Un marco incomparable de inspiración en el Priorat

Entre Marçà (Priorat), Buffalo (EE. UU.) y Barcelona transcurre, desde hace muchos años, la vida y trayectoria artística de Juan Luis Quintana. Licenciado y doctorado en Bellas Artes, el pintor (Barcelona, 1953) ha aprovechado al máximo el confinamiento y la desescalada para dar rienda suelta a su destreza con los pinceles, ya que durante la cuarentena permaneció en la residencia que tiene en el Priorat. «Tendría que haber viajado a Estados Unidos para estar con mi compañera, pero no pude irme por la crisis sanitaria», explica el artista.

Y aunque tuvo la oportunidad de pasar la cuarentena en Barcelona prefirió hacerlo en Marçà 
–donde compró hace quince años un apartamento en el pueblo, al que le une una especial relación– porque «pensé que sería mucho más seguro estar aquí que en la ciudad, y me vine al Priorat mucho antes de que se decretara el estado de alarma».

Durante estos meses de reclusión como consecuencia de la crisis sanitaria, explica Juan Luis Quintana, «me he centrado en seguir pintando acuarelas de los pueblos del Priorat desde el estudio de Marçà, a través de imágenes que ya tenía porque no podía salir ni hacer otra cosa, y durante la desescalada ya pude visitar los lugares en busca de inspiración».

En este sentido, el artista recuerda que «en Gratallops, hace un par de años, presenté la exposición Pobles del Priorat en la bodega Clos Figueras, en la que expuse varias acuarelas». Un patrimonio artístico que ha ampliado en los últimos meses con la intención –explica el pintor barcelonés– «de poder realizar, cuando sea posible, una muestra en el Castell de Falset». Como artista, a Juan Luis Quintana le llama la atención «la conservación y el entorno del Priorat, y cuyo territorio ha sabido preservar el cultivo de la viña y unos extraordinarios paisajes».

Capçanes, Gratallops, Els Guiamets, La Torre de Fontaubella, Masroig, Porrera, La Vilella Baixa, La Figuera, Falset, El Molar, etc. se han convertido en fuente de inspiración para el artista barcelonés. «Estar en el Priorat es una ventaja como pintor porque me gustan los paisajes puros como los que hay en la comarca», asegura Juan Luis Quintana. Con su bicicleta el artista viaja por la comarca en busca del marco perfecto para sus acuarelas. «Viajo por todo el Priorat con una bicicleta eléctrica porque me gusta pintar al natural», afirma Juan Luis Quintana.

Él mismo asegura que «la acuarela es una de las técnicas más difíciles porque es al primer toque, a diferencia del óleo o el acrílico». Y aunque se describe como «pintor subjetivo», reconoce que «las acuarelas que pinto son de estilo impresionista porque tengo una formación clásica que aprendí en la facultad, con mucho esfuerzo, y porque un pintor no tiene por qué estar haciendo toda su vida lo mismo». Y esta forma de vivir y de pensar le ha llevado a exponer en España y Estados Unidos.

A lo largo de su trayectoria, el artista barcelonés ha compaginado las clases como profesor de arte en institutos y una carrera activa en el mundo de la pintura, de la que asegura «nunca te retiras, porque entiendo la pintura como una vocación».