mar

El crucero Costa neoRiviera, que saldrá cada viernes del puerto de Tarragona, tiene tiendas, restaurantes, piscinas, spa, teatro, discoteca, casino y pistas de baloncesto, fútbol y voleibol 

04 junio 2017 10:03 | Actualizado a 24 noviembre 2017 19:57
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Las tiendas del Costa neoRiviera sólo abren cuando el crucero está navegando. En alta mar no hay impuestos. Duty free. Venden más de noche que de día. Son comercios de artículos exclusivos: joyas, relojes, ropa, bolsos, cosmética, perfumes... Y patatas fritas y golosinas. Como en un aeropuerto. Con el barco parado, la vida está en los bares. Suena música en directo. Un grupo de versiones se dirige a un público aposentado en confortables sillones. En la sala especializada en vinos toca un pianista. Relax. Gin-tonics y partidas de cartas.

El Costa neoRiviera, que saldrá de Tarragona cada viernes hasta el 22 de septiembre, es el navío más pequeño de la compañía italiana Costa Cruceros. Tiene doce plantas y una capacidad para 1.727 pasajeros. Pesa 48.200 toneladas. Moqueta en el suelo y un servicio digno de un hotel de lujo. 

«Es un barco con alma. Todos, desde el capitán hasta los marineros, la cuidamos como si fuera una niña pequeña», dice su comandante, Giovanni Cosini. Viste de blanco impoluto y luce galones en la pechera.
La cubierta, arriba, es para olvidarse de todo. Que la vida son dos días y hay que disfrutar. Dos piscinas flanqueadas por dos jacuzzis con vista al mar. Y dos barras de bar y un disc-jockey para animar el cotarro. Siéntanse como los ricos ni que sea los ocho días que dura la travesía. Si el cielo no está para tomar el sol en una hamaca, en la última planta hay un spa resguardado. Y una discoteca para los noctámbulos que tengan ganas de juerga.

El teatro tiene capacidad para unas 800 personas. La mitad del pasaje. Hay espectáculos cada noche y dos turnos para verlos. Uno de los shows con  más tirón es el que imita al programa de televisión La Voz, muy popular en Italia y España,  de donde proceden gran parte de los viajeros: hay un cantante y el jurado se gira si le convence. El público vota con un mando.

El juego y las apuestas son otro divertimento a bordo. El casino dispone de máquinas tragaperras, un ruleta y una mesa de black jack. Con sus fichas de colores y sus crupieres.

Los restaurantes son a la carta. Uno es exclusivo para los pasajeros que se alojan en las suites y para aquellos que más puntos tienen –los viajeros que repiten vacaciones en Costa Cruceros acumulan ventajas–.  Los vinos italianos son mayoritarios. También hay un bufet y un café. El pan y los pasteles se hacen a diario en el crucero.

Para mantener la forma con tanto exceso culinario (y de bebercio), el Costa neoRiviera cuenta con un gimnasio y pistas de baloncesto, fútbol y voleibol en la cubierta. Están cercadas por una amplia red para evitar que las pelotas acaben en el agua.

Cuando el barco está atracado en el puerto de Tarragona, desde algunas terrazas y camarotes exteriores se aprecia la silueta de PortAventura, con el acelerador vertical de Ferarri Land en el horizonte. Un catálogo de selfies.

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